Tristeza

Cuando uno lleva años perdiendo
Apenas espera nada de la vida

Ya es hora de proteger nuestro patrimonio.
Cuando el explorador portugués, Pedro Álvarez Cabral pisó por primera vez suelo brasileño en la costa de Bahía, en abril de 1500, había en el país 5 millones de indios, repartidos entre 900 tribus. Hablaban 1,275 lenguas y, exceptuando las habituales escaramuzas tribales, eran gente pacífica.
Cinco siglos después de haber sido ’civilizados’ por los europeos, la población indígena había sido diezmada. Sólo quedaban 270 individuos repartidos en 206 tribus que hablaban 270 lenguas.
La guerra, los asesinatos, la esclavitud, las pérdidas territoriales, las enfermedades… aquellas ’culturas civilizadas’ no habían olvidado ningún método de exterminio de los indios.
Historia violenta y repugnante.
Los colonizadores trajeron la viruela, el sarampión, fiebre amarilla, gripe y tuberculosis. Si los indígenas no colaboraban eran asesinados con armas más sofisticadas que las flechas y los dardos envenenados,
Los mineros, los agricultores y los magnates del caucho los esclavizaban. Los indios eran quemados en hogueras por los curas, perseguidos por ejércitos y bandas de malhechores, violados a voluntad por cualquiera y asesinados con total impunidad. ¡Y el propio gobierno formaba parte del enemigo!
Es lo más triste… ¡Y nos pasó lo mismo con los españoles!
¡Cosas Veredes, Chonito!