Transparencia política
Erwin Macario Rodríguez
En 1616 murieron los dos más grandes de la literatura universal, en lenguas española e inglesa, Miguel de Cervantes Saavedra y William Shakespeare. También Inca Garcilaso de la Vega, peruano, el «primer mestizo de personalidad y ascendencia universal que parió América», según su paisano Luis Alberto Sánchez.
El autor de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, falleció el 22 de abril, pero fue sepultado el 23, cuando se consignó su muerte.
Si no hacemos caso a la esposa de AMLO —que nos cambió la fecha de la llegada de Juan de Grijalva a Tabasco, según el calendario gregoriano—, el actor, poeta y dramaturgo autor de La tragedia del rey Ricardo Segundo, que es la obra que más me gusta, murió el 23 de abril de 1616 de acuerdo al calendario juliano.
Inca Garcilaso de la Vega, quien escribió Comentarios Reales de los Incas, coincidió en morir mismo día, mes y año de 1616.
En honor a los tres se instituyó, en 1995, en la Unesco, el 23 de abril como D í a I n t e r n a c i o n a l d e l Libro. La fecha coincide con el nacimiento o la muerte de otros autores prominentes, como Teresa de la Parra (murió 23 abril 1936), M a u r i c e Druon (nació 23 abril 1918), Haldor K. Laxness, Premio Nobel Literatura, nació 1902; Vladimir Nabokov, nació 1899; Manuel Mejía Vallejo, nació 1923 y William Wordsworth, murió 1850.
También el 23 de abril de 1925, primera edición de El Quijote en sistema Braille. Hace 17 años escribí ’cada uno tiene una visión, una experiencia del reencuentro con la sabiduría en los libros. Cada quien usa esa ventana en el tiempo y forma que le acomode. Evocarlo conlleva un retorno a los primeros pasos, a las primeras lecturas extra muros escolares…’.
Los libros, nuestros mejores amigos. En casa, en las bibliotecas y, con menos problemas, en la alfombra mágica de la internet. Aunque los de mi generación preferimos el papel y la tinta negra que da colores a la vida. Libros nuevos, los menos. Ejemplares que vamos atesorando, y colocando en casas amigas.
Entre los más recientes tengo dos amigos: Pre-textos para conversar, de Juan José Sánchez Gálvez, y El último Don, de Mario Puzo.
