México, 26 dic (PL) Más de 100 millón de mexicanos, el 95 por ciento de la población, disfrutaron en familia las fiestas navideñas, consideradas las más importantes después de la llegada de los españoles a tierras aztecas en el siglo XVI.
La Noche Buena, la víspera, y Navidad este lunes, cumplen con los patrones de las solemnidades cristianas, aunque las costumbres varían, principalmente entre los más de 20 millones de descendientes de las distintas etnias indígenas.
En la noche del 24 los cristianos realizan sus cenas en espera de Navidad.
Su principal plato, la pierna de cerdo al horno, fue sustituida por mayoría por el pavo, que a juicio de Rubén Hernández, de Chalco, es resultado de la sustitución de la cultura nativa por la estadounidense.
A las mesas llegan exquisitos platos tradicionales: Mixiote navideño, un tipo de paella con diferentes carnes, pollo, pescado, carnero, cerdo o camarones; tamales, los más preferidos son los oaxaqueños, yucatecos y defeños.
Los Romeritos con camarón y mole (mezcla de salsas de tomate); Queso relleno, cuajada fresca con todo tipo de chiles y carnes: Pozoles, el más consumido se prepara con cacao y maíz; Filete de res marinado al tequila y Bacalao al ’estilo México’.
También están presente el Almendrado de gallina, plato con almendras, nuez picada y salsa de tomate; Cuete entomatado carne en jitomate y picantes. Esto son apenas algunos de los más de 300 tipos de comidas especiales para la festividad.
La decoración para estos días es la flor de Nochebuena, también conocida como flor de Navidad, corona del Inca, flor de pascua o poinsetia, entre otros nombres.
Su nombre en náhuatl es tlaxóchitl, que significa ’flor que se marchita’. Los aztecas la llamaban cuetlaxóchitl, para ellos simbolizaba la sangre de los sacrificios que ofrendaban al sol para renovar sus fuerzas.
Un estudio afirma que con el mote de nochebuena se usó por primera vez en las fiestas navideñas del siglo XVII, en Taxco, Guerrero.
La fuente afirma que a inicios del siglo XIX fue llevada a un invernadero de Greenville, Carolina del Sur, Estados Unidos, como una flor exótica. Los mexicanos le dan la paternidad, aunque es conocida y difundida por todo el mundo.
