Tiempo de defender la democracia

’El voto es preciado. Es la herramienta sin violencia más poderosa que tenemos en una sociedad democrática y debemos usarla’: John Lewis
Hay una insistencia insana desde Palacio Nacional en imponer la agenda pública desde la conferencia mañanera, pero esa prerrogativa de hacer que lo importante se difumine y la información tendenciosa acapare los reflectores solo es posible con un vasto aparato propagandístico del cual, al menos en México, sólo puede disponer quien ocupa la Presidencia de la República.
Por eso vale la pena defender hasta con las uñas nuestra democracia, esa que haga posible la sucesión presidencial y permita cambiar al presidente y su equipo de gobierno, así como sus privilegios, y esto sólo puede lograrse mientras se mantengan las libertades y garantías que permitan elecciones ciudadanas, libres y directas, donde los candidatos a puestos de elección tengan suelo parejo para contender.
La elección de candidatos mediante encuestas a modo son producto de decisiones unipersonales cuestionables, como fue el caso de Coahuila, donde no ha sido posible controlar los desacuerdos con esa decisión cupular ni evitar la exhibición vergonzosa de los involucrados en dimes y diretes que afectan al presidente de la República; al dirigente de Morena, Mario Delgado; al exsubsecretario de Seguridad, Ricardo Mejía Berdeja y al ungido, Armando Guadiana.
Los morenos se acusan recíprocamente de corrupción, traición y demás lindezas propias de quienes mercan con posiciones políticas, prometen transformaciones y no cumplen. Si no queremos ser víctimas de engaños, propugnemos por ejercer la democracia directa, por lo que hay que desoír a los líderes que oyen voces divinas y creen poseer la voz del pueblo, mejor que nuestro voto libre y secreto decida.
Es obligación de los ciudadanos vigilar que los gobernantes una vez electos y en el cargo se ocupen de administrar la cosa pública y no quieran tripular su propia sucesión para preservar su poder.
Iniciamos 2023, un año decisivo para evitar perder todo lo que hemos ganado en materia de libertades y derechos electorales. Aún estamos a tiempo de detener la degradación de nuestro sistema democrático, como está ocurriendo en varias naciones del continente americano en otros continentes.
En México, la evolución del derecho electoral en los últimos 30 años permite elecciones auténticas y verificables, ya hemos visto que la ciudadanía mexicana ha optado mejor por la alternancia a preservar en el poder presidencial a una sola opción partidista. Luego de mantenerse el PRI en la presidencia por más de 70 años, a partir del 2000 ganó el PAN, y repitió en 2006-2012, para regresar el PRI en 2012-2018, y ganar Morena en el 2018-2024.
Por las acciones del gobierno actual en contra del INE, sus consejeros independientes, su autonomía institucional, el tema preocupa a todos. Por eso, entre otras razones, los consejeros electorales Lorenzo Córdova, presidente del INE y Ciro Murayama, quienes dejarán el cargo en dos meses, elaboraron un manual para defender la democracia, intitulado: "La Democracia No se Toca", bajo el sello de editorial Planeta.
Se trata de un manual ciudadano, según dijeron, para defender la democracia, entendida esta como "ese sistema político en que la pluralidad y diversidad es reconocida y no perseguida desde el poder... se pueden ejercer libertades sin que el poderoso nos autorice".
Seguramente López Obrador descalificará esta obra que es antagónica a sus intereses personales de ejercer un liderazgo autocrático, sin límites, ni órganos autónomos, sin cuestionamientos ni manifestaciones en contra, olvidando que las minorías tienen derecho a volverse mayorías --como fue su caso-- y que todos estamos obligados a coexistir bajo el cobijo y cumplimiento de las leyes, en la pluralidad y en forma pacífica. Por mi parte, creo que debemos leer este manual realizado por especialistas connotados y, sobre todo, aplicarlo.
Actualmente existen dudas sobre las leyes que regirán las elecciones presidenciales del 2024, debido a las leyes secundarias electorales aprobadas en diciembre de 2022, dentro del llamado plan "B", ideado en la presidencia de López Obrador y aprobado en diciembre pasado por legisladores de Morena y aliados, introducen modificaciones contrarias a lo que establece nuestra Constitución General de la República, ya que tratan de afectar la autonomía, capacidad y suficiencia de la autoridad electoral y violentan principios de equidad en la competencia electoral, entre otros aspectos.
Por ejemplo, en la Ley de Comunicación Social, en vigencia desde el 28 de diciembre del 2022, se contraría la prohibición estipulada en el Art. 134 constitucional para que los servidores públicos no puedan usar recursos del erario para hacer proselitismo, también introducen modificaciones para considerar propagada sólo la que se realiza con recursos presupuestales etiquetados. Ambos casos, de aplicarse, violentarían los principios de equidad y dan ventaja a los funcionarios gubernamentales para hacer campaña.
Otras normas secundarias del Plan "B", igualmente contradicen lo estipulado en nuestra carta magna, por lo que la Suprema Corte de Justicia de la Nación deberá resolver los recursos de inconstitucionalidad con sentido de urgencia: es tiempo de definir con claridad y firmeza el andamiaje jurídico a usar por los consejeros del INE como autoridad electoral y por los magistrados electorales del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, a cargo de impartir justicia y resolver impugnaciones en el proceso electoral de 2024.
Tengamos presente que a más tardar en el mes de mayo próximo deberá estar clarificada la legislación en la materia, dado que en septiembre de 2023 se inicia el periodo del proceso electoral federal a efectuarse el domingo 2 de junio de 2024, en el que más de 95 millones de mexicanos inscritos en el padrón acudirán a las urnas a elegir al nuevo presidente, 128 senadores y 500 diputados federales, en tanto que se renovarán nueve gubernaturas, así como 30 congresos locales.