Opinión

El 5 de febrero y la otra Constitución que olvidamos

El 5 de febrero y la otra Constitución que olvidamos
Periodismo
Febrero 05, 2022 23:46 hrs.
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Rodolfo Villarreal Ríos › guerrerohabla.com

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Todos conocemos que el 5 de febrero se conmemora el aniversario de la promulgación de la Constitución Política de nuestro país. Esto lo relacionamos con la promulgada en 1917. Sin embargo, tendemos a olvidarnos que, sesenta años antes, la generación más brillante que haya dado la patria, la de LOS HOMBRES DE LA REFORMA, concluyeron una etapa en el proceso de edificación de la nación nueva al promulgar la Constitución Federal de los Estados Unidos Mexicanos. Esta fue la culminación de una serie de leyes decretadas previamente mediante las cuales se logró sentar las bases para la convivencia futura. Por supuesto que no pretendemos incursionar en la parte jurídica de todo esto, eso es un asunto que alguien más en la familia lo cubre muy bien. Lo nuestro es la historia y habremos de revisar algunos eventos que se suscitaron en torno de esa promulgación.
Empecemos el porqué de la coincidencia en fechas, el 5 de febrero. Estamos seguros de que, a usted, lector amable, no le diremos nada nuevo, pero por si alguien más se asoma a este escrito, permítanos comentar al respecto. Un dia como ese, pero de 1597, en Nagasaki, Japón fue asesinado el ciudadano Felipe de Jesús De Las Casas Martínez quien pertenecía a la orden de los franciscanos y desarrollaba actividades misioneras. Esta persona, quien, por cierto, pertenecía al mismo linaje genealógico originario de Tenerife, Islas Canarias del cual también provenía Fray Bartolomé De Las Casas, sería beatificado en 1627 por el ciudadano Maffeo Barberini, el papa Urbano VIII. Posteriormente, el 8 de junio de 1862, Giovanni Maria Mastai Ferretti, el papa Pío IX, lo canonizó y convirtió en San Felipe de Jesús, el primer santo mexicano (en calidad de único permanecería hasta que el ciudadano Wojtyla popularizo, sin que significara abaratarlo, ese negocio). A la par, se declaró como el dia para honrarlo el de su asesinato, el 5 de febrero. Ante ello, los laicos decidieron que, para opacar tal celebración religiosa, nada como anteponer una civil. Para eso, era requerido que fuera una obra muy importante. Claro que los creyentes siguieron conmemorando lo que les dictaba su dogma. Al respecto, recordamos que, allá por los 1970s cuando estudiábamos en la Universidad Autónoma de Guadalajara, nos decían que el 5 de febrero se suspendían clases debido a la conmemoración de la santidad del ciudadano De Las Casas, una razón más para consolidar nuestra perspectiva Liberal y laica. Pero dejemos esta disgregación y vayamos al 5 de febrero de 1857.
En su edición del 9 del mes y año antes mencionados, la publicación Diario de los Avisos que en cuyo cabezal, abajo del nombre, rezaba ’Religión, Literatura, Industria, Ciencias y Artes, presentaba en la página principal una nota titulada ’Juramento de la Nueva Constitución.’ En ella, se daba cuenta de que el jueves 5 de febrero, en una ceremonia sencilla y plena de solemnidad republicana, los diputados y el presidente de la república, Ignacio Gregorio Comonfort De Los Ríos, habían firmado la promulgación del documento que representaba un cambio de 180 grados en la vida de México. Se mencionaba que previo a ello, el diputado José María Mata Reyes había dado lectura a la Constitución, tras de lo cual los secretarios de la Cámara de Diputados asintieron que lo escuchado estaba ’conforme al texto de los autógrafos.’ Acto seguido, ’más de noventa diputados firmaron entonces la Constitución, siendo llamados por estados.’ Pero ahí no concluía el protocolo, era requerido que los involucrados mostraran que serían leales a lo establecido.
