Diputados, glorias de Morena

Los diputados están que trinan de coraje, porque les avisaron que las sesiones en lo futuro serán presenciales y no desde donde se encuentren, como solían. Protestaron ante su coordinador, Ricardo Monreal, a quien le pidieron imponer su jerarquía y su mayoría, porque desean continuar sesionando a través de sus celulares, desde la cantina, aeropuertos playas o jugando Padel, como el caso de Cuauhtémoc Blanco.
¿A quién representa este señor?
Ninguno representa a nadie en los distritos en donde ganaron la elección. Fueron electos para servir a la comunidad que dizque representan. Pero en la realidad, son representantes, pero del Presidente en turno, a quien obedecen con ceguera y aprueban cuanta ley les mande sin siquiera leerla y lo más rápido que sea posible, porque así reza el mandato: que se cumple a fuerzas.
No hacen nada. Y nada ya es mucho. Porque no tiene ningún chiste levantar la mano y quizá hasta esto les da flojera. Pese a lo anterior, tienen un salario que nunca imaginaron y gozan de prebendas que nunca soñaron gracias a los mexicanos. Reciben cantidades millonarias cada vez que hacen el esfuerzo de levantar la mano para aprobar las iniciativas del Ejecutivo.
Y ¿aun así se niegan a acudir al recinto legislativo a aplastarse un buen rato en vegetativa terapia nalgar, mientras el coordinador les indica levantar el dedo hasta con modorra?
Existe infinidad de casos de diputados absolutamente ignorantes de su quehacer, que fueron llevados a la Cámara, simplemente porque son morenistas. La gente los mira sin ningún respeto, sencillamente porque no se lo ganan y porque lejos de eso, muestran su ínfima, bajísima estofa.
Monreal les dijo que quien no acuda personalmente a las sesiones, será sancionado económicamente. Pero poco importa. El futbolista tepiteño Cuauhtémoc Blanco fue sorprendido jugando Padel mientras se efectuaba una reunión en la Comisión de Presupuesto. ¿Sabrá lo qué quiere decir presupuesto? Cuando le indicaron que eso no era posible, contestó: ’si me van a sancionar, que me sancionen’, sin la más remota congoja.
Esa es cachaza e irresponsabilidad.
Otros argumentaron que no quieren asistir a las sesiones presenciales, porque tienen demasiado trabajo en las demarcaciones que representan. Yo los he visto en mi terruño en reuniones en donde corre el ’chupe’, acompañados de amigos y de músicos que complacen sus peticiones.

La noticia dada a conocer ayer, me hizo recordar a muchos representantes populares que están en los recintos legislativos, por el hecho de tener alguna fama, como el caso de Cuauhtémoc Blanco, buen jugador de futbol. Pero con cero dotes de político.
Disponer del dinero que genera una gubernatura no entraña ninguna preparación. Ningún conocimiento. Ninguna experiencia. Fue gobernador sin gobernar. Es diputado sin saber qué quiere decir legislar.

Otro que me vino a la mente es el ilustre Sergio Mayer. De oficio actor y, por cierto, pésimo, de acuerdo con lo que le dijo hace algunos años un hombre versado en esas artes a quien le decían El Maestro.
Además, con ligas con el narco, según lo que sostuvo la periodista Anabel Hernández, a quien nadie se ha atrevido a desmentir, salvo los señalados.

Este tipo también confundió la Cámara de Diputados, a la que llevó el ’chupe’, para festejar los 70 años de vida de la Sonora Santanera.

¿Por qué no organizó el huateque en un salón de fiestas? Pues porque cuesta y la Cámara, que debe servir para ventilar los problemas que se suscitan en las diferentes comunidades del país, debe servir bien para hacer un bailongo, de acuerdo con la mentalidad de un auténtico patán.

Pues con todo y el pataleo de los morenistas, que han convertido el recinto legislativo en un circo, tendrán que acatar las nuevas disposiciones, por más que se sienten ungidos por las exigencias de la patria, que reclama sus favores para salvaguardar los intereses de la nación y que cumplirán con su apostolado con la mirada en la gloria de Dios y en el resplandor que de ella emana.
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