Breve homenaje a La Prensa

Existe una sentencia gubernamental en contra de los periodistas que se dedican a investigar y a hacer análisis, para descubrir las verdaderas intenciones de llevar a México a un estado tan lamentable, del que le será sumamente difícil salir debido a ese estado de devastación, que hoy ya ha alcanzado niveles que parecen insuperables, cuya intención consiste en perpetuar en el poder al partido más pernicioso que haya sido concebido y creado.

Ha sido dictada paulatinamente, desde 2018, con la anuencia de una buena parte de mexicanos cegados por el brillo de la perversa llama infernal que irradian junto con el tintineo aturdidor, las monedas hechizantes que recibe, sin sospechar que son como el grano que amansa a las bestias salvajes, para luego ser encerradas en corrales, en donde acaban por hacer lo que el amo desea.

En el caso de Morena, el recipiente que contiene el elíxir embriagador de su extraño perfume ha comenzado a derramarse y a descomponerse. Esto provoca una visión más clara sólo en aquellos que desean ver.

Otros habrán de morir con una sonrisa de satisfacción, por haber mostrado una fidelidad brutal a ese amo que los maicea para obtener lo único que le importa: sus votos. Con el propósito de llevar a todo un país al precipicio, con las diarias mentiras mañaneras.

La prensa mexicana. La que investiga y analiza debe ser acallada. No le conviene a Morena que su presencia mefítica sea percibida por ésta. Debe ser aniquilada para dejar vivir sólo a la que le aplaude.

A estas alturas, ya muchos analistas dejaron las tribunas de la verdad, por influencia del que ahora permanece escondido por temor a su propio cinismo, cuando hablaba de aplausos a los delincuentes, que provocaba una reacción al revés, consistente en que, si así se expresaba, era porque nada tenía que ver. Y logró su objetivo en gran parte de México.

En los ciegos que continúan igual.

Aplaudo a los que no se han doblado a pesar de las amenazas. A La Carpeta Púrpura, que habló científicamente del fraude electoral presidencial del año pasado, con lujo de detalles y con pruebas suficientes. A Código Magenta. Que ha logrado reportajes excepcionales, de verdaderos profesionales, que han logrado un avance espectacular en sus investigaciones del huachicol.

A Héctor de Mauleón, hoy vilipendiado y acechado por Morena, porque le incomoda su profesionalismo. A Raymundo Rivapalacio.
Siempre atinado e informado y, en suma, a muchos que se mantienen en la trinchera de la verdad, cuya investigación en aras de librar a este país de la insidia pertinaz del gobierno, permanece evidente, además de incansable.

A Anabel Hernández y a Elena Chávez, valientes e inteligentes que han dado a la historia de este país, pasajes que conocen y conocerán nuestros descendientes. A Juan María Naveja.
Incansable y ameno investigador. Ágil, esforzado y animoso revelador de desengaños.
A Ricardo Ravelo, escritor de un libro que pronto verá la luz, con más aportaciones sobre el nefasto Rubén Rocha Moya, gobernador de Sinaloa que hoy mantiene a esa entidad en estado permanente de guerra. Siempre vitoreado y aplaudido por los mandamases pasados y presente, sin asomo de pena, por más que se conoce de sus ligas con los criminales.

Mucho debe saberles.

La lista es demasiado larga. Pero hay que reconocer que en una lucha tan desigual como la que prevalece, a pesar de enfrentar un aparato que cuenta con todos los recursos para silenciar a la Prensa, desde los pecuniarios hasta los jurídicos, los representantes de ésta que valen la pena continúan insistentes en la persecución de un bien que hasta los simpatizantes del gobierno tendrán que reconocer algún día.

Salvo que su ceguera sea crónica.

Lo ocurrido el sexenio pasado y éste, seguramente quedará inscrito como la historia siniestra de México, para ejemplo de muchos otros países y si se supera pronto, para los mismos mexicanos que merecen un mejor destino.
ariosruiz@gmai.com