En las nubes

El Propósito

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Periodismo
Marzo 07, 2017 19:31 hrs.
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Carlos Ravelo Galindo, afirma: › guerrerohabla.com

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’Conservar la tierra, el agua y atmósfera puras, igual que alma, mente y corazón’, diría Zoroastro o Zarathustra, nacido 26,700 años a de C.
’Tierra, imagen mía, aunque pareces tan impasible, amplia esférica. Sospecho ahora que eso no es todo; Sospecho ahora que hay en ti algo, susceptible de estallar. Que no me atrevo a expresarlo con palabras, ni aun en estos Cantos’. Walt Whitman
Existe un antiquísimo sistema filosófico que puede abrirnos la puerta a una forma más respetuosa, amorosa de relacionarnos con la madre tierra.
Su nombre es, nos dice la escritora Rosa María Campos: Zoroastrianismo, Mazdeísmo, Parsismo, o Culto al Fuego, cuya finalidad es que nos acerquemos y comuniquemos con el Sol como Padre, esencia espiritual del universo y aprendamos a escuchar la voz de la Madre Tierra, para hacernos con la totalidad de la creación.
De ahí el mensaje; ’conservar la tierra, el agua y la atmósfera pura, igual que el alma, mente y corazón’.
Zoroastrianismo o ’Culto al Fuego’, es un ejemplo inspirador para aprender cómo cada uno de nosotros puede acercase a la Madre Naturaleza y formar parte del despertar del planeta.
Zoroastro o Zarathustra, el profeta fundador de esta filosofía como sus seguidores de ayer y de hoy , reverencian al Sol, igual que los egipcios a Horus, su símbolo más venerado: ’porque el astro rey todo lo purifica sin contaminarse y es la mayor inteligencia espiritual conocedora de todos los secretos celestes’.
Descendiente de una familia real, Zarathustra nació 26,700 años A.C. en Persia. Su vida se desarrolló en total compenetración de esa cultura prehistórica de un Irán del Mediterráneo y el Mar Negro de veranos leves, cálidos, e inviernos crudos y terribles.
Se cuenta, nos dice la poeta, filosofo y periodista Campos, que por aquel entonces Zarathustra descubrió la manera inteligente de comunicarse con el espíritu de sol y de la madre tierra, junto con sus plantas, animales, rocas, ríos. Y con infinita paciencia enseñaba a sus devotos el acatamiento y respeto que deberían fomentar y acrecentar por la madre tierra.
El profeta también instruía a sus seguidores sobre el gran amor de Gea por los labradores, sus hijos predilectos, a quienes además de gratificar con sus cosechas les trasmite sus poderosos secretos. Que se convertían en bendiciones para su familia.
Zarathustra predicaba que la llamada muerte es el océano de la vida, en el que recaen, una por una, las gotas de agua más densas, para que luego el sol las haga subir En las Nubes sobre el mar y dancen en el cielo con sus trajes de vapor
Un zoroastriano o parsis no sepultan a sus muertos, los conduce a una Torre del Silencio donde el sol, los animales y la lluvia se encargan de purificar el cadáver.
Además, los parsis dejan en su testamento una suma de dinero destinada a que parientes y amigos organicen una fiesta en su honor después su muerte.
Un zoroastriano se regocija con la muerte, porque su alma quedará liberada de las transitorias limitaciones de la materia. No se identifica con lo corruptible, ni se ata a nada que ya pasó. Está convencido que con nuestros pensamientos y sentimientos esculpimos, a cada instante, una obra secreta y trascendental que se manifestará cuando morimos.
Esta creación es nuestra propia conciencia inmortal que más allá de la existencia física y transitoria exclamará:
"Soy tu obra. Tu verdadero yo. Tú me esculpiste’.

craveloygalindo@gmail.com

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