Disminuye la deuda pública del estado en los 3 años de Astudillo

Disminuye la deuda pública del estado en los 3 años de Astudillo.--Tlahuelilpan, una lamentable experiencia del saqueo de combustibles.—La terrible explosión debe ser el ¡Ya basta! Contra la corrupción en esa empresa.

Uno de los problemas más graves que arrastran las finanzas públicas en el país es el constante crecimiento de la deuda pública, porque su pago durante años y los intereses financieros que provocan, causan una merma importante en las finanzas de los estados y del propio país, por lo que el estado de Guerrero es un buen ejemplo del manejo responsable de esa situación.
Al iniciar el gobierno estatal, el gobernador Héctor Astudillo recibió también una deuda pública de 2 mil 700 millones de pesos, de lo cual hace 3 años y en la actualidad, lejos de aumentar como ocurre en muchas otras entidades, ese adeudo se ha reducido hasta sumar entre 1 mil 600 y 1 mil 700 millones de pesos, lo que representa un beneficio importante para el estado, porque de esa manera se tienen que destinar menos recursos a cubrir los abonos con las entidades con las que se mantiene el adeudo, para salir de esa situación.
Claro quien maneja la situación de la deuda pública del estado es el secretario de Administración y Finanzas, Tulio Samuel Pérez Calvo, quien tiene el encargo de estar pendiente de los pagos que se deben hacer durante un año, para evitar retrasos, porque eso también representan incremento en el pago de los intereses, por los cargos extra que se hacen por los moratorios.
Por el buen manejo de la deuda pública que se ha mantenido en los tres años de la actual administración, el estado mantiene una muy buena situación crediticia, de modo que si por circunstancia extraordinarias se tuviera que recurrir al financiamiento por crédito, la respuesta de la banca sería de buena aceptación, porque en esta administración se ha recuperado la estabilidad financiera y se ha cumplido con los compromisos contraídos, de modo que el gobierno del estado es un buen cliente para los bancos y otras instituciones financieras de crédito.
TLAHUELILPAN, UNA LAMENTABLE EXPERIENCIA DEL SAQUEO DE COMBUSTIBLES. —El robo de combustibles y la ’ordeña’ de los ductos por los que se transporta es una situación que tiene bastante tiempo de producirse, pero es hasta ahora cuando se presenta una tragedia del tamaño de la ocurrida en el poblado de Tlahuelilpan, donde hasta la tarde de este domingo, el número de muertos sumaba ya 79 personas, además de 66 heridos de cierta consideración, desde quemaduras de mediana extensión hasta las muy graves, que pueden provocar un aumento en el número de víctimas fatales.
Se ha pretendido culpar a las fuerzas militares y policiacas que se encontraban en ese lugar, por no haber impedido que la gente se acercara al ducto del que brotaba el combustible de alto grado de inflamación, pero lo cierto es que el anuncio de que se estaba derramando la gasolina hizo que cientos de personas, muchos en vehículos, pero todos con sus tambos y depósitos para cargar la mayor cantidad posible del líquido, llegaran presurosos al lugar, sin escuchar ni atender las recomendaciones de los uniformados de que se alejaran, pues era peligroso el ambiente, ya que una chispa cualquiera podría hacer estallar la gasolina, como finalmente ocurrió.
Soldados y policías fueron totalmente rebasados por la muchedumbre que llenaban cubetas y tambos a bordo de varios vehículos para su consumo y hasta para la venta, buscando siempre el beneficio personal a costa de un producto robado o cuando menos obtenido sin el pago o la autorización correspondiente.
Mucho se especula a favor y en contra, ya que hay desde los que quieren culpar a los uniformados por no haber evitado la aglomeración y el peligro, hasta los que dicen que los que recogían el material inflamable tenían la culpa por su voracidad y afán de lucro fácil, lo que finalmente les costó la vida a muchos y lesiones permanentes a otros más.
Conforme se profundiza en los hechos y la investigación avanza, lo que queda en evidencia es que Pemex era manejada con un altísimo grado de corrupción, donde muchos robaban y buscaban la manera de obtener ganancias enormes con el abuso que hacían en la distribución de los combustibles.
Mucho se habla de que son más los delincuentes de cuello blanco que robaban cantidades enormes del combustible desde el interior de la empresa, además de los llamados huachicoleros que perforaban los ductos para extraer también miles de litros de ese producto, además de mucho más que se perdía y desperdiciaba, todo con cargo a las enormes faltantes en las finanzas de la mayor empresa paraestatal de México.
LA TERRIBLE EXPLOSIÓN DEBE SER EL ¡YA BASTA! CONTRA LA CORRUPCIÓN EN ESA EMPRESA.--Claro que mucho se sabía de la enorme corrupción que caracterizaba a esa pobre empresa petrolera, pero los hechos ocurridos y la investigación que de ahí se deriva muestra la norme depredación a la que era sometida esa empresa, alguna vez orgullo de los mexicanos, que ha servido, no para darnos gasolina de calidad a buen precio, sino más bien para que cientos de sucios funcionarios y malos operadores se enriquecieran escandalosamente y hasta ahora en forma impune.
Los dos bandos operaban, desde el interior de la administración de la empresa y desde sus agregados, a través de los corruptos dirigentes sindicales, caracterizados por las enormes riquezas que exhiben públicamente.
No todas las acciones que ha seguido el gobierno de AMLO son las más apropiadas, para enfrentar, en primer lugar el desabasto y ahora la corrupción, pero en lo que es necesario que se mantenga invariable es el combate a quienes estaban dedicados a saquear a esa enorme empresa, que por lo visto, estaba profundamente corrompida en su interior y exterior, por tanta gente que sólo actuaba para llenarse los bolsillos con ganancias ilegales, además de los que desde afuera atentaban contra sus instalaciones para aumentar el saqueo.
La explosión en Tlahuelilpan representa una enorme y gravísima expresión de: ¡Ya basta! Contra el saqueo y la corrupción.
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