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¡Ejidos a la venta!

¡Ejidos a la venta!
Periodismo
Diciembre 05, 2024 20:48 hrs.
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Guillermo Pimentel Balderas › tabloiderevista.com

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Ocasionaría escasez de alimentos de producción nacional. Programas como Sembrando Vida, Producción para el Bienestar y fertilizantes no cumplen con necesidades del campo mexicano.

• Hasta 2020 se habían vendido 3.5 millones de hectáreas de tierra ejidal a acaparadores y grandes empresas inmobiliarias.

• Este año, México importó alrededor de 23 millones 800 mil toneladas de maíz y se ubica con una dependencia alimentaria del 66%, afirma UNTA.


Sin apoyos de los gobiernos federales y estatales para programas productivos, obliga a ejidatarios a vender sus tierras a particulares. Además, podría haber escasez de alimentos de producción nacional debido a que se ha generado entre los ejidatarios la desesperación e incertidumbre por la posible pérdida de sus tierras ya que los apoyos del Gobierno Federal como Sembrando Vida, Producción para el Bienestar y fertilizantes no abordan de manera integral las necesidades del campo mexicano.

’Hasta el año 2020 se habían vendido 3.5 millones de hectáreas de tierra ejidal a acaparadores de tierras y grandes empresas inmobiliarias’; por ello, remarcó: para la UNTA Nacional, es fundamental que el Gobierno Federal y los gobiernos estatales trabajen juntos para impulsar las actividades productivas en el campo a fin de lograr la autosuficiencia alimentaria, disminuir la pobreza así como proteger el patrimonio cultural y natural de las comunidades rurales’, advierte el profesor Álvaro López Ríos, secretario general de la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas (UNTA).

Por su parte, el dirigente de la UNTA en el estado de Yucatán, Guillermo Cauich Durán, de visita al dirigente nacional, confirmó que ’la falta de apoyo está obligando a los ejidatarios a vender sus tierras a particulares como sucede el Yucatán, en el ejido en Tixkokob’.

Por si fuera poco, dijo que ’la venta de tierras, la casa ejidal y el cenote Yaxhuá que eran patrimonio del pueblo y campesinos, es un ejemplo de cómo la falta de apoyo y la desprotección pueden llevar a la pérdida de identidad y cultura de las comunidades rurales’.

López Ríos y Cauich Durán aseveraron que los ejidatarios requieren de créditos accesibles, semillas de calidad, obras de riego eficientes, asistencia técnica especializada y proyectos productivos agropecuarios que rescaten el campo en abandono. Además, consideraron que la venta de tierra, por necesidad, por parte de los ejidatarios puede tener consecuencias negativas para el país.

En primer lugar, explican, la pérdida de la tierra y la falta de producción agrícola afecta la soberanía alimentaria ya que se reduce la capacidad de producir alimentos de manera local y sostenible.

Como dato cruel, dieron a conocer que este año México importó alrededor de 23 millones 800 mil toneladas de maíz y se ubica con una dependencia alimentaria del 66%.

’La venta del campo puede llevar a la concentración de la tierra en manos de unos pocos propietarios, lo que puede exacerbar la desigualdad social y económica en el país. Además, existe una superficie no sembrada de 4 millones 067 mil 206 hectáreas como consecuencia del mal temporal, por falta de crédito, por enfermedad, por falta de dinero o apoyos o porque no hubo quien la sembrara’, deducen.

Argumentan que la pérdida de tierra cultivable por los motivos antes citados genera consecuencias ambientales negativas al ser utilizada para la urbanización o la explotación de recursos naturales. Hasta el momento el 45% del territorio nacional padece algún tipo de degradación, precisan.

Explicaron que del año 2000 a 2010 hubo una pérdida anual promedio de 195 mil hectáreas de bosque por cambios de uso de suelo y tala ilegal. ’La cubierta forestal se reduce en casi 90 mil hectáreas al año, principalmente por el crecimiento urbano y aumento de la superficie agropecuaria’, estimaron.

Inclusive, detallaron que también la venta del campo puede afectar la identidad cultural y la tradición de los ejidatarios y sus comunidades ya que la tierra es un elemento fundamental de su patrimonio y su forma de vida.

En conclusión, alertaron que la venta del campo por parte de los ejidatarios tiene efectos negativos en términos de soberanía alimentaria, desigualdad social y económica, medio ambiente y patrimonio cultural.

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