Balón Cuadrado

+Espíritu de un artículo periodístico de Enrique Peña Nieto

+’México tiene cualidades, determinación y talento para ser campeón’, asegura

+Sólo le falto escribir: ’¡Ehhhh, putoooo’!

Se convirtió en involuntario hooligan, el presidente de México, Enrique peña Nieto. No sólo por las dos veces que ha golpeado a su mujer –Ángelica Rivera, La Gaviota–, enviándola al hospital, que es del conocimiento público, y su consumo de drogas, secreto a voces entre sus allegados, sino, también por su mundialista espíritu futbolero, desde el mundial de Brasil 2014 y, ahora, Rusia 2018.

Este domingo, los Ratones Verdes tendrán su prueba de fuego: debutarán contra Alemania, actual campeona. Después enfrentará a Suecia y Corea del Sur.

Urgido de reconocimiento social –aprueba su gestión alrededor de 20% del pueblo, 125 millones de habitantes, debido a la corrupción e impunidad de su gobierno, que concluirá en diciembre próximo– y su afán protagónico, se subió al barco del Tritanic –llamada, así, con sorna, la selección nacional– con discurso patriotero, rumbo al mundial ruso, en una colaboración periodística.

Se agarra de clavos ardientes en los estertores de su administración.

Llama la atención, en particular, el último párrafo:

’Además, tenemos a la mejor afición del mundo, que apoyará con entusiasmo a nuestros seleccionados para que salgan a ganar, lo entreguen todo en la cancha y regresen a México orgullosos de sus logros.’

Hasta el momento, la Federación Mexicana de Futbol ha sido multada 11 ocasiones por la FIFA, con más de tres millones de pesos. ¿Motivo? El gritó homofóbico —¡’ehhhhh, putooo’!– de los aficionados al Tri cuando el portero rival realiza el saque de meta. Todo indica que en Rusia no lo podrían corear.

Desde que inició su gobierno, 2012, Peña es sujeto de escarnio en redes sociales, incluidos hilarantes memes. Mientras sus correligionarios políticos se hinchan de dinero mal habido, está convencido que los Ratones Verdes pueden traer la copa FIFA. Es considerado, por ello, el peor mandatario en la historia del presidencialismo mexicano que se instauró en la década de 1930.

Para lavar su imagen, sólo para dar un dato de su dispendio institucional, gastó alrededor de 36 mil millones de pesos en la industria mediática, en cinco años de su sexenio que terminará en diciembre próximo. Contrasta, por ejemplo, que el salario mínimo diario es de 88 pesos. Poco más de cuatro dólares.

De cara a la polémica, compleja, elección del próximo 1 de julio –donde serán votados 3 mil 416 cargos populares, de primer mandatario entre ellos, donde todo indica que el dinosáurico PRI perderá el poder–, que coincide con la copa FIFA, Peña hizo una peculiar, insólita, arenga, en un artículo periodístico, en favor del Tri.

Publicado por el diario deportivo Récord, 14 de junio, el texto suena a que su autor es involuntario Hooligan verbal –aunque denota, además, que algún colaborador lo redactó. Impensable que haya sido de la autoría del Presidente. Debido, entre otras cosas, a los crónicos dislates públicos que lo caracterizan. Quien piensa bien, bien escribe. No es su caso–.

El texto, 642 palabras, con su firma, ’Enrique Peña Nieto’, es impreciso, ambiguo, falaz… verdad a medias.

De entrada, llama la atención el título de su artículo: ’México, listo para triunfar’. El verbo triunfar es subjetivo. Más en la cultura mexicana donde, históricamente, somos campeones de la derrota. Futbol, sobre todo.

Comienza así:

’Cada cuatro años, la mirada del mundo se dirige hacia la justa deportiva más popular del planeta: la Copa Mundial de futbol. En México, vivimos con gran pasión esta competencia y seguimos con entusiasmo el desempeño de nuestra Selección (sic).’

Narra que hace unos días tuvo el honor de abanderar, en Los Pinos, a los seleccionados nacionales, quienes, desde ese momento, asumieron la responsabilidad de poner en ’todo lo alto’ el nombre de México.

Unas horas después de dicho acto protocolario, ocurrió el acostumbrado escándalo sexual –llevan tres en el presente siglo– que conoció y cimbró al mundo del balompié, por su viralidad en redes sociales: nueve Ratones Verdes, con 30 escorts –eufemismo de prostitutas–, sostuvieron intenso encuentro —entrenamiento en la cancha del box spring– durante 30 horas.

Si se mira bajo el microscopio de la psicología del deporte, fue una forma de rebelarse contra el trato de esclavos que reciben. Porque históricamente, estos deportistas, son tratados como mercancía por los Zares del balón en México; además de pasarse por el Arco del Triunfo, como se dice popularmente, las palabras del mandatario y la representación de 125 millones de mexicanos, en una competencia de esta envergadura.

Está ’seguro’, advierte Peña, que en el Mundial de Rusia -que hoy comienza, en referencia al pasado 14 de junio- ’nos volverán a emocionar y nos llenarán de orgullo’ a los 125 millones de mexicanos, que ’habremos de apoyarlos sin reservas (sic).’

Según él, la participación de México en los mundiales es una historia de ’esfuerzo y superación’.

