Lectura política
Noé Mondragón Norato
Al cumplir 90 años de vida partidista el pasado 4 de marzo, en el PRI no quieren saber nada del pasado. Como si la apabullante derrota del 1 de julio, fuera solo un referente más. Y desde luego, lo asimilan como un ’ya aprendimos la lección’. Pero en el fondo, son los mismos personajes quienes sostienen lo anterior. El apretado círculo de poder que no deja pasar más que amigos y familiares hacia los cargos de elección popular. El que vende las candidaturas. El que trafica con las dádivas en temporadas electorales como forma de ganar simpatías ciudadanas. El que lleva indeleble, el sello de la corrupción pegado en cuerpo y alma. Pero el votante no puede ser engañado con el mismo garlito. Y con toda esa caterva de políticos tricolores dirigiendo dicho partido, no resultan alentadores los pronósticos en términos de triunfos electorales. Hay que ir por partes.
PRI QUE NO CAMBIA. – Para que las señales fueran alentadoras hacia los ciudadanos que le dieron la espalda, el PRI está obligado a no titubear en cuanto a generar su obligada purga interna. Si es que quiere recuperar al menos, un poco de la credibilidad perdida. Se lee así: 1.- En el PRI, la única forma de hacerse notar es votando en el Congreso de la Unión y en la Cámara de senadores, contra todo aquello que vaya en contra de lo propuesto por AMLO. En el único punto que coincidieron, fue en la creación de la Guardia Nacional. Porque es parte de su estrategia política para no perecer. Es decir, su alianza legislativa con el Morena no significa que compartan ideologías, principios y proyecto de gobierno, sino que el PRI lo necesita para ofertarse como aliado del puntero. Ganando así, simpatías. Porque se vende como partido abierto a la propuesta de apuntalar proyectos políticos. Aunque no sean los suyos. Sin embargo, inicialmente se opusieron a quitarle el fuero a los gobernadores, alcaldes, diputados, senadores y presidente del país. También, a los controles fiscalizadores. Y politizaron la desaparición de las Estancias Infantiles atestadas de corrupción. Su desempeño busca en esencia, convertirse en una oposición que está a la caza de cualquier error cometido por López Obrador. Para explotarlo y politizarlo. Con esa fórmula y estrategia, difícilmente avanzarán en la recuperación de clientelas electorales. 2.- En el discurso por sus 90 años, la dirigente nacional del PRI, Claudia Ruiz Salinas, propuso ’un proceso de redefinición ideológica y de renovación profunda para recuperar la confianza ciudadana’. Pero son palabras que se las lleva el viento. Porque si bien es cierto que, a través de la Comisión de Justicia partidaria expulsó el pasado 25 de enero, al exgobernador de Chihuahua César Duarte; no han movido un solo dedo para empujar la sustitución de Carlos Romero Deschamps, como dirigente del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM), un símbolo de la corrupción tricolor a gran escala. Y lo hacen por estrategia. 3.- Una de las iniciativas drásticas que AMLO presentará al Congreso de la Unión en las próximas semanas, será la reducción del presupuesto a los partidos políticos en un 50 por ciento. Sería ese, un golpe político demoledor contra los tricolores. El PRI manejará para este año un presupuesto de 811.4 millones de pesos, es decir, 283.4 millones de pesos menos que en el 2018. Con la vigencia de esa reforma, el PRI reduciría la cifra para el 2020 a 405.7 millones de pesos. Una cantidad que le restaría sustancialmente, su movilidad en términos de operación electoral. Por esa razón, los tricolores necesitan que, en el STPRM, permanezca inamovible, Carlos Romero Deschamps. Porque significa un venero alternativo de recursos para campañas electorales del futuro. Y para sobrevivir como opción partidista. el punto que causa prurito es justamente ese: AMLO acusa complicidades con el PRIal no intervenir para desplazar a dicho personaje de la dirigencia del STPRM. Como sí lo hizo el expresidente Carlos Salinas de Gortari, con el finado exdirigente de ese mismo sindicato, Joaquín Hernández Galicia, La Quina. El PRI cumplió 90 años. Pero no cambiará.
HOJEADAS DE PÁGINAS…Un filtro con orejas y bigotes de gato apareció en la cara del gobernador Héctor Astudillo en un evento oficial hace dos días. Para la alcaldesa morenista de Acapulco, Adela Román Ocampo, fue infame. Mereció el despido de quien lo hizo: Iris Paola Gómez de la Cruz, quien se registró como candidata independiente para competir por la diputación federal en el distrito 4, en la elección del pasado 1 de julio de 2018. Pero si el hecho fue evaluado como una falta de respeto. ¿Cuántas veces se la faltan los gobernantes a los ciudadanos, con su indolencia y ausencia de resultados?
