Opinión

El petróleo en México durante 1916: los antecedentes / A

El petróleo en México durante 1916: los antecedentes / A
Periodismo
Marzo 13, 2020 21:37 hrs.
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Rodolfo Villarreal Ríos › guerrerohabla.com

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En estos días, la narrativa sobre el petróleo está fincada en añoranzas enternecedoras, buenos deseos y la aspiración de convertir en realidad sueños juveniles, mientras que la empresa paraestatal PEMEX únicamente genera pérdidas. Ante ello, nos dimos a la tarea de revisar como fue el desarrollo inicial de la actividad petrolera en nuestro país y la situación que guardaba 103 años atrás cuando los planos para la construcción del Estado Mexicano moderno ya habían sido trazados por el presidente Venustiano Carranza Garza quien instrumentaba las medidas primeras. Una de las grandes virtudes de los hombres de la Revolución Mexicana fue su actuar bajo la premisa del nacionalismo pragmático, conscientes de las fortalezas y debilidades de la nación y en ese contexto negociar para obtener beneficios aun cuando no se logrará todo lo que hubieran querido obtener. Un sector primordial lo era el petrolero convertido en fuente principal de ingresos gubernamentales. Acerca de la situación imperante en dicha actividad, nos encontramos el número de octubre de 1917 de la revista ’The Mexican Review,’ editaba en Washington, D.C. En ella, bajo el título ’La Industria petrolera en México,’ el editor George F. Weeks comentaba sobre una serie de artículos aparecidos en ’El Economista,’ un periódico publicado en la Ciudad de México, sobre las medidas petroleras implantadas en la república y su desarrollo. Veamos cómo se daban las cosas en los ayeres del sector petrolero mexicano.
Se apuntaba que, aun cuando no había registros definitivos sobre el inició esta industria en nuestro país, fueron encontrado entre panfletos pertenecientes al año 1857, algunos datos que muestran como un grupo de individuos, en su mayoría comerciantes, en el pueblo de Macuspana, Tabasco, llegó a un acuerdo mediante el cual cada uno se comprometió a suministrar "cien cargas de cacao" y con el producto de la venta adquirir "láminas de hierro forjado" que serían utilizadas en la fabricación de recipientes para el almacenamiento de "aceite iluminador" que fluye como el agua de un manantial cerca del pueblo y que los nativos usaban para alumbrar. Se relata que dichos comerciantes obtuvieron en poco tiempo ganancias importantes, y como no podían vender en la localidad todo el petróleo extraído, empezaron a ofertarlo en las ciudades vecinas hasta casi llegar a la capital de Tabasco. Por si alguna duda quedaba del porqué de la fijación petrolera. En base a esto, podemos afirmar que aun en escala pequeña, el petróleo ya era explotado en México en 1857.
Después de ocho años, los datos muestran que, en 1865, el gobierno federal otorgó un permiso a un español, Ildefonso López, para explotar los depósitos de sustancias bituminosas y oleosas en San José de las Rusias, Tamaulipas, no muy lejos de Soto de la Marina, en la parte oriental de ese estado. El español, López, se dedicó casi por completo a la explotación del asfalto que abunda en esas regiones, y también, como sus predecesores, a aprovechar el aceite mineral que fluía espontáneamente. En vista de los resultados obtenidos por él, y tras la publicación, en 1868, de un libro que trataba de manera vaga, con la explotación del petróleo en Rusia, varios agricultores mexicanos organizaron una empresa que llevaba el nombre de "La Compañía para el Desarrollo del Golfo de México," cuyo objetivo principal de actividades era, entre otros, la extracción de coral de los bancos de arena cerca de la costa de Sotavento, pero se dedicó exclusivamente a la explotación de los campos de petróleo ubicados cerca de Caguas, después conocido como Furbero, y Papantla en Veracruz. Sin embargo, el objetivo financiero de esta empresa nunca se alcanzó, a pesar de los métodos más racionales y científicos empleados en las operaciones, porque una vez que el capital invertido se había agotado, no aparecieron nuevas fuentes de petróleo, y los organizadores abandonaron el proyecto a pesar de que en las localidades mencionadas había lugares donde el petróleo cubría la superficie de los arroyos.
