México brutal, después de 2024

La semana pasada, un diario inició su comentario con la expresión: ’México se ha convertido en un campo de guerra.’ Continúa el primer párrafo diciendo que las escenas parecen sacadas de una película, pero son la realidad que miles de mexicanos viven derivado de la reconfiguración de la delincuencia organizada, la cual tiene sus propios grupos de batalla.
Estos escenarios en todo el territorio nacional nos han llevado a pensar en lo equivocados que estaban nuestros amigos, cuando decían que Estados Unidos no iba a permitir un vecino en donde su mandatario se dedicara a proteger a los grupos de criminales y a destruirlo todo, inclusive con el consiguiente daño a su suelo, por estar pegado al nuestro.
Esta situación también nos hace pensar que la debilidad hasta hoy mostrada por su presidente Joe Biden, lo llevará a la derrota frente al republicano que tenga como oponente. Está bien la tolerancia y el respeto a otros países, pero no la dejadez y la licencia que concede para dejar atropellar, robar y cometer todos los delitos en contra de la población pacífica, que de facto ha permitido el mandatario, inclusive en contra de su mismo Estado.
Con esas credenciales a las que se les van a añadir otros problemas, como el de la edad, el de su carácter blando y el de los desvanecimientos que ha sufrido, la población estadounidense, como los mismos gobernadores de Texas y de Florida, lo mismo que Donald Trump, podrán hacerlo objeto de derrota inminente. La gente allá quiere un hombre fuerte en todos los sentidos.
Mientras, en México, el actual Presidente habrá de heredar una nación realmente ruinosa. Con una economía prendida con alfileres y con todos los problemas que se ha negado a enfrentar. Con un Ejército, cuyo papel de salvaguardar a su patria quedó rezagado o echado a la basura, para dedicarse ahora a hacer los más grandes negocios jamás concebidos por él mismo.
La nota en cuestión dice lo que ya hemos apuntado en este espacio en otras ocasiones. que ’Independientemente de la organización delictiva a la que pertenezcan, se ha hecho ’común’ ver a civiles armados con equipo táctico, similar al de las fuerzas armadas; está el caso del Cártel Jalisco Nueva Generación y las facciones del Cártel de Sinaloa’.
En Guerrero, un estado fallido como todos en donde campea el crimen, es evidente por donde quiera que se le mire, el contubernio de las autoridades empalmadas con las bandas de delincuentes y por lo mismo, la nula persecución a las mismas. Pero no es sólo Guerrero. Son todas las entidades, a merced de la delincuencia armada con la tecnología sofisticada que hoy existe, en donde se han puesto de moda hasta los drones asesinos.
Se ha hecho común en la provincia, ver cotidianamente, a cualquiera hora del día, a personas armadas hasta los dientes de a pie y en camionetas fastuosas, adueñadas por completo de los lugares. Son los amos y señores que no soportan la mínima mirada fija de algún ciudadano despistado, descuidado o inocente, porque se considera un reto que se paga con la vida.
La semana pasada, como ya es costumbre, los diarios publicaron más crímenes en todo el territorio nacional que notas con información diferente. Si acaso, las que se refieren a los problemas económicos fueron muchas, pero jamás en la cuantía de las anteriores, que atiborraron las páginas de los diarios y como siempre también, sin que la autoridad se dé por enterada.
El Presidente apenas atinó a declarar que la Fiscalía General de la República atraería el caso de Fernando García, delegado de esa misma dependencia en Guerrero, asesinado apenas en esa entidad. ¿Quién podría decir que servirá de algo, cuando hemos sido testigos de su nula actuación en el quehacer de procuración de justicia?
Las organizaciones independientes de defensa contra el crimen también han sido abatidas con drones y las autoridades sólo contemplan. ¿Por qué las fuerzas armadas no utilizan la tecnología antidrones que deben poseer? ¿Acaso hay orden de permitirlas para suplirlas por abrazos? ¡Seguramente!
Este México es el mismo o aún peor, que nos espera después de 2024, de continuar, como quiere el actual mandatario, de ganar su candidato fiel a su transformación. No sé si los mexicanos quieren lo mismo.
ariosruiz@gmail.com