Maullidos Urbanos
Gato de Barrio
Uno de los fundamentos de la política es una adecuada una adecuada y positiva negociación para llegar a acuerdos entre las partes en conflicto para superar diferencias, pero el presidente Andrés Manuel López Obrador parece no entenderlo o ignorarlo, ya que en lugar de tener acercamientos con sectores sociales en conflicto, lo que genera son más enfrentamientos.
Un caso concreto es el de los padres de familia con hijos que padecen cáncer y tienen más de dos años en demanda de medicinas y tratamientos para que sus hijos puedan superar esa enfermedad; ante ello, el mandatario mexicano prefiere culparlos de ser manipulados por empresas farmacéuticas a fin de incitar una campaña en contra de su gobierno.
Asegura que el desabasto de medicamentos se desencadenó tras desmantelarse el monopolio de diez farmacéuticas que le vendían al gobierno cien mil millones de pesos al año, que ni siquiera eran laboratorios o empresas farmacéuticas sino distribuidoras de medicinas, ’empresas las enfrentamos durante todo este tiempo con campañas en los medios’.
Según López Obrador, ya existen todas las medicinas para atender a niños con cáncer, adquiridos en Corea, India y Argentina y en su conferencia mañanera en Oaxaca insistió: ’Ya estamos rompiendo ese monopolio y yo espero que pronto no falten todos los medicamentos’.
En fin, ¿se tienen todas las medicinas necesarias o esperan que ya no falten más?
Considero que si en ese supuesto afán de terminar con ’toda la corrupción’, en lugar de haber cancelado los anteriores contratos, con los cuales no existió falta de medicamentos, los hubiera perfeccionado para terminar con las irregularidades y malas prácticas, no se habría registrado ningún problema y, en consecuencia, no existirían movilizaciones de protesta.
Pero no sucedió así. Incluso, afirmó haber recurrido a la ONU para adquirir medicinas en mejores condiciones económicas, pero lamentablemente falló en ese propósito, aún subsiste el desabasto y en consecuencia las demandas de los padres de familia, quienes con pruebas reiteran que todavía faltan los correspondientes tratamientos médicos.
López Obrador ha insistido en que estas demandas no deben politizarse, pero es él quien incurre en esta situación al culpar a quienes demandan la solución al problema.
Así como ha sucedido con quienes exigen las medicinas para sus hijos, López Obrador se enfrenta con otros sectores, como profesores disidentes, personal médico despedido a pesar haberse comprometido a darles base, maestros de las Universidades del Bienestar, entre otros, lo cual sin duda repercutirá negativamente en su gobierno y su futuro político.
