De Frente

Podríamos decirlo: fue el destape de un ángel, sin Ángel.
Sabemos del retorno del jefe de los ’zetas’: Zeferino Torreblanca sostiene periódicas reuniones con panistas.
Ya se sabe: con la reestructuración del comité municipal del PRI, en Acapulco, fueron colocadas piezas del Secretario de Fomento Turístico, Ernesto Rodríguez Escalona, pupilo del gobernador René Juárez Cisneros.
Las brigadas Hércules, en Acapulco, son el lubricante de la estructura que llevó al gobierno al actual presidente municipal, Evodio Velázquez Aguirre. Están muy activas. Pero no necesariamente para dar su respaldo al joven edil, a quien las imprudencias y rencores de su amiga Bety Mojica, le abrirían las puertas del Senado. Tal vez Rubén Figueroa Smutny, quien ha dado inicio a inusitado activismo político en las últimas semanas, sea el beneficiado de esas brigadas.


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Hace dos semanas, dos corrientes del Partido de la Revolución Democrática decidieron unirse. Como testigos del matrimonio invitaron a los dirigentes estatales de su partido, Celestino Cesáreo y al del Movimiento Ciudadano, Luis Walton Aburto.

La fotografía conmovió a lo mas profundo del eterno dolor guerrerense: los padres de los 43 normalistas desaparecidos en Iguala, preguntaron: ¿Layo Aguirre pretende postularse como candidato a presidente municipal de Acapulco, registrado por el Partido Movimiento Ciudadano, pero con el apoyo de algunas tribus de lo que queda del PRD? ’Cínicos’, fue lo menos que dijeron los adoloridos. Tal vez la foto oculte otra realidad.

Hay tres razones que hacen ver a Layo como un mal pensamiento, antes que un buen candidato:

43 normalistas desaparecidos durante su gestión como gobernador.
Corrupción de sus hermanos, sobrinos y socios.
Incendiar al estado a través de la CETEG y armar a policías comunitarios, quienes hoy sirven al narcotráfico.
No hagas caso de la gente, ha cantado Marco Antonio Muñiz (*) y pareciera el consejo al ex gobernador por parte de sus seguidores, quienes anhelan los privilegios del poder perdido.

Pero la razón nos lleva a creer que, si existe un matrimonio entre el Movimiento Ciudadano, de Luis Walton, con las corrientes perredistas que seguirían a Ángel Aguirre al inframundo, un mal pensamiento, pero buen candidato, sería Ricardo M. Berdeja.

Muchos desconocen que Berdeja ha sido operador electoral de Andrés Manuel López Obrador en muchos estados de la República, antes de llegar a Guerrero, su tierra materna.



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¿Por qué el jefe de ’los zetas’?

Hace algún tiempo, el secretario de finanzas del gobierno perredista de Zeferino Torreblanca Galindo fue citado a comparecer ante la Cámara Local de Diputados. En el vestíbulo del Palacio Legislativo le esperaban periodistas, mirones y acarreados. De pronto se escuchó a un diputado prevenir:

— ’¡Mira: ahí vienen ’las zetas’!.

¿Y cómo no? Llegaron rostros enojados, retadores y mirando a todos de arriba abajo. Se trataba de los entonces aun fieles seguidores del gobernador Zeferino Torreblanca que acudieron a dar apoyo a Carlos Álvarez, entonces alfil de un gobernador que ganó por el PRD, pero profesaba inmensa fe panista.

Cada semana, el señor de la zeta se ha reunido con dirigentes y militantes del Partido Acción Nacional. Sin contrincante enfrente, es casi un hecho que le harán candidato panista por la presidencia municipal de Acapulco.

¿Qué importa haberse quedado solo? ¿Qué importa haberles fallado a sus antes amigos? ¿Qué importa ser muy cercano a un señor de apellido Luebert, con relaciones con el ex gobernador de Tamaulipas, Tomás Yarrington, preso en Florencia y exigido por la justicia de Estados Unidos? ¿Qué importa haber sido acusado por su padre de haberle despojado de su fortuna? ¿Qué importa?

Otra vez Marco Antonio Muñiz (*) pareciera el fiel consejero de los seguidores del ’Z’, quienes anhelan con regresar a los privilegios perdidos.



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Las dirigencias de los comités municipales del PRI se renovaron en todo el estado. En Acapulco ocurrió, como en el resto de los municipios. Aquí se ratificó a Fermín Alvarado Arroyo como presidente del comité, acompañado por la segunda de abordo, la secretaria general, Rosa Elvia Avilés Rocha.

¿Quién es ella? Tal vez le conozcan en su casa, su calle, su colonia, pero ¿Mas allá?

Se trata de la representante de Ernesto Rodríguez Escalona, quien tendría la tarea de comenzar a reunir apoyo entre los priístas para impulsar la candidatura de aquel, quien ya ha perdido en dos ocasiones la elección municipal.

En el fondo se escucha al poeta Marco Antonio Múñiz: ’Que es un escándalo, dicen…’ (*)

Ernesto pertenece al grupo político del ex gobernador de Guerrero y actual subsecretario de gobernación, René Juárez Cisneros.



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De ir en este sentido los escenarios para el puerto de Acapulco podríamos hablar de una elección entre ex gobernadores. Ángel Aguirre, Rubén Figueroa y René Juárez Cisneros estarían dando todo su apoyo a quienes militan en su respectivo grupo político.

¿No hay caras nuevas?, han preguntado algunos que han escuchado éstos escenarios. La respuesta pareciera obvia: el Movimiento de Regeneración Nacional. Pero… he aquí el pero:



Alberto López Rosas y Ramón Almonte Borja, abogados que se apropiaron de todas las resoluciones de las juntas de conciliación y arbitraje en Acapulco; Marcial Rodríguez Saldaña, expulsado por enésima vez de ese partido, pero vuelto a enrolar por enésima vez; y un médico que pone y quita bubis por ochenta mil pesos a damas con los amores propios caídos, son los que buscan convertirse en candidatos a la presidencia municipal utilizando el poder de su dinero.

—¿Hacer caso de la gente? Vamos adelante sin ver qué dirán. (*)

Hay tres mas por MORENA: Javier Morlet, Gabino Solano y José Inocente Ariza, quienes aparecerían como los rostros nuevos, aunque sin trayectoria política y sin estructura, que es la base de toda elección en el sistema electoral mexicano. Pero ahí andan. Y andarán pues, ellos, como cantó Marco Antonio: ’Si yo pudiera algún día, remontarme a las estrellas’ (*)



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¿Y el gobernador del estado?

En otro tiempo, Acapulco fue gobernado por los candidatos que palomeó el gobernador del estado. Ese ritual es difícil que cambie, aunque…

¿Por qué muchos hacen larga antesala para ser recibidos en Bucareli antes que ir a buscar una cita en casa Guerrero? ¿No hacer caso de la gente incluye olvidar quién es el jefe en Guerrero? En todo caso sería, como compuso Javier Solís y cantó marco Antonio Muñiz, un escándalo

Son preguntas.