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Movimiento de émbolo

Movimiento de émbolo
Periodismo
Junio 23, 2019 18:07 hrs.
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Armando Fuentes Aguirre › guerrerohabla.com

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No hay cosa más gris que los papeles oficiales. Se necesita un poderoso esfuerzo de imaginación para advertir en ellos el pulso de la vida. Los oficios en que se plasma la actividad profusa de la burocracia se redactan con fórmulas solemnes –’machotes’ se les llama en México- que ni siquiera la Cuarta Transformación podrá alterar. Aun con todos los cambios que ha habido si alguien pusiera ’23 de junio’ en vez de ’Junio 23’ seguramente el edificio de la República se cimbraría, y su estructura quedaría alterada.

Por eso fue gran gozo para mí recibir la copia de un oficio perteneciente a la Tesorería de una entidad norteña que no precisaré para no poner en apuros al funcionario que recibió ese oficio. Lo escribió un recaudador de impuestos a quien el Tesorero del Estado envió a hacer el cobro de los tributos que debía un causante moroso, habitante de cierto alejado municipio.

Fue a cumplir la encomienda el dicho cobrador, y tras dar cumplimiento a su misión redactó un oficio, trabajosamente escrito a máquina, para rendir el correspondiente informe. He aquí, sin más cambios que los que exige la buena ortografía, el oficio que ese empleado suscribió:

’Señor Tesorero General del Estado:

’Con fecha del pasado 10 de enero recibí de Su Superior Autoridad la orden de trasladarme a N… a fin de hacer efectivo el cobro de los impuestos no pagados por el ciudadano Torcuato de la Cruz, originario y vecino de esa población.

’Una vez que me apersoné en el domicilio fiscal del causante le hice la notificación correspondiente, y le requerí en términos de ley el pago del adeudo que tiene pendiente con la Tesorería estatal, haciéndole saber además las penas en que incurren los deudores morosos.

’El dicho deudor me preguntó a cuánto ascendía el monto de lo por él debido, y yo se lo informé con detalle, tanto en lo relativo a la suerte principal como a las multas y recargos a que se ha hecho acreedor por su morosidad. Al conocer la cantidad el dicho deudor se inconformó de la manera que a continuación expongo en forma detallada.

’Levantó la mano izquierda a la altura del pecho, y con los dedos índice y pulgar de dicha mano formó un ángulo de aproximadamente 90 grados. Luego, elevando la derecha, esgrimió el dedo índice de esa mano y, poniéndolo en la esquina del ángulo antes mencionado hizo con él un movimiento de émbolo o pistón, como de entrada y salida, al tiempo que me dijo las siguientes palabras, que transcribo sin poner ni quitar nada de mi parte, sino antes bien en los precisos términos en que me fueron dichas: ‘Tengan usted y el Tesorero del Estado’.

’Lo cual, señor Tesorero, hago de su superior conocimiento para todos los efectos legales a que haya lugar’.

Me causó mucho regocijo la lectura de ese oficio. En él están las consabidas fórmulas usadas por la burocracia en todo el mundo, pero está igualmente la insólita narración de un hecho merecedor de ser registrado por la Historia Universal. Ojalá no se pierda ese oficio en el mar amarillo de los papeles oficiales. Si yo pudiera lo haría poner en marco, y lo exhibiría en modo permanente para alegría y solaz de la generación presente y las futuras.

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