Sin medias tintas

Cuando el cinismo ya no tiene límites

Cuando el cinismo ya no tiene límites
Periodismo
Febrero 22, 2019 23:01 hrs.
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Jorge VALDEZ REYCEN › guerrerohabla.com

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• Cuando el cinismo ya no tiene límites
• Rogelio Ortega ’premió’ la corrupción
• El sucio juego de un activista, ’al aire’
Fue un clásico ’machetazo’ al caballo de espadas.
La vida pública (y privada) de nuestro personaje periodista, huésped de esta columna, ha sido la disipación, el escándalo y un activismo a ultranza disfrazado de periodismo, desde los años 80’s.
Salpicada de corrupción, su vida en los medios ha sido tormentosa: Félix Salgado Macedonio, cuando fue director de ’La Jornada’ Guerrero tuvo suficientes elementos para proceder penalmente en su contra por fraude equiparado por millones de pesos. El lloriqueo y la promesa de pagar su deuda, que quebrantó las finanzas de la empresa editorial, evitó que pisara la cárcel. Fue un escándalo público.
Años más atrás, un litigio laboral añejo con ’El Sur’, que llevó a una confrontación personal con su director Juan Angulo Osorio, sirvió a nuestro aludido campeón del cinismo para burlarse de quienes le ofrecieron espacio, una casa editorial y solidaridad a su orfandad ideológica. El pago fue la ingratitud, el uso faccioso de sus páginas para fustigar a políticos y extorsionarlos. (El Caso del buque ’Restigouche’, fue emblemático de sus tropelías que jamás fueron objeto de investigación ministerial alguna, se cobijó del manto de la impunidad).
Al gobernador Ángel Aguirre Rivero lo extorsionó y para presionarlo escribió un reportaje donde ’las caballerías del mandatario, en su rancho de Ometepec, tienen aire acondicionado. Lo mismo que sus hermanos Delfino y Carlos Mateo se han hecho inmensamente ricos a la sombra del gobierno de Aguirre’. Fue la peor canallada escrita, dijo el ometepequense en su momento.
Los episodios de escándalo prosiguieron, cuando a Manuel Añorve Baños en su cierre de campaña, señaló de haberlo mandado golpear con unos guaruras, a quienes acusó de despojarlo de cámara fotográfica, grabadora y hasta dinero en efectivo. El caso lo llevó a la Comisión Nacional de Derechos Humanos y exigió medidas cautelares contra Añorve Baños.
En el 2011 pese a todo el pasado turbulento, fue designado por Aguirre Rivero como director de Radio y Televisión de Guerrero, cuando él quería ser Secretario de Cultura. En ese organismo comenzó el saqueo de sus recursos. Fue tanto el escándalo, que el secretario de Finanzas, Jorge Salgado Leyva lo acusó y dejó de otorgar la ministración financiera por la gran corrupción en RTG.
Con Rogelio Ortega Martínez se produjo la peor ruindad: presionó que corrieran a Cuauhtémoc Saavedra de la DGCS para que le dieran posesión a él. Ni siquiera habían cumplido 20 días en el gobierno sustituto de tristes recuerdos. Fue el ’premio’ a la corrupción, pues en menos de cinco meses se redujeron convenios publicitarios y pagos a empresas. Todo para desviarlos a su bolsillo. De la desenfrenada corrupción en la DGCS fue informado el Tesorero General, Germán Cerón Silverio, quien ordenó ’levantar la canasta’ y evitar ese saqueo vía convenios y recursos para ’los chayoteros’.
Fue tanta su audacia que una noche previa a la navidad, desafió a ’los mochilones’ que exigían el pago de convenios y bonos, a que lo secuestraran y lo ’madrearan’, pero no les pagaría y, al contrario, los exhibiría en video como extorsionadores y ’chayoteros’. Jamás hubo investigación alguna de los desvíos millonarios que pudieron alcanzar los 40 millones de pesos conservadoramente, sin comprobación ni nada. ’Vayan con Moyado’, les decía. Y el secretario de Finanzas le llamaba para suplicarle: ’no me los eches encima, te doy el dinero y págales’. Ajá… sí ¿cómo no?
¿De dónde surgió una fortuna multimillonaria, incomprensible, ostentosa, humillante para el sector periodístico? Esa es la incógnita.
En 1987 manejaba un destartalado VW Safari, y era parte de su desparpajo y frivolidad en las notas de sociales en El Sol de Acapulco. Intentaba ser un socialité… pero lo veían ’negrito, chirundo y feo’ que se burlaban y lo discriminaban. Su misoginia con Arely Eunice era no solo personal, sino lo redactaba en su columna y la atacaba.
Hoy se da baños de pureza. Su pasado lo condena. La autoridad no debe prestarse al juego de chantajes y venganzas.
Le han dado ’machetazo’ al caballo de espadas… una cucharada de su propio chocolate.
Nos leemos… SIN MEDIAS TINTAS.

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