Averígüelo Vargas

—También recuerda desgracias y la destrucción que dejan terremotos y huracanes.—Septiembre, mes de sentimientos encontrados.

Septiembre es el mes de las fiestas patrias, que arrancan el día 13, cuando se conemoran dos hechos trascendentales para la historia del país, porque en el año 2013 el cura insurgente, José María Morelos y Pavón instaló en Chilpancingo el Primer Congreso de Anáhuac, donde dio lectura por primera vez a las propuestas que formaban parte de Los Sentimientos de la Nación, en las que consideraba debía asentarse la construcción de una nueva nación, basada en la justicia y a igualdad entre las personas, de modo que ’sólo distinguirá a un americano de otro el vicio y la virtud’.
Cuatro décadas y media después en el mismo día de ese mes, cuando culminaba la invasión americana del territorio mexicano, una de las últimas resistencia que enfrentaron los atracadores de América del Norte, se dio en el Castillo de Chapultepec, donde un grupo de cadetes, junto con el contingente militar del Batallón de San Blas, defendieron esas instalaciones que eran utilizadas como sede del Colegio Militar.
Después, el día 15 en la noche se recuerda el inicio de la Guerra de Independencia, que arranca con el Grito de Dolores, realizado por el cura Miguel Hidaldo y Costilla, respaldado por los militares Allende, Aldama y Jiménez, con otro cura, Matamoros y claro, un grupo más de precursores del inicio de esa lucha que arrancó en 1810 y culminó hasta 1821.
Del inicio de la independencia se consideran dos días, el 15 y el 16, porque el ’Grito’ se dio cerca de la medianoche y las acciones insurgentes continuron el día siguiente, por lo que esa conmemoración se recuerda durante los dos días.
En todo el país se conmemoran estas fechas, aunque la instalación del Congreso de Anáhuac se recuerda y conmemora básicamente en Chilpancingo, capital de Guerrero, mientras que a los ’Niños Hérores’ se les rinde homenaje en todo el país, lo mismo que al arranque de la luchan por la independencia de la nación.
En Chilpancingo tiene especial relevancia la conmemoración del Congreso al que convocó el cura Morelos y permite la celebración de la Sesión Solemne del Congreso de Guerrero, donde se hace la semblanza de ese acontecimiento, además de imponerse a un personaje destacado la presea Sentimientos de las Nación.
De la misma manera se conmemoran las efemérides de la Guerra de independencia.
TAMBIÉN RECUERDA DESGRACIAS Y LA DESTRUCCIÓN QUE DEJAN TERREMOTOS Y HURACANES.—Septiembre, es por esos recuerdos históricos, el Mes de la Patria, pero en Guerrero es también el mes de algunas de las mayores desgracias y daños dejardos por los embates de la naturaleza.
Dos episodios trágicos se recuerdan en septiembre, pues en el 2014, cuando terminaba la ceremonia del Congreso de Anáhuac, la lluvia caía en abundancia, como consecuencia de que se juntaron las fuerzas del huracán Irvin y la tormenta tropical Manuel, que durante los días del 13 al 15 derramaron enormes cantidades de agua sobre la zona centro del estado y la parte de la costa en Acapulco.
En esa ocasión los mayores daños se registraron en la región Centro del estado, especiamente en el municipio de Chilpancingo, donde provocó cuantiosos daños en la capital y en muchas de las comunidades rurales, al grado que hasta la fecha hay lugares que aún esperan que se haga la reconstrucción de las obras dañadas y que se entreguen las viviendas que el gobierno ofreció a los damnificados por el meteoro, tanto en la ciudad como en varias de las comunidades rurales, que hasta ahora sólo han dado lugar, mayormente a los buenos negocios para los contratistas y los funcionarios que intervinieron en esos trabajos de reconstrucción.
El peor evento de los daños que dejaron la conjunción del huracán con la tormenta, se dio en el poblado de La Pintada, municipio de Atoyac de Álvarez, donde el deslizamientos de miles de toneladas de lodo del cerro vecino sepultó cerca de 100 casas de la comunidad, sin que sus ocupantes tuvieran tiempo de abandonarlas y ponerse a salvo, pues sólo sobrevivieron los ocupantes de esas viviendas que no se encontraban en ellas en el momento de producirse el siniestro.
En la actualidad concurrieron dos fenómenos para crear nuevos problemas, como el terremoto de 8.4 grados del jueves 7 de este mes trágico de septiembre, que provocó daños especialmente en la Costa Chica del estado.
Cuando estaban en trabajos de recuperación, los azotó el huracán Max, que deja nuevamente destrución de caminos y puentes y miles de personas afectadas, a las que se ha llevado alimentos, agua y demás víveres necesarios.
El gobernador Héctor Astudillo se ha pasado allá la mayor parte del tiempo, para supervisar que la ayuda necesaria llegue a todos los que resultaron damnificados.
IGUAL QUE LOS FENÓMENOS NATURALES, EL CRIMEN DEJÓ MUCHAS VÍCTIMAS.—La criminalidad en Guerrero está desatada y prácticamente fuera de control, ya que los gobiernos en sus tres órdenes no han podido controlarlo, si no que podría pensar que han sido rebasados.
Dentro de esas acciones delincuenciales el 26 de septiembre se desarrolló una acción criminal contra los normalistas de Ayotzinapa, que acudieron a Iguala el día en que la presidenta del DIF municipal rendía su informe, lo que hizo que se mandara a la policía en su contra, policías que sólo eran extensión del grupo criminal Guerreros Unidos, que mantenían una estrecha relación con el alcalde perredista José Luis Abarca.
Eso provocó que la tarde-noche del 26 de septiembre fueran asesinados en Iguala 3 normalistas y que en la carretera, frente a la entreda a Santa Teresa murieran un joven futbolista del equipo Los Avispones de Chilpancingo, el chofer del camión en que se transportaban y la pasajerade un taxi que circulaba en ese momento por el lugar.
Además de los 3 normalistas muertos, otros 43 fueron levantados entre la policía igualteca y los delincuentes, para llevarlos al municipio vecino de Cocula, donde, afirman algunos de los acusados, fueron llevados al basurero, donde los habrían asesinado o rematado y luego sus cuerpos quemados y sus cenizas y huesos esparcidos en el río San Juan.
Septiembre es un mes de historia, daños naturales y criminalidad en Guerrero, sin duda alguna.
Septiembre, mes de sentimientos encontrados.
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