Aguirre: dolor de cabeza para el PRI

La inminente participación del ex gobernador defenestrado, Ángel Aguirre Rivero, en el proceso electoral federal de 2018, abre lecturas interesantes en relación a los acuerdos políticos que trae bajo el brazo. Pero, hábil en el manejo de los tiempos, los personajes y las coyunturas, el ex mandatario trató de no exhibir sus verdaderas intenciones. Basta con pulsarlas para entenderlas mejor.
AGUIRRE: ¿EN EL PRI O CON EL FRENTE?- De entrada, Aguirre Rivero, ya admitió su regreso a la vida política local. Pero lo hará lejos de la capital y del puerto de Acapulco. Su intención más obvia indica que aspira a la diputación federal por el distrito ocho de la Costa Chica. En cierto modo, su santuario político y electoral. Hasta allá no llegarán las protestas de los padres de familia de los 43 estudiantes normalistas desaparecidos desde septiembre de 2014. Y de ahí se abren las lecturas: A) El ex mandatario se encuentra instalado en un dilema político: ser candidato del Frente Ciudadano por México (PRD-PAN-MC). O por el PRI. En Morena al parecer, ya cerró la puerta. El punto sin embargo, es que Aguirre renunció a su militancia perredista el 24 de octubre de 2014. Y ahora, apelaría a regresar tentativamente, como candidato externo de ese Frente. Es decir, pretende explotar a menos tres coyunturas para lograrlo: el apoyo de la tribu perredista Izquierda Progresista de Guerrero (IPG), que fue fundada por su hijo, el extinto Ángel Aguirre Herrera; ’los amigos’ que aún conserva en el PAN y en el MC; y la crisis política de la tribu los chuchos de NI cuya sobrevivencia política depende paradójicamente, de todos aquellos cuadros políticos de los que se deshizo en el pasado –como Aguirre-, pero que hoy necesita con urgencia para ganar elecciones. B) Para el Frente Ciudadano por México, la eventual postulación de Aguirre Rivero, como candidato a diputado federal, pretendería asegurar el triunfo en esa demarcación electoral. Y es comprensible: conoce ese distrito como la palma de su mano y su influencia es por demás, decisiva en el triunfo. De hecho, a través de ella convirtió a su hijo en diputado federal. Con un punto más a su favor: el Frente no cuenta con un aspirante con perfil ganador en esa zona. El ex gobernador parece ser, su único as bajo la manga. C) Para el PRI, la figura del ex gobernador de regreso en la vida política local, no deja de ser perturbadora. Porque a través de muchos de sus cuadros, podría propiciarle enormes descalabros electorales a ese partido. En ese sentido, el escenario más rentable para los tricolores consistiría en volver a reclutarlo. Aceptar su regreso al redil tricolor, en una coyuntura de profunda crisis de seguridad y de violencia para el mandatario estatal Héctor Astudillo, que se traducirá inevitablemente, en voto de castigo para el PRI. De hecho, el ex gobernador mandó señales políticas en ese sentido, desde la campaña electoral del actual gobernador: el ex secretario estatal del PRD, Jorge Salgado Parra, renunció a ese partido y se sumó al proyecto político de Astudillo. Y posteriormente, también renunció al PRD y declaró públicamente, sus apoyos al actual mandatario estatal, el senador aguirrista, Sofio Ramírez Hernández. Por eso, Aguirre lanzó astuto, el buscapiés: admitió su regreso a la vida política guerrerense, infiriendo que lo hará a través del Frente Ciudadano. Pero es en realidad, el anzuelo político para ser mordido por los priístas. Y por el propio mandatario estatal Héctor Astudillo. Porque pese a los pasivos políticos que arrastra y al marcado déficit político de su figura, Aguirre se convertirá en grave dolor de cabeza para el PRI. Ese es el punto.
HOJEADAS DE PÁGINAS…La ola de violencia reciente en la capital, se ha extendido al municipio de Iguala, que contabiliza en los últimos dos días, seis muertos. Y los ediles priístas de Chilpancingo, Jesús Tejeda Vargas y Herón Delgado Castañeda, no mueven un solo dedo. Esperan comodina y negligentemente, que el gobierno federal y estatal, les resuelvan el problema.