Ceteg: dos negociaciones

Son parte de los arreglos inconfesables. No tanto de la lucha para favorecer al magisterio de a pie, que sigue siendo el mismo de siempre. El más golpeado no solo por el bajo salario que percibe, sino por los liderazgos de ocasión que se caen ante las evidencias de las negociaciones soterradas. En lo oscurito. Y de repente, les juegan rudo. Les dicen que el movimiento ’ya agotó su ciclo’. En consecuencia, se debe pasar a otra etapa de la lucha. Regresar a las aulas. De actores, la mayoría de esos maestros disidentes se convierten en espectadores. Así ha sido siempre. La misma película reciclada. Hoy no es la excepción. Se lee así.

CETEG: APRETAR TUERCAS.- Los exdirigentes de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación en Guerrero (Ceteg), Antonia Morales Vélez y Ramos Reyes Guerrero, afinaron bien la estrategia: la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, ocurrida la noche del 26 y la madrugada del 27 de septiembre de 2014, les suministró de una coartada inmejorable para demandar la derogación de la Reforma Educativa. El 8 de octubre de ese mismo año y enarbolando esas dos banderas, instalaron un plantón indefinido en la Plaza Cívica capitalina. Pero algo pasó. Ocurrió una negociación torcida. Porque seis meses después, Ramos Reyes decide separar su plantón. Se fue con sus seguidores a bloquear la avenida Ruffo Figueroa de Chilpancingo, el 15 de abril de 2015. Un año después del arribo del actual gobernador priísta Héctor Astudillo Flores, las huestes cetegistas de Ramos Reyes, liberaron la avenida que mantenían secuestrada. Lo hacen efectivo el 13 de octubre de 2016. El 18 de octubre de ese mismo año -cinco días después de la acción de Ramos-, Antonia Morales decide

también, levantar su movimiento del zócalo. De golpe, el gobernador Astudillo le dio un toque negociador exitoso a su incipiente gestión. Desde esa fecha, la Ceteg pasó a retiro. Llegó a movilizarse, pero ya no desquició el tráfico ni la ciudad. Hasta el pasado lunes. Las lecturas al respecto son inevitables: 1.- En la Ceteg deben estar confundidos. Porque, por un lado, AMLO les ha prometido la derogación de la Reforma Educativa, impulsada por el feneciente presidente priísta, Enrique Peña Nieto. Y por el otro, ya recibió a las huestes magisteriales agrupadas en el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), o los charros, quienes doblegados como siempre a la parte patronal, fueron a quemarle incienso al presidente electo. Y de paso, aceptar la cancelación de la Reforma. Lo anterior entraña desde luego, un costo político. No es casual que en reiteradas ocasiones y como parte de la guerra sucia tricolor contra López Obrador, le endilguen una ’amistad’ política con la expresidiaria, exdueña del SNTE y cacique magisterial, Elba Esther Gordillo. La Ceteg ignora cuál será el trato para ellos y cuál para los del SNTE. Por eso, la mejor forma de enseñar el músculo y abrir la negociación al respecto, es movilizándose. Y desquiciando otra vez con su plantón, la avenida Circunvalación de la capital. 2.- Por otro lado, la negociación política de 2016 con el gobernador Héctor Astudillo, ya caducó. Trasciende que los líderes de la Ceteg, están enfocados en tres asuntos centrales: empujar la renuncia del actual titular de la Secretaría de Educación Guerrero (SEG), José Luis González de la Vega Otero, artífice de la Reforma Educativa de Peña Nieto en Guerrero y cuya interlocución ya no resulta rentable con el arribo de AMLO a la presidencia; la negociación de nuevas asignaciones de plazas y reconocimientos de categorías laborales aprovechando esa coyuntura; y la preservación de sus prerrogativas, entre las que destacan los Comisionados en oficinas que cobran por vegetar. En cierto modo, la Ceteg advierte una situación explotable: la vulnerabilidad política

del actual mandatario estatal, atribuible a los recientes hechos de violencia que lo instalaron en el ojo del huracán. Y le restaron legitimidad. Así, los lideres cetegistas intentan abrir una doble negociación: con el presidente del país entrante. Y con el gobernador Astudillo. Ahí radica la esencia de ’su lucha’.

HOJEADAS DE PÁGINAS…El personaje que, de plano, se fue de turista al Congreso local, es el secretario de Finanzas y Administración y familiar del gobernador, Tulio Samuel Pérez Calvo. No dio cifras convincentes, les proporcionó a los diputados locales unas hojas relacionadas con el manejo de las finanzas extraídas del Tercer Informe y evadió contestar preguntas clave sobre cómo está aplicando los recursos. Confirmó que la dependencia que maneja está saturada de anomalías. Es la más opaca de todas.