Amenazas, ¿qué hará el Presidente?

Quisiéramos saber qué hará el presidente López, ante la denuncia de amenazas recibidas por periodistas, que el Cártel Jalisco Nueva Generación les ha lanzado porque, como se estila en todas las zonas en conflicto del mundo, acuden a cubrir la información que en ellas se genera, con la exposición de sus vidas y armados no más que con los implementos para realizar su trabajo.
La información no cita el lugar en pleito, pero es fácil deducir que se refieren a Aguililla, el lugar que desde el primer tercio de este año comenzaron a disputarse diversos grupos criminales, por estar colocado en un punto estratégico para el paso de la droga, tanto la que se recopila en Michoacán, como en Guerrero, rumbo a la Ciudad de México y al norte.
¿Qué hará el hombre que manda sobre la población civil inmersa, según él, en ideologías conservadoras y neoliberales, a la que diariamente insulta, desalienta y amenaza, con anuncios de reformas e iniciativas absurdas, pero que también da muestras de complacencia a los criminales que asuelan los dos millones de kilómetros cuadrados de suelo mexicano, a quienes prodiga consideraciones, así como respeto a sus libertades y quehaceres delictivos?
¿Defenderá acaso a la prensa? ¿A esa que diariamente descalifica e insulta con elucubraciones que afirman que sólo está dedicada a defender la antidemocracia y a sus adversarios? ¿A esa que ha sustituido en sus conferencias mañaneras con una bola de simuladores que seguramente no escriben ni sus nombres? (se nota cuando leen preguntas que los encargados del manejo de la prensa les formulan, porque no son capaces de hacerlo por sí mismos)
¿O simplemente dejará correr las amenazas que han sido denunciadas, para que de una vez por todas, los periodistas reales que se encuentran en peligro reciban un escarmiento y dejen de meterse con el gobierno que hoy está vigente? Pues hay probabilidades de que esta situación le consiga un nutrido aplauso de sus simpatizantes, toda vez que no existe acción que emprenda, por negativa que sea, que no merezca la aprobación de ellos.
Varios medios, como El Heraldo de México, El Universal, El Gran Diario de México, La Silla Rota, Proceso, TV Azteca, Publimetro, Animal Político, La Sociedad Interamericana de Prensa y muchos otros, consideraron inaceptables las amenazas que se difundieron a través de las redes sociales. Especialmente en contra de la periodista Azucena Uresti.
Los periodistas solicitaron que el gobierno se aboque a implementar los mecanismos necesarios para su protección, de acuerdo con lo que dicta la Constitución mexicana, de brindar seguridad a los comunicadores amenazados, igual que a todos los mexicanos, sin distinción de preferencias electorales, que es lo que más importa al mandatario.
Recordaron que México es uno de los países más peligrosos para ejercer la profesión de periodista, reconocido de esa manera por muchos países del mundo, tanto por la cantidad de profesionales de la materia víctimas de la delincuencia, como por la actitud asumida por el Ejecutivo, de descalificaciones incesantes que ponen en riesgo sus vidas.
Por esa razón, en su demanda, los periodistas apuntaron que ’son tiempos de garantizar la libertad de expresión y fortalecer la democracia en el país en lugar de debilitarla’.
¿Qué hará el Presidente? ¿Mandar a un experto en abrazos para entrenar a los reporteros en ese difícil arte y así ablandar el corazón de piedra de los amenazadores?
Sinceramente pensamos que no hará nada al respecto. Si fuera así, ya lo hubiera hecho desde el principio de su mandato. Además ha repetido que no se apartará de su flamante estrategia de prodigarles abrazos porque funcionará. Aún cuando a la fecha, los muertos por la delincuencia han aumentado de manera nunca antes vista, con clara tendencia a aumentar.
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