’En cierto modo’, se ufana, ’refleja no sólo distintas etapas en la evolución de nuestro futbol, sino en el desarrollo mismo de nuestro país.’

Olvida que de las 21 copas del mundo celebradas a la sombra de la FIFA, México ha quedado fuera de cuatro: Uruguay 1930, Alemania 1974, España 1982, en fase eliminatoria, e Italia 1990, a consecuencia de los tristemente célebres Cachirules.

Matiza:

’Podemos decir que la primera etapa fue la de aprendizaje. Desde su participación en Uruguay 1930, a nuestra Selección se le reconocía por su convicción y entrega, pero quizá la falta de técnica, el menor roce internacional y el incipiente desarrollo de la liga nacional nos impidió lograr los resultados que habríamos deseado.’

Reflexiona que a ’base de constancia’, la selección mexicana ’fue mejorando (sic). En su cuarta participación mundialista, recuerda, México obtuvo su primer punto. En su quinto Mundial, se alzó con su primera victoria. Y en su séptima participación -jugando como anfitrión, en 1970- logró clasificar a la siguiente ronda por primera vez’, agrega enciclopédico.

Según él, la segunda etapa de la actuación de México en los Mundiales fue la de ’crecimiento’.

’Con una liga consolidada, mejor preparación y el trabajo de grandes entrenadores, gradualmente se obtuvieron mejores resultados’, asevera.

También desconoce Peña, que a partir de ese momento, década de 1970, la dinastía Azcárraga –Vidaurreta, Milmo y Jean– comenzó a ejercer un férreo control del balón desde el poder de la pantallita televisiva, que ha impedido el desarrollo real de este deporte.

Que en contraste, vale decir, sí han tenido equipos de la zona de la Con-caca-f. La Confederación más pobre, futbolstícamente hablando de las cinco que conforman la FIFA.

Rememora Enrique Peña:

’Muchos de nosotros recordamos con emoción la participación del Tri en la Copa América de 1993. Aquella épica (sic) final ante Argentina fue la primera vez en que México se quedaría al límite de trascender.’

Historias similares, considera, ocurrieron en los siguientes Mundiales. ’En todos ellos, México tuvo destacadas (sic) actuaciones en la fase de grupos, aunque sin poder superar el límite de los octavos de final’.

No consigna el mandatario que en 1986 México tuvo su máximo logro en una justa mundialista: disputar el quinto partido. Que hasta la fecha se ha convertido en una maldición gitana.

Pierde la brújula discursiva el presidente Peña cuando se refiere a un evento que nada tiene qué ver con los mundiales, pero que fue circunstancial.

Como hooligan de la palabra, asevera que ’la tercera etapa comenzó hace justamente 6 años, cuando México obtuvo la medalla de oro en futbol varonil en los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Ese triunfo -el mayor hasta ahora para una Selección Mexicana- significó un parteaguas (sic) y el inicio de una fase de éxito.

’Ese equipo demostró que, combinando talento, preparación y perseverancia, los mexicanos podemos alcanzar las más altas metas. Y así lo hizo también, hace apenas unos días, la Selección Nacional Sub 21, que participó en el torneo Esperanzas de Toulon. Aunque no haya conseguido el triunfo en la final contra Inglaterra, su desempeño es un buen augurio para el futbol de México.’

Se va a la cargada, como de dice en la jerga política en México, cuando asevera:

’Lo digo sin temor a equivocarme: en el futbol y en todos los ámbitos, la presente generación de mexicanos está lista para competir con los mejores.’

Competir sí. Ganar quién sabe.

Hace un paréntesis:

’Con una educación de calidad, hoy las niñas y los niños mexicanos se están abriendo paso a un futuro de más oportunidades, en el país y en el mundo. Con un entorno que garantiza certeza, reglas claras y ‘cancha pareja’, cada vez más empresas en México compiten para ser las mejores’, dice como político en campaña.

De acuerdo con especialistas en economía y finanzas, de los 125 millones de mexicano, 80 millones viven en pobreza y la mitad en pobreza extrema, gracias, en buena medida a las políticas neoliberales impuestas por el Fondo Monetario Internacional, vía el presidente Carlos Salinas de Gortari, durante su sexenio, 1988-1992.

Sigue su perorata:

’Y con mayor inclusión y equidad, más jóvenes, mujeres y adultos mayores pueden ejercer sus derechos, desarrollar su potencial y disfrutar de una mejor calidad de vida.’

Retoma el tema, para referirse a una especie de TLCAN futbolero:

’La decisión de la FIFA de elegir a México, Canadá y Estados Unidos como anfitriones del Mundial 2026 nos llena de orgullo (sic) y nos alienta (sic). Nuestro país será así el primero en organizar en tres ocasiones el máximo torneo futbolístico.’

Curiosamente, personeros de Televisa, como en los dos anteriores mundiales celebrados en México, 1970 y 1986, están al frente del Comité Organizador. Y por tercera ocasión, dicha televisora será la más beneficiada en sus finanzas, con las realización de 10 de los 60 juegos de dicha justa.

Confía el mandatario:

’Al igual que yo, muchos mexicanos están convencidos de que México tiene las cualidades, la determinación y el talento necesarios para ser campeón.’

Sólo le faltó escribir:

’¡Ehhhh, putoooo’!