A la sombra de Trump
Stephany Lavalle
Desde su entrada al gobierno, el mundo se ha tornado más caótico e insostenible; es verdad que no se le puede culpar de todos los males a un solo hombre, lo que es una realidad, pero sus palabras han sido la mecha para incendiar.
Donald Trump no es el villano perfecto que todos pensamos ver, ha sido tan solo un porta voz de la frustración de las masas y la válvula de escape de los sectores más radicales de Estados Unidos. No es el líder que la profecía nos anunciaba como absurdo sería compararlo con los grandes líderes de la historia, es tan solo un buen vendedor de discursos de odio.
Lo que un día fue el arma de sus discursos, ahora es la soga que está a punto de ahorcarlo junto con los republicanos. Los sectores que avasalló en su campaña hoy unidos se vuelven contra él: las mujeres, indígenas, afroamericanos, musulmanes e inmigrantes que hoy son el ala fuerte de los demócratas, pues son las mujeres las que lideran sus candidaturas, esas mismas que se manifestaron contra Trump desde el primer día de su mandato; mujeres de las minorías atacadas por sus discursos, como lo son: Deborah Haaland de Nuevo México, quien podría ser la primera congresista indígena; Rashida Tlaib de Michigan, misma que podría ser la primera musulmana en el congreso; así como Christine Hallquist, quien sería la primer Gobernadora transgénero de Vermont.
Hoy están en juego todos los escaños de la Cámara de Representantes y un tercio de la Cámara de Senadores, (Cámara de Representantes cuenta con 235 republicanos y 193 demócratas, Cámara de Senadores 51 republicanos y 49 demócratas) fundamentales para aprobar o desaprobar las tan mencionadas reformas que requiere Donald Trump para llevar a cabo sus planes de gobierno.
Ppero las encuestas no le favorecen al partido en turno, los republicanos están por debajo de los demócratas y es ahora donde empiezan las puestas en escena al estilo Hollywood, las bombas dirigidas a políticos opositores, tiroteos antisemitas, una enorme caravana de centroamericanos inmigrantes llegando a las fronteras de Estados Unidos y todo esto coincide con la fecha de las elecciones intermedias, el día donde los estadounidenses le hacen un examen al gobierno actual.
La caravana inmigrante le ha quedado como anillo al dedo a Trump para acentuar y enardecer las bases republicanas de que es necesaria la política antiinmigrante, pues como rige la máxima “en política no existen casualidades”, según un sondeo realizado en septiembre por The Wall Street Journal y NBC el 61% de los votantes cree que la inmigración beneficia a Estados Unidos, por esta razón no sería descabellado pensar que la caravana migrante sea financiada y fomentada por los republicanos para enardecer los ánimos entre sus bases, debido a que los escándalos del equipo cercano al presidente han generado una baja en la popularidad del gobierno, motivo suficiente para que los republicanos tengan miedo a perder las elecciones del seis de noviembre, teniendo en cuenta que son la antesala de las presidenciales de noviembre del 2020.