El primero que juró la Constitución fue ’el ultimo que en la representación nacional defendió el orden legal la noche del golpe de estado, por supuesto el que diera López De Santa Anna. En ese momento, una gran cantidad de los legisladores cayeron en cuenta de aquella coincidencia. El personaje en cuestión no era otro que el médico de origen jaliscienses quien fuera presidente de México, Valentín Gómez Farias. A nueve días de cumplir 76 años, don Valentín ya no lucía en su mejor forma física. Por ello, ’conducido por varios diputados y arrodillado delante de la Constitución, juró enseguida. Hubo un momento de emoción profunda al ver al venerable anciano, al patriarca de la libertad de México, prestando el apoyo moral de su nombre y de su gloria al nuevo código político.’ Tras de ello, el vicepresidente del Congreso, Leonardo Francisco Guzmán Montes de Oca, a quien se conoce como León Guzmán, juró el documento mencionado. Acto seguido, todos los diputados se pusieron de pie y extendiendo su brazo derecho al frente, clamaron a una sola voz, ’Si, juramos.’ Sin embargo, el protocolo tenía otros aspectos a cubrir.
A la Constitución debería de precederla un Manifiesto. Los integrantes del Congreso decidieron que quien se encargaría de elaborarlo fuera el periodista, político e historiador, Joaquín Francisco Zarco Mateos, quien por cierto fuera ancestro de don Adolfo el único de los López quien como presidente de la república alcanza la calificación de excelente, los demás se debaten en una calificación entre 0 y 5, en escala del 1 al 10. Con modestia singular, don Francisco ’desconfiaba mucho de su trabajo y pedía que fuese examinado por la mesa o por alguna comisión antes de darlo a la luz.’ Inmediatamente, procedió a dar lectura al Manifiesto que a la letra iniciaba: ’El Congreso Constituyente, a la Nación. Mexicanos: Queda hoy cumplida la gran promesa de la regeneradora revolución de Ayutla, de volver al país al orden constitucional.’ Recordemos que este movimiento armado da inicio cuando, el 1 de marzo de 1854, en la hacienda La Providencia, propiedad del general Juan Álvarez Hurtado, el general Florencio Villarreal, ningún parentesco con este escribidor, proclama el Plan de Ayutla en contra de López De Santa Anna. La lucha dura hasta el 12 de agosto de 1855 cunado el López de entonces renuncia a la presidencia y seis días después se embarca en Veracruz rumbo al exilio. El 4 de octubre, en Cuernavaca, se nombra presidente interino al general Álvarez Hurtado. Retomemos el texto de Zarco Mateos.
Apuntaba: ’Queda satisfecha esta noble exigencia de los pueblos…cuando se alzaron a quebrantar el yugo del más ominoso despotismo. En medio de los infortunios que les hacia sufrir la tiranía, conocieron que los pueblos sin instituciones que sean la legitima expresión de su voluntad, la invariable regla de sus mandatarios, están expuestos a incesantes trastornos y la mas dura servidumbre. El voto del país entero clamaba por una constitución que asegurara las garantías del hombre, los derechos del ciudadano, el orden regular de la sociedad. A este voto sincero, intimo del pueblo esforzado que en mejores días conquistó su independencia; a esta aspiración del pueblo que en el desecho naufragio de sus libertades buscaba ansioso una tabla que lo salvara de la muerte, y de algo peor, de la infamia; a este voto, a esta aspiración debió su triunfo la revolución de Ayutla, y de esta victoria del pueblo sobre sus opresores, del derecho sobre la fuerza bruta, se derivó la reunión del Congreso, llamado a realizar la ardiente esperanza de la República: un código político adecuado a sus necesidades y a los rápidos progresos, que a pesar de sus desventuras, ha hecho en la carrera de la civilización.’ Si las palabras del periodista Zarco fueran de estos días, sin duda alguna que ya le hubieran colgado la etiqueta de ’fifí-neoliberal,’ pero no era ni lo uno, ni lo otro, simplemente actuaba en su calidad de Liberal.