Posteriormente, en 1878, un doctor Autrey al explorar la zona mencionada, encontró las obras abandonadas y denunció los yacimientos que trató de venderlos y buscó crear una empresa para explotarlos. Sin embargo, fracasó al no encontrar mexicanos dispuestos a ser sus socios. Ante ello, decidió viajar a los EUA para ofrecer en venta, infructuosamente, a una de las compañías petroleras que operaban en California, lo que él llamaba sus "minas de oro líquido en México.’ Desde ese momento hasta 1883, no se encontró información que mostrara cual era el progreso alcanzado en materia de explotación de petróleo.
En ese año, se organizó en San Juan Bautista (Villahermosa), capital de Tabasco, una empresa con un capital de un millón de pesos, en la cual era presidente el médico y político, Simón Sarlat Nova quien fuera gobernador de Tabasco once veces entre 1873 y 1894. Esta empresa tenía como objetivo la exploración de los manantiales de petróleo cerca de Macuspana, cuya existencia se presume debido a las indicaciones exteriores a las que ya nos hemos referido. La ubicación de los pozos se eligió en base a una asesoría poco cuidadosa y, de preferencia, cerca de las minas de arena o asfalto, que abundaban en esa región, y las operaciones de perforación se iniciaron en el lugar supuestamente más adecuado para él, ubicado en una granja pequeña que era propiedad de Sarlat, muy cerca del lugar donde Pearson ha establecido el campamento más importante del estado. Sin embargo, todo fue en vano; y los fondos de la empresa se agotaron sin obtener resultados positivos. Esto desanimó y engañó a los operadores hasta el punto de que detuvieron por completo todas las actividades en su explotación, e inclusive las que eran necesarias para la extracción y recolección de la maquinaria, que, expuesta a los rigores de ese clima, pronto se convirtió en montones de fierros oxidados e inútiles. Casi simultáneamente con esta empresa, el famoso sujeto inglés, Cecil Rhodes, solicitó el permiso correspondiente para la explotación de los carburos de hidrógeno en el subsuelo de una gran extensión de tierra ubicada en el distrito de Papantla, Veracruz, para lo cual previamente había trabajado activamente, y reunió en New York a un grupo numeroso de capitalistas extranjeros, quienes, en vista de las fabulosas cuentas que circulaban sobre la importancia de las indicaciones petroleras en México, emprendieron una empresa que iba a ser dedicada a la exploración y explotación del petróleo mexicano, confiriendo la gestión local a Rhodes. Esta organización se llamó "La Compañía Mexicana de Petróleo y Combustible Líquido", y al igual que sus predecesores en la misma línea, fracasó después de utilizar un capital considerable; y como la organizada en Tabasco, abandonó la maquinaria.
Tras de esta sucesión de fracasos, como era de esperarse, se suscitó un período de pesimismo con respecto a la industria petrolera en México. Esto no tuvo fundamento real, pero duró hasta 1900, cuando los capitalistas estadounidenses dirigidos por Edward Laurence Doheny, aquel que fuera el que primero perforó exitosamente un campo petrolero en Los Angeles City Oil Field y, en los 1920s, estuviera involucrado en el escándalo de ’Teapot Dome,’ y el neoyorkino, Charles A. Canfield, quien fuera cofundador de Beverly Hills in California. Ambos, comenzaron a trabajar en el estado de San Luis Potosí, cerca de los límites con Veracruz, en el lugar conocido como Ébano. Compraron una gran extensión de tierra en la última parte de 1900 y en la primavera de 1901 construyeron la primera planta moderna de perforación de pozos petroleros en México.
Las operaciones de perforación comenzaron el 1 de mayo de 1901, y el 14 se completó el primer pozo petrolero exitoso en la República. Mientras se perforaban otros pozos en sucesión rápida, se firmaba un contrato para vender petróleo al Ferrocarril Central de México y, en 1905, se realizaron entregas a razón de 6000 barriles diarios. Los personajes antes mencionados continuaron con el desarrollo en Ébano en el sitio conocido como el distrito de Casiano, en cuya propiedad perforaron el pozo más productivo del mundo, conocido como Casiano No. 7, cuya producción total hasta el 11 de septiembre de este año [1917], alcanzó un total de 61,568,000 barriles, registrando un promedio mensual de 600,000 barriles.
