Lectura política

Doble chamaqueo

Doble chamaqueo
Periodismo
Enero 13, 2019 21:55 hrs.
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Noé Mondragón Norato › guerrerohabla.com

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Lo ocurrido el viernes en Tlapa, durante la primera visita de AMLO como Presidente del país, debe leerse en varias pistas. Y no solo en la que conviene tanto a corifeos del Morena, como a sus detractores priístas. Basta con pulsar no solo la coyuntura, sino el impacto mediático generado a raíz de lo anterior.

INTOLERANCIA Y ATRASOS.- Hay cuando menos cuatro lecturas de la rechifla morenista, hacia el gobernante tricolor: 1.- Las virulentas reacciones a un abucheo masivo que debería ser normal para un gobernante que no ha entregado resultados a sus gobernados, hirió fuertemente la sensibilidad de ’las instituciones’. En el punto de lo asombroso e inconcebible, hasta el titular estatal de los derechos humanos, Ramón Navarrete Magdaleno, se sumó al coro de la condena contra la militancia morenista. Y es entendible: en Guerrero el atraso se mide también, con la preservación de una cultura política del aplauso fácil, condescendiente y cómodo. De la solemnidad y la pleitesía. Aun sin merecerlas. Romperla en una situación en la que el evento es encabezado por el Presidente del país, olió más a victimización del gobernador, que a dolencias y ofensas reales. Porque muy en el fondo, Astudillo Flores sabe de la animadversión de muchos guerrerenses hacia quienes desde su partido lo han gobernado. Y pésimamente mal. Lo de Tlapa fue una catarsis ante el cansancio. Una terapia social producto del ultraje y el latrocinio reiterados en las ’tareas’ de gobierno tricolores. 2.- Lejos de pugnar por meter en aprietos de una forma más inteligente al mandatario estatal, el Presidente del país aterrizó deliberadamente, en los terrenos de la frivolidad y la banalidad política. Ante una audiencia enardecida contra Astudillo Flores -que era por

supuesto, de mayoría morenista-, AMLO le atizó al fogón del golpeteo político, sabedor de los altos déficits sociales arrastrados por el gobernador. Es decir, pidió a los asistentes su consentimiento o no, para dejar continuar con su discurso, al mandatario estatal priísta. La respuesta él mismo ya la sabía. Abiertamente, AMLO fustigó a los presentes para que el gobernador fuera reprobado, rechiflado y abucheado de nueva cuenta. Y fue el propio Presidente, quien se encargó de aquietar a esa masa amorfa. Lejos de apelar al uso del ridículo en esa risible forma, López Obrador debió dejar en claro lo que muchos guerrerenses estaban ansiosos de escuchar: cómo y qué mecanismos implementará el gobierno federal para obligar al gobierno estatal a transparentar el ejercicio del gasto público. Era un golpe del poder que iba a lastimar más. Demoledor por necesidad. El Presidente también falló. 3.- Indignado por las ofensas masivas, el gobernador Astudillo, volteó hacia los lados buscando un culpable de su fugaz infortunio político. Lo encontró rápidamente en el delegado federal del Morena, Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros. En su cuenta de twitter la condena raya también, en la comicidad: ’@SanAmílcar eres el promotor del odio y del rencor, trajiste confrontación a Guerrero, que lamentable. Nos equivocamos contigo’. Las preguntas carcomen: ¿Quién se equivocó? ¿AMLO al cobijarlo políticamente? ¿Acaso el PRI por haberlo encumbrado como delegado federal? ¿Por qué el mandatario estatal habló como si todos los guerrerenses se hubiesen equivocado, solo por una rechifla masiva en su contra? 4.- El gobernador puntualizó, -en ese lenguaje encriptado y ambiguo que ya hizo costumbre-, sobre ’un torneo de insultos y descalificaciones’. Si lo de Tlapa fue un torneo ¿quién ganó? ¿Quiénes fueron los jueces? En este punto se abren las intolerancias: el dirigente del PRI estatal, Esteban Albarrán, habló de intolerancia de la militancia del Morena hacia el gobernador. Pero ni en el PRI ni en Casa Guerrero, reconocen que tampoco hubo tolerancia por parte

del mandatario estatal al aceptar que no ha respondido como se debe a los gobernados. Y que esa bomba contra él estallaría en cualquier momento. Por eso, ni el mejor de sus asesores se anticipó a dicho escenario. Así, más que un affaire de insultos y abucheos, el gobernador fue chamaqueado políticamente. Desde dentro y fuera de casa.

HOJEADAS DE PÁGINAS…Uno de los puntos soslayados por AMLO en Tlapa, fue el trato que recibirán las policías comunitarias en su gobierno. En la Montaña alta opera la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC), a la que pertenece la senadora del Morena, Nestora Salgado, quien no estuvo presente en el evento presidencial. ¿Dejó de arroparla AMLO por ese asunto?

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