Como tal, sabía colocar en cada espacio su perspectiva personal. Ejemplo de cómo, contrario al sambenito que les han colgado los fanáticos a los miembros de aquella generación, no eran la reencarnación de Belcebú y no tenían temor de expresar su perspectiva sin que ello afectara en lo más mínimo su actuar de patriotas. Ejemplo de ello, lo encontramos cuando mencionaba: ’Bendiciendo la Providencia Divina los generosos esfuerzos que se hacen en favor de la libertad, ha permitido que el Congreso de fin a su obra, y ofrezca hoy al país la prometida Constitución, esperada como la buena nueva para tranquilizar los ánimos agitados, calmar la inquietud de los espíritus, cicatrizar las heridas de la República, ser el iris de paz, el símbolo de la reconciliación entre nuestros hermanos y hacer cesar esa penosa incertidumbre que caracteriza siempre los periodos difíciles de transición.’ Tras de enfatizar como los diputados constituyentes enfrentaron vicisitudes en el proceso de elaboración de la Carta Magna, les reconocía que ’tomaron por guía la opinión pública, aprovecharon las amargas lecciones de la experiencia para evitar los escollos de lo pasado, y les sonrió halagüeña la esperanza de mejorar el porvenir de la patria.’
En ese contexto, los diputados en lugar ’de restaurar la única carta legitima que antes de ahora han tenido los Estados Unidos Mexicanos, en vez de revivir las intuiciones de 1824… emprendieron la formación de un nuevo código fundamental que no tuviera los gérmenes funestos que… proscribieron la libertad en nuestra patria, y que correspondiese a los visibles progresos consumados de entonces acá por el espíritu del siglo.’ Antes de continuar, debemos apuntar que para Zarco y los Liberales, las Leyes Constitucionales de 1836; Bases Orgánicas de 1841; las Bases Orgánicas de 1843; así como el Acta Constitutiva y de Reformas de 1847 no alcanzaban el grado de Carta Magna. Los miembros de este Congreso eran de miras más altas.
Por ello, Zarco Mateos afirmaba: ’El Congreso estimó como base de toda prosperidad, de todo engrandecimiento, la unidad nacional, y por lo tanto se ha empeñado en que las instituciones sean un vinculo de fraternidad, un medio seguro para llegar a estables armonías, y ha procurado alejar cuanto producir choques y resistencias, colisiones y conflictos.’ Lo que sigue muestra como un hombre pensante puede mantener en espacios distintos su percepción sobre asuntos inmanentes sin que ello afecte su concepción de como debe de ejercerse la gobernabilidad en una nación. En ese sentido, alababa como ’persuadido el Congreso de que la sociedad para ser justa, sin lo que no puede ser duradera, debe respetar los derechos concedidos al hombre por su Creador, convencido de que las mas brillantes y deslumbradoras teorías políticas son torpe engaño, amarga irrisión, cuando no se aseguran aquellos derechos, cuando no se goza de libertad civil, ha definido clara y precisamente las garantías individuales poniéndolas a cubierto de todo ataque arbitrario. El acta de derechos que va al frente de la Constitución es un homenaje tributado, en vuestro nombre, por vuestros legisladores a los derechos imprescriptibles de la humanidad. Os quedan, pues, libres, expeditas todas las facultades que del Ser Supremo recibisteis para el desarrollo de vuestra inteligencia, para el logro de vuestro bienestar.’ Nótese la consideracion a las creencias de sus conciudadanos, nada de confrontarlas o devaluarlas, los seres inteligentes se mueven en el ámbito de respeto a la forma en que cada uno mantenga su relación con el Gran Arquitecto.
Bajo esa perspectiva, planteaba que ’la igualdad será de hoy más la gran ley de la Republica; no habrá más mérito que la de las virtudes; no manchara el territorio nacional la esclavitud, oprobio de la historia humana; el domicilio será sagrado; la propiedad inviolable; el trabajo y la industria libres; la manifestación del pensamiento sin más trabas que el respeto a la moral, a la paz publica y a la vida privada; el tránsito, el movimiento, sin dificultades; el comercio, la agricultura sin obstáculos; los negocios del estado examinados por los ciudadanos todos; no habrá leyes retroactivas, ni monopolios, ni prisiones arbitrarias, ni jueces especiales, ni confiscación de bienes, ni penas infamantes, ni se pagará por la justicia, ni se violara la correspondencia, y en México, para su gloria ante Dios, y ante el mundo será una verdad practica la inviolabilidad de la vida humana, luego de que con el sistema penitenciario pueda alcanzarse el arrepentimiento y la rehabilitación moral del hombre que el crimen extravía.’ Eso era el planteamiento que estaba plasmado en la Constitución de 1857, el ser humano como su objetivo principal, en eso fincaban los Liberales el futuro de la patria, apostaban hacia el futuro con una sociedad mejor, no buscaban sustentar sus acciones en un pretérito caduco que nada podía prometer para construir la patria nueva. Esos preceptos no podrán nunca entenderlos quien prometer construir cuando en realidad lo único que buscan es retrasar el reloj de la historia y fincar el porvenir bajo cimientos de algo que, desde entonces, LOS HOMBRES DE LA REFORMA tenían muy claro, la construcción de la patria nueva debería formar un todo a partir de considerar las características de cada una de las unidades que los conformaban.
Por ello, don Joaquín Francisco aseguraba que ’Ni un instante pudo vacilar el Congreso acerca de la forma de nación que anhelaba darse la nación…el país deseaba el Sistema Federativo que es el único que conviene a la población diseminada en su vasto territorio, el solo adecuado a tantas diferencias de productos, de climas, de costumbres, de necesidades; el solo que puede extender la vida, el movimiento, la riqueza, la prosperidad a todas las extremidades, y el que promediando el ejercicio de la soberanía, es el mas adecuado para hacer duradero el reino de la libertad, y proporcionarle celosos defensores.’ Por ello, ’la Federación…es la única forma de gobierno que en México cuenta con el amor de los pueblos, con el prestigio de la legitimidad, con el respeto de la tradición republicana. El Congreso, pues, hubo de reconocer como preexistentes los Estados libres y soberanos; proclamó sus libertades locales…queriendo que en una democracia no haya pueblos sometidos a pupilaje, reconoció el legítimo derecho de varias localidades a gozar de vida propia como Estados de la Federación.’ Esto no implicaba ninguna muestra de debilidad para el gobierno federal, por el contrario, ’gozando los Estados de amplísima libertad en su régimen interior, y estrechamente unidos por el lazo federal, los poderes que ante el mundo han de representar a la federación, quedan con las facultades necesaria para sostener la independencia, para fortalecer la unidad nacional, para promover el bien público, para atender a todas las necesidades generales; pero no serán jamás una entidad extraña que este en pugna con los Estados, sino que por el contrario, será la hechura de los Estados todos….el Congreso de la Unión será el país por medio de sus delegados; la Corte de Justicia cuyas altas funciones se dirigen a mantener la concordia y a salvar el derecho, será instituida por el pueblo, y el presidente de la republica será escogido por los mexicanos.’ Aquí estaba el punto clave para construir la patria nueva y dejar atrás el centralismo promovido por López y Alamán.
El Congreso ’no ha hecho una Constitución para un partido, sino una Constitución para todo el pueblo.’ No era un documento exclusivo para nadie, por ello ’la discusión pública, la prensa, la tribuna, son para todas las opiniones; el campo electoral es el terreno en el que deben de luchar los partidos y así la Constitución será la bandera de la Republica.’ Para concluir, Zarco señalaba: ’! Plegue al Supremo regulador de las sociedades, hacer aceptable al pueblo mexicano la nueva constitución; y accediendo a los humildes ruegos de esta asamblea poner termino a los infortunios de la republica y dispensarle con mano prodiga los beneficios de la paz, de la justicia, de la libertad! Estos son lo votos de nuestros representantes al volver a la vida privada, a confundirse con sus conciudadanos. Esperan el olvido de sus errores, y que luzca un dia en que siendo la Constitución de 1857 la bandera de la libertad, se haga justicia a sus patrióticas intenciones.’ De esa manera cerraba su intervención aquel periodista Liberal por los cuatro costados. La ovación fue la respuesta inmediata. Al ponerse a discusión el contenido del Manifiesto, nadie tomó la palabra y fue aprobado por unanimidad.
Tras de lo anterior, arribó el presidente Comonfort y juró: ’Yo, Ignacio Comonfort, presidente sustituto de la república, juro ante Dios reconocer, guardar, y hacer guardar la Constitución Política de la Republica Mexicana que hoy ha expedido el Congreso.’ Aquellas palabras habrían de resultar huecas. Como era de esperarse, los miembros de la alta jerarquía católica ya habían echado a andar el engranaje para desacreditar la Carta Magna. Empezaban por esgrimir un argumento, que rayaba en la estupidez, como en el texto no se mencionaba la declaración de una religión de estado, entonces el documento debería de calificarse como ateo. Y a partir de ahí, a desacreditar a los Liberales quienes como quedó claro en el discurso de Joaquín Francisco Zarco Mateos, simplemente colocaban cada cosa en su lugar. Desafortunadamente, nunca falta un ’liberal’ a quien le temblaron las corvas. Ese fue nachito quien no pudo separar separar sus amores filiales y, ante el regaño materno, decidió darse un autogolpe desconociendo lo que había jurado. Además, la curia arremetía con fuerza, y nachito no quería condenarse e irse a los infiernos, en especial cuando el arzobispo de Morelia, Clemente de Jesús Munguía y Núñez, junto con otros, se lanzaron en contra del documento y LOS HOMBRES DE LA REFORMA que lo elaboraron, no podían soportar que su exclusividad religiosa concluyera con la promulgación de la Constitución Federal de los Estados Unidos Mexicanos. De como reaccionó la clerecía, le comentaremos a usted, nuestro lector único, la semana próxima. vimarisch53@hotmail
Añadido (22.05.18) En cualquier lugar del mundo cuando una economía registra durante dos trimestres consecutivos cifras negativas en el crecimiento del PIB, se declara que está en recesión. Eso lo sabe todo economista serio. Salir con que es un asunto mediático nada más lo puede aceptar quien antepone la chuleta a la ética profesional.
Añadido (22.05.19) Para quienes lo dudaban, el racismo no es un asunto que lo ejercen en función del color de la piel. Ahí está el ejemplo de Whoopi Goldberg quien mostró su antisemitismo al mencionar que el Holocausto no fue un asunto racista. No hay duda, justificadores, en cualquier tonalidad de la epidermis, de la bestia austriaca los hay por todos lados.
Añadido (22.05.20) Mientras que, en los EUA, la tasa de desempleo entre los latinos alcanza el 4.9 por ciento, mayor a la del país que es de 4.0 por ciento, en México las remesas no paran de crecer hasta alcanzar niveles récord. ¿Pues en que trabajaran los paisanos que son capaces de mandar cada día más dólares a la patria? O ¿Será que la 4-T ha logrado exportar su modelo?
Añadido (22.05.21) No tardó mucho el jalón de orejas de sus patrones verdaderos. Al día siguiente, tuvo que salir a aclarar que lo que dijo no era lo que quiso decir. Allá, no se andan con medias tintas, los billetes verdes dictan la agenda, aun cuando algunos de pronto hagan como que lo olvidan tratando de quedar bien con el vecino.


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