En lo concerniente a la ubicación y extensión de los campos petroleros se apuntaba que aun cuando por decreto el gobierno había definido claramente las zonas para las cuales se emitiría la licencia correspondiente para la explotación de los manantiales de petróleo, el autor de la pieza indicaba que consideraba pertinente señalar en su conjunto la región que, según muchos hombres prácticos y profesionales, es la más adecuada para la explotación del hidrocarburo. Al respecto indicaba que muchos nativos y extranjeros consideraban a la vertiente oriental del Golfo, que comienza desde las inmediaciones de la Sierra Madre oriental mexicana, hasta muy cerca del litoral, con excepción de unas pocas zonas pequeñas, es un depósito de cantidades enormes de hidrocarburos de hidrógeno. Esta zona se extiende por siete grados de longitud norte, desde el paralelo 17 al paralelo 24
Esta gran extensión cubre la mitad sur de Tamaulipas, casi todo Veracruz y partes de los estados de San Luis Potosí, Puebla e Hidalgo. Se calcula que abarca un área superficial de poco más de 60,000 kilómetros cuadrados, excluyendo algunas pequeñas porciones que no son adecuadas para esta explotación. Además de esta región, hay otras zonas con importancia relevante, pero que están mal definidas. Ellas son las de Tabasco-Chiapas, que se extiende desde el paralelo 17 pasando al norte de Chiapas al paralelo 18, cruzando de este a oeste por el medio de Tabasco, con una dimensión perpendicular, en relación con él, de dos grados y medio; los de Baja California, que aún no están del todo definidos, y los de los estados en la parte norte de la República, preferiblemente los ubicados en Nuevo León. Esas eran la generalidades, a continuación, el articulo presentaba el carácter específico de las regiones petroleras
Citando a su fuente, El Economista, ’The American Review’ indica que en la primera publicación se presenta un resumen de los diversos cinturones de petróleo de la república. Los datos, sin embargo, no están tan completos como podría haberse deseado. Esas partes del país que han sido explotadas pueden reducirse a cuatro regiones distintas. La primera es la de Panuco, ubicada al este y sureste de Tampico, y que se le da el primer lugar, no por su importancia presente o futura, sino por ser el más explorado; segundo, el de Tuxpam (sur de Tampico), que a juicio de la publicación citada es indudablemente de gran importancia, especialmente en el futuro; tercero, el de Tabasco-Chiapas; y cuarto, el del Istmo, ubicado en la "estrechez" continental de Tehuantepec. Este último tiene muy poca importancia, a pesar del hecho de que fue ahí en donde se constituyó una empresa petrolera por vez primera. La clasificación anterior se realiza teniendo en cuenta el carácter específico de los productos obtenidos, ni las condiciones culturales del suelo, en cada región, lo que podría indicar si el aceite proviene o no de la misma veta. Podría pensarse que las zonas petroleras de la Baja California y las del norte de la república han sido olvidadas; pero debe tenerse en cuenta que esos "campos aún permanecen sin explorar, y por esta razón, y debido al hecho de que no hay detalles sobre ellos, no deberían, por lo tanto, tener ahora la importancia de los otros mencionados anteriormente.
La del Panuco se caracteriza especialmente por tres puntos esenciales: la profundidad menor a la que se alcanzan los depósitos de petróleo (600 a 800 metros, las excepciones que se han observado solo tienden a confirmar la regla); las relativamente pocas fallas en la perforación de pozos en la región y la corta duración de la producción de sus pozos. El de Tuxpam, a diferencia de lo anterior y otros, ha mostrado signos de que el depósito del que se extrae el aceite, que es de cal dolomítica, parece más extenso, como lo demuestran los largos períodos de productividad de sus pozos. El de Tabasco-Chiapas, aunque no ha producido cantidades considerables hasta la fecha, tiene un futuro brillante debido a la magnífica calidad de sus productos, que tienen bases de parafina, muy livianas y que contienen enormes proporciones de aceites iluminantes. Por el contrario, el de Tuxpam y la región petrolera del Istmo se caracteriza por el muy corto período de producción de sus pozos petroleros. Al igual que las del Panuco, las venas que se han descubierto en el Istmo hasta la fecha se han alcanzado a profundidades relativamente menores. De las consideraciones anteriores se deduce que las regiones que tienen el futuro más brillante para la industria son las de Tuxpam, debido a la cantidad y duración de sus producciones, y la de Tabasco-Chiapas con respecto a la calidad. Si cada una de estas regiones del país que se considera que tiene el futuro más brillante se compara sucesivamente con las de otros países, se verá que las de México tienen la ventaja sobre las de tierras extranjeras. La comparación comenzará con la de Tuxpam.
