Los crímenes de la ineptitud

Es notorio que los males de México se acentuaron con la presente administración. Ni los chairos, acostumbrados a vitorear y aplaudir hasta los desatinos del que manda y dispone a capricho de lo que desea, podrían desmentir el hecho. Sólo podrían intentarlo con argumentos faltos de cordura y de lógica.

Como un comentarista que aplaudía con la voz henchida de placer y como si estuviera profiriendo la noticia más regocijante, cuyo nombre no recuerdo, porque se trata de un descerebrado.

Uno de tantos enamorados del mandatario que repetía como si adujera la verdad más exultante, palabras más o palabras menos: ’A ver cómo les cae a quienes no quieren a nuestro Presidente. El año entrante, las ayudas van a aumentar tanto por ciento y el otro año, tanto más…’.

Festejaba el hecho como si se tratara de haber rescatado de los brazos de la muerte a su ser más querido. Remachaba con delicia, en primer lugar, algo que no ha ocurrido y en segundo, sin tomar en consideración, siquiera un ápice, que se trata de un acto formador de zánganos y de adictos a la dádiva, que a final de cuentas, debería servir para mitigar la vejez y no para acostumbrar a jóvenes sin oficio ni beneficio, a vivir de limosnas y a vender sus votos y su dignidad.
Comencé con la frase ’es notorio’.

Y lo es tanto, que cuando termine este sexenio, se habrán acumulado cientos de miles de crímenes cometidos por los desatinos de un sólo hombre, de los 130 millones que poblamos este país. Esa es una de las muchísimas razones por las que el Presidente debe preocuparse, al grado de idear la manera de dejar a un incondicional suyo en la Presidencia, que lo rescate de los dientes filosos de la justicia.

Debe estar preocupado por hacer ganar a como dé lugar, con la comisión de todos los atropellos posibles. De todas las trampas. De todas las argucias, al menos inteligente de sus invitados a la fiesta electoral, cuyo nombre ya aparece en todos lados, junto con su desgarbada presencia, su voz cansada y sus palabras repetitivas, copiadas al gran jefe, porque carece de inteligencia. Inclusive para hacer campaña. Tendrían que hacérsela. ¿Para qué gastar espacio en su nombre? Cualquiera lo imagina.

Pero debe estar preocupado, repito, por ese triunfo. De otra manera, podrían hacerle pagar esos crímenes que comenzaron a aumentar de manera estrepitosa, desde su arribo al sitial de privilegio desde donde ni siquiera puede aceptarse que gobierna. Cientos de miles de niños, de mujeres, de personas de todos los tipos y edades, han muerto por sus decisiones erróneas.

Nada menos y nada más, para comentar algo diferente a lo de siempre, a partir de 2018, hace cinco días quedó atrapada una decena de mineros en La Agujita, lugar de Ciudad Delicias, Coahuila y el tiempo ha corrido a la velocidad de la luz, sin que hayan sido rescatados.

Los familiares, obviamente, están preocupados y sus esperanzas se mantienen a fuerza de esperar un milagro.

¿Qué se dice al respecto? Que los recortes presupuestales a partir de 2018 a la fecha, ocasionaron que el número de inspectores dedicados a revisar minas se reduzca 40 por ciento. Es decir, de 42 a 25. Lo que deviene en un crimen.

La tragedia ha arrancado voces de conmiseración, tanto del Presidente como de otros actores que hoy y en el pasado tuvieron que ver con las minas, quienes han declarado que esto no puede quedar así, pues se hará todo lo posible por concretar el rescate.

Pero obviamente, esta no es la solución. Vendrán más tragedias por las mismas razones y por otras diferentes y una vez que ocurran, se escucharán los mismos lamentos fingidos. Pero vale más un voto que una vida.

Napoleón Gómez Urrutia, dirigente del Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos, Siderúrgicos y Similares, habló al día siguiente de los hechos.

De la importancia de que las autoridades federales y estatales realicen más revisiones laborales y aumenten su eficacia. ¿Con qué ojos, divina tuerta? Es fácil hacer recomendaciones.

Es difícil aportar soluciones. ¿Por qué no ofrece algo de lo que les quitó a sus representados, razón de su escape rumbo a Canadá?
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