Lectura política
Noé Mondragón Norato
www.guerrerohabla.com
Hay muchos cabos sueltos en el homicidio de la oftalmóloga del IMSS, Reyna Valenzo Pérez, asesinada la tarde del pasado viernes 12 de octubre. Y es que, de acuerdo a la versión del vocero de seguridad, Roberto Álvarez Heredia, ’el ataque fue directo’ contra ella. Sin embargo no estableció el móvil. Lo cierto es que no fue el robo, porque el vehículo no se lo llevaron los homicidas. Tampoco sus pertenencias. Y de ahí se abren algunas variables.
HOMICIDIO POLÉMICO.- A la especialista en oftalmología -quien ya era jubilada del IMSS-, sus ejecutores la siguieron desde calles atrás de acuerdo a la versión de Álvarez Heredia, quien no admitió preguntas de la prensa en esa conferencia. Se entiende entonces que le habían puesto ’campana’ como se dice en el argot criminal. Pero hay muchas lagunas en ese caso, que ya se volvieron polémicas: 1.- El crimen ocurre casualmente, en una doble coyuntura política: justo cuando la alcaldesa del Morena en Acapulco, Adela Román Ocampo, fustigó a los elementos de la Policía Preventiva, en el sentido de que ’se acabará con la cuota diaria que los jefes de la Preventiva, exigen a las policías’. Esa postura la fijó alrededor de las 11 de la mañana. Y la muerte de Reyna Valenzo, ocurrió pasadas las tres de la tarde. Eso fue por un lado. Por el otro, la ejecución se concretó cuando el gobernador realizaba sus informes regionales. Y justo cinco días antes de que acudiera al Congreso local a enviar un mensaje sobre el mismo. Es decir, pudo tratarse de un hecho deliberado con el fin de trampear tanto a la alcaldesa morenista, como al propio mandatario estatal. Meterlos en
dificultades mucho más altas de las que ya las tiene éste último. Y frenar e inhibir de algún modo, a la que va llegando al poder municipal. 2.- La rapidez con la que la Fiscalía General del Estado (FGE), capturó a los tres presuntos homicidas de la oftalmóloga, también se encuadra en esa vertiente. Se entiende que dicha dependencia pretendió que el mandatario estatal llegara al Congreso local sin ser cuestionado en ese sentido, por los diputados locales de mayoría morenista. Porque la FGE ya había resuelto el homicidio. El mandatario estatal se quitó así, una presión política importante. El punto, sin embargo, es que los compañeros de la víctima irrumpieron en la conferencia de prensa. Y cuestionaron que ’el método científico utilizado por la FGE deja mucho que desear’. Literalmente, evaluaron que los detenidos podrían ser chivos expiatorios, porque ’falta credibilidad en la información’ sostuvo el médico Roberto Martínez de Pinillos. 3.- Finalmente y si la FGE detuvo a los tres presuntos homicidas, es de simple sentido común que, todos ellos debieron confesar el motivo por el cual asesinaron a Valenzo Pérez. Pero el vocero de seguridad, Álvarez Heredia, no lo mencionó. U Omitió hacerlo. Y abrió paso de manera natural, a la suspicacia. A la confusión y a la duda. Porque a todo lo anterior se suma un hecho controversial: esta vez las cámaras del C-4 y C-5, funcionaron a la perfección con el fin de ubicar recorridos, vigilancia y ataque de los homicidas. En Acapulco, varios crímenes y agresiones a balazos han ocurrido en pleno centro o en la transitada Costera Miguel Alemán. Para esos casos sin embargo, las cámaras de vigilancia ubicadas estratégicamente, nunca han servido. Es claro que, ante la presión de médicos, enfermeras y camilleros por ese homicidio que derivó en escándalo mediático y en las redes sociales, la FGE se vio obligada a manejarse con
celeridad. No porque en verdad estuviera en la frecuencia de resolverlo, sino porque la efeméride y la coyuntura política, obligaba a que así lo hiciera. El crimen se polemizó. Inevitablemente.
HOJEADAS DE PÁGINAS…A la vertiente siniestra de los feminicidios, se sumó el de la maestra Iztel Vega Radilla, quien fue reportada como desaparecida desde el pasado 12 de octubre en Acapulco. La encontraron muerta tres días después en un paraje desolado. Y los dos muertos anoche en un ataque armado en la colonia Santa Anita de Zumpango del Río. Un hombre y una mujer. La violencia está imparable. Y en esos casos, la FGE no arroja ningún resultado. Qué tal.