Recientemente se ha declarado en un periódico estadounidense, como una noticia curiosa, que un pozo en Texas fluía con una presión de 180 libras por pulgada cúbica; es decir, aproximadamente dos y medio kilos por centímetro cúbico, habiendo mantenido esta presión durante tres años y cinco meses. En México, sin ser considerado como un caso notable, el pozo Juan Casiano, el 16 de septiembre de 1910, fluyó con una presión inicial de 40 kilogramos por centímetro cúbico y que después de seis años y diez meses solo ha bajado a 38.4 kilogramos. por centímetro cúbico. Además, el pozo No. 4, de Potrero del Llano, fluyó al principio con una presión de sesenta y cinco kilogramos por centímetro cúbico y se ha mantenido igual hasta la fecha.
Entre estos hechos, lo que es notable no es precisamente el gran rendimiento de los pozos mexicanos, porque en otros países ha habido pozos de mayor eficiencia que los alcanzados por los de la República, excepto el de Dos Bocas, que sin duda fue el géiser más grande que haya fluido en el mundo (200,000 barriles por día durante toda su vida), en base a los resultados iniciales se estima que la producción en esta zona será constante en el largo plazo.
Cuando se hace referencia a la región de Tabasco-Chiapas, todos los informes científicos presentados en los institutos geológicos de los Estados Unidos, Alemania, Francia y México han demostrado claramente, a través de análisis respectivos, que las muestras de petróleo enviadas desde Macuspana, Tabasco, fueron del mejor aceite conocido.
Por otro lado, no debería ser extraño que la producción mexicana, a pesar de las ventajas que ya se han señalado, sea inferior a la de América del Norte y casi igual a la de Rusia (durante 1916 fue superior), por la razón de que, si bien hay más de 200,000 pozos en los Estados Unidos, hay menos de 1100 en México y de ellos menos de 300 están produciendo.
Interesante la perspectiva que se tenía sobre el potencial petrolero en México especialmente en la zona de Tabasco, pero aquello era 1917. Acerca de eso continuaremos comentando en la colaboración próxima. vimarisch53@hotmail.com
Añadido (1) Pues todo indica que el coronavirus no fue un hecho fortuito. ¿Estaremos ante la primera guerra mundial biológica?
Añadido (2) Espantados ante la posibilidad de que los extremistas tomaran el partido, el ’establishment’ Demócrata decidió optar por un candidato, y potencialmente presidente, de corte ¿manejable?
Añadido (3) En toda esta discusión de equidad, nadie menciona un factor fundamental, las oportunidades deben de darse en función de capacidades intelectuales de cada uno. Pertenecer al género femenino o masculino no determina, per se, poseer una mayor o menor carga neuronal.
Añadido (4) El Metro de la CDMX está convertido en una autentica bomba de tiempo. En 23 años de gobierno de ’izquierda’ poco se han preocupado por proveerlo de tecnología moderna y lo raro es que no se tenga una mayor cantidad y, más graves, accidentes. De ampliaciones, mejor ni hablar, la Línea 12 es el mejor ejemplo de lo que no debe de hacerse.
Añadido (5) ¿Quién envió a la(o)s encapuchada(o)s para que cometieran desmanes el domingo pasado en la marcha de las mujeres?
Añadido (6) Nos cuenta un amigo que, hace muchos ayeres, el manager de beisbol Benjamín ’Cananea’ Reyes acostumbraba a calificar como Zacatecas a un político sonorense fallido quien era poco bragado a la hora de pararse con la majagua al hombro en el homeplate para enfrentar una recta zumbante.

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