Monseñor Salvador Rangel, titular de la Diócesis de Chilpancingo-Chilapa, dijo que en la entidad hay mucho miedo y rencor por la inseguridad que prevalece; queremos paz y no violencia, señaló
Presiden obispos González y Zavala ordenación de 8 sacerdotes
Chilapa de Álvarez, Gro., Enero 16.- Tras señalar que ’Guerrero huele a muerte’, el Obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza lamentó que se hayan derramado muchas lágrimas, particularmente en el territorio diocesano y agregó que ’existe mucho miedo, mal sentimiento por el rencor y la venganza, por lo que la inseguridad y la muerte rondan por nuestras calles y caminos de la entidad’.
El Prelado clamó: ’Queremos paz y no violencia, queremos una Iglesia comprometida con la paz, constructora de la paz, defensora de la paz e instrumento de la paz, tal y como nos lo enseñó Jesús’.
Ante la presencia del Arzobispo de Acapulco, Leopoldo González González y del Obispo emérito, Alejo Zavala Castro, así como de más de 100 sacerdotes de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa y cerca de 7 mil feligreses, Monseñor Rangel Mendoza, expresó lo anterior al presidir la ceremonia de la celebración por los 150 años de la fundación del Seminario Diocesano de la Inmaculada Concepción de María y la Ordenación de 8 Diáconos que a partir de hoy se han convertido en Presbíteros.
Al realizar el rito de la Ordenación Sacerdotal, Rangel Mendoza pidió a los ocho nuevos Presbíteros que ’no turben su corazón ni se acobarden, porque éste es el llamado de Jesús y agregó que ser sacerdotes de fe y de esperanza, es algo divino y es lo máximo, ya que desde ahora tendrán en sus manos a la feligresía conducirán por el camino terrenal del bien y más adelante hacia la Gloria.
Posteriormente, Monseñor Rangel Mendoza, dijo a los nuevos sacerdotes Emiliano Benítez Flores, Lucio y Jacinto Casiano Miranda, Félix Ignacio López Ávila, Bernardo Osorio Gutiérrez, Miguel Ángel Ramírez Ramírez, Gilberto Sánchez Bahena y Gamaliel Villalobos Medina, que ’mediante la unción del Espíritu Santo, queda marcado en los Sacerdotes un carácter especial, porque están identificados con Cristo Sacerdote, de tal manera que pueden actuar como representantes de Cristo Cabeza’.
En consecuencia, ’los Presbíteros tienen parte en el Sacerdocio y en la misión del Obispo, como sinceros cooperadores del orden episcopal, porque llamados a servir al pueblo de Dios, forman junto con su Obispo, un único Presbiterio dedicado a diversas unciones’, subrayó.
Antes del Sacramento del Orden, los diáconos se postraron frente al altar para escuchar la letanías de los Santos, para después realizar frente al Obispo los votos de Pobreza, Castidad y Obediencia; enseguida Monseñor Rangel Mendoza, impuso sus manos en la cabeza de cada uno de ellos y ungió con aceite crismal las palmas de las manos de los nuevos sacerdotes, con lo que de esta manera se convirtieron en ministros del señor. Luego fueron vestidos con los ornamentos sacerdotales.
Finalmente el Obispo Diocesano, Salvador Rangel Mendoza; el Arzobispo de Acapulco, Leopoldo González González y el Obispo emérito, Alejo Zavala Castro, así como los más de cien sacerdotes de la diócesis, concelebraron la Santa Misa en acción de gracias por los 150 años del Seminario y la ordenación de los ocho nuevos sacerdotes.
