Epístolas Surianas

(Carta a Don Héctor)

(Carta a Don Héctor)
Periodismo
Septiembre 13, 2019 18:28 hrs.
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De Julio Ayala Carlos › guerrerohabla.com

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NO ES NUEVO, TODOS LO SABEN, que los regidores, e incluso los síndicos, sólo sirven en los ayuntamientos para cobrar, y muy bien, como miembros del Cabildo, encabezado por el Presidente municipal. Y también sirven, hay que decirlo, para ponerle piedras en el zapato al Presidente, para ponerse en su contra, y para convertirse en su ’caballo de Troya’, en vez de ayudarle a gobernar. Es decir, no sirven de mucho, y sí estorban.

Y eso es lo que ocurre en Chilpancingo, en donde los regidores, y uno de los dos síndicos, que por cierto fue incluido en la planilla a propuesta del hoy presidente municipal, prácticamente se han convertidos en enemigos del alcalde, no por sus ganas de trabajar por los chilpancinguenses, sino por apoderarse del presupuesto y manejarlo como si fuera suyo.

Por supuesto que no sólo ocurre en Chilpancingo, en donde los regidores, una parte, hay que decirlo, están en contra del alcalde y en consecuencia se oponen a todo lo que proponga, sino también ocurre en Iguala, en donde Antonio Jaimes, que no es una señora de la caridad, tiene en contra al Cabildo. Por supuesto que también ocurre en Acapulco, en donde Adela Román tiene en contra a una síndica que se cree más que la edil. Y por supuesto que ocurre en gran parte de los ayuntamientos, cuyos ediles, en vez de ayudarle a gobernar al presidente municipal, son una piedra en el camino.

Ciertamente el Cabildo es la máxima autoridad de gobierno en cada Ayuntamiento, integrado por un alcalde, uno o dos regidores, y un número de regidores según la población existente en cada municipio. En teoría, y lo que debiera ser, es que tanto alcalde como sindicos y regidores, si bien provienen de distintos partidos, trabajaran como un solo ente en bien del municipio, y por supuesto, de la población.

Pero, ocurre que no es así. En vez de trabajar como un solo equipo, en razón de que la campaña ya quedó atrás, y los que integran el Cabildo, encabezado por el Presidente Municipal, juraron ’cumplir y hacer cumplir las leyes…’, en vez de hacer a un lado las diferencias políticas para ponerse a trabajar por el municipio, lo primero que hacen los síndicos y los regidores es convertirse en enemigos del alcalde, o hacer de él su principal objetivo para que fracase al ser cabeza del gobierno.

Es pues triste, lamentable y condenable, y una falta de respeto para los chilpancinguenses, el pleito que se traen un grupo de ediles contra el alcalde, a quien, como ya hemos dicho, en vez de ayudarle a gobernar, en vez de ser parte de la atención y solución de los problemas que enfrenta Chilpancingo, como el de la inseguridad, como el de la recolección de basura, como el de la falta de agua potable en la ciudad capital, estén más ocupados en hacerlo fracasar.

Sí. En vez de que los regidores del Ayuntamiento de Chilpancingo, entre ellos, Samil Daniel Ávila y el síndico Víctor Manuel Ortega, le ayuden a gestionar recursos y encontrar soluciones para resolver el problema de la escases de dinero para cubrir la nómina del gobierno municipal, los sujetos de referencia, aún a sabiendas de que faltan recursos en las arcas municipales se incrementan partidas presupuestales, ’al fin que para eso son autoridad’.
Es decir, en vez de ayudarle a gobernar al alcalde Antonio Gaspar Beltrán, en vez de ser parte de la solución de los problemas, el grupo de regidores se convierten en parte del problema, y más cuando se convierten en obstáculos del gobierno para que éste, con todo y dificultades, pueda salir de ellos.

No sé si sea cierto que los regidores del Ayuntamiento municipal de Chilpancingo ganen 100 mil pesos de salario mensualmente, aunque hay datos que también acordaron otras partidas para cada uno de ellos por un monto de 80 mil pesos. Si es así, lo anterior es un robo a los chilpancinguenses y un atentado a las finanzas municipales que no solo debe ser denunciado, sino también ser motivo de cárcel, dado el exceso en el que han caído, además de que no puede haber un pueblo pobre y regidores ricos. Mínimo debería darles vergüenza.

Y es que, hay que decirlo, hay regidores que ni siquiera lo parecen. Y hasta la cara tienen de tontos. Y hay regidores, hay que decirlo, que sólo cobran su oneroso salario que, vale la pena decirlo, no lo devengan y mucho menos lo merecen.

Hace unos días, debo decirlo, tuve la oportunidad de estar en tres eventos del alcalde, en donde inauguró obras en una escuela primaria, arrancó la pavimentación de una calle, y por último inauguró la pavimentación de otra. En estos tres eventos, sólo asistieron dos regidores, cuando, según dijo Antonio Gaspar Beltrán, la invitación a los mismos se les hace a todos.

Dicen: algunos no van porque no les importa, otros porque usan zapatillas, y otros, porque andan haciendo grilla en su partido.

Cierto. Dan vergüenza ajena. Son unos jijos de la chin… tiznada.

Comentarios: julio651220@hotmail.com

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