Lectura Política
Noé Mondragón Norato
El grupo político del ex gobernador Rubén Figueroa Alcocer, comenzó a moverse. Tanto al interior del PRI, como del PRD. En realidad, ha sido hábil para maniobrar en ambos partidos políticos. Porque de los dos ha logrado beneficios. El punto es que la dinámica del poder actual podría generarle ciertos reveses. Nada más es cuestión de pulsar algunos escenarios para entenderlo mejor.
FIGUEROA: REGRESO.- La película está muy clara: en el PRI, el grupo Figueroa no tiene muchas canicas qué jugar. Y entonces, la coyuntura abre en cuando menos dos frentes: 1.- Dado que el PRD se está quedando sin mucha de su militancia que ya emigró al Morena de López Obrador, para ciertos actores el momento parece clave para coronar sus jugadas. Y uno de ellos es Rubén Figueroa Smutmy, el hijo del ex gobernador defenestrado. Se entiende que en el PRI, está vetado de antemano no solo por el dirigente estatal de ese partido, Heriberto Hucochea Vázquez, sino por el propio gobernador Héctor Astudillo Flores. Es entendible que busque entonces, los apoyos del PRD. De hecho, su aspiración es la alcaldía de Acapulco. Pero no le alcanza. Sin embargo, utiliza esa aspiración para encarecer la negociación política. En corrillos políticos ya se le ubica como virtual candidato a contender por la diputación local en el distrito 5. Un escenario que le caería muy mal al mandatario estatal, dado que esta vez lo tendría remando en su contra –como en la pasada legislatura- desde la tribuna del Congreso local. A pesar de ser hijo del ex gobernador priísta, Astudillo nada quiere saber de Figueroa Smutny. Y es probable que haga hasta lo imposible para que éste último pierda la elección, en el hipotético caso de ser postulado por el PRD. Y ahí se confirmará la vigencia y rentabilidad política del grupo Figueroa. O contrariamente, su cada vez peor decadencia. 2.- De la federación llegó de pronto, una noticia que debió sobresaltar y preocupar al grupo Figueroa: la Secretaría de la Función Pública (SFP), inhabilitó por 10 años para ocupar cargos públicos al actual diputado local, Héctor Vicario Castrejón, por ’negligencia administrativa’. Dicha irregularidad la cometió siendo titular de la delegación en Guerrero, de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu). Vicario es el principal operador político en Guerrero, del ex gobernador Figueroa Alcocer. Y ya había anunciado entre sus allegados, su deseo de buscar la candidatura al Senado de la república. O ya en la repesca, la diputación federal. Todo se le cayó. Entonces, el mensaje político apareció diáfano: el presidente Peña Nieto, desaprueba que el grupo Figueroa tenga un pie metido en el PRI y otro en el PRD. Al inhabilitar a Vicario, se entiende que en automático, lo deja fuera de la jugada para la elección de julio de 2018. Y el único sobreviviente más destacado de ese grupo que se quedaría a competir, sería justamente, Figueroa Smutny. Pero en el PRD. ¿Aguantará esta embestida política el