EN LA OPINIÓN DE.../
RICARDO SANHER
El flagelo de la pandemia conocida como Covid-19, ha sacado a flote lo mejor y lo peor del ser humano, en este caso del mexicano. ¿Por qué lo mejor? Por la valiosa colaboración del sector de la salud, quienes sin reparos ponen en riesgo sus vidas al afrontar este flagelo que está terminando con la vida de miles de mexicanos; y lo peor, porque le ha dado una oportunidad más a la delincuencia para poder llenarse los bolsillo de dinero lucrando con la ’supuesta venta de productos’ indispensables para hacer frente a esta pandemia, como cubrebocas, gel antibacterial, guantes de nitrilo y látex, ropa quirúrgica, termómetros de mercurio y digital y un larguísimo etcétera.
Para obtener cuantiosas ganancias de estas ’supuestas ventas’, los delincuentes armaron una estrategia mediante la cual enganchan a empresarios honestos como a compradores de buena fe a quienes sin importarles nada y con la promesa de ventas millonarias los estafan, extorsionan e incluso los secuestran.
Los delincuentes aprovechan la inseguridad que campea en el territorio nacional y para hacerse de la confianza de los empresarios y compradores de buena fe, esgrimen el argumento de tener ’conocidos’ dentro de algún partido político, de ser amigo o familiar de algún diputado o senador y con esto derribar cualquier desconfianza que pueda albergar el empresario o comprador.
Como resultado de una investigación encabezada por quien esto escribe, se pudo corroborar que la estrategia de estos delincuentes es tan burda y repetitiva, que ya hasta entre ellos mismos se tratan de estafar y los empresarios se desisten al menor intento de estos delincuentes por comprarles su mercancía.
Para estos empresarios ya no bastan los requisitos de proporcionar copia del INE, prueba de fondos, contrato de intención de compra, prueba de la existencia del producto, ya que al estar este mercado tan manoseado, esto dejó de ser un acto de buena fe y seguridad para ambos lados.
Todo esto motivado por el peligroso riesgo del robo de identidad, ya que circulan por las redes sociales (léase WhatsApp y Facebook) INE’s, RFC’s y razones sociales de supuestos compradores, cartas y videos de «aparente» comprobación de fondos de bancos nacionales y extranjeros con todo y videos apócrifos que presentan la existencias millonarias de dichos productos, los que son reenviados una y otra vez a través de las redes y sirven de gancho para estafar de ida y vuelta a proveedores y compradores.
Esto, señor Presidente, es todo un esquema que están utilizando las organizaciones delincuenciales para estafar a empresarios y compradores, lo que pinta de cuerpo completo a estos despreciables mexicanos y extranjeros que lucran con la desgracia del pueblo, si no ataja este ilícito pronto las muertes que se produzcan de estos actos deleznables se sumarán a su ya abultada deuda de fallecimientos por la pandemia, la inseguridad y esta fábrica de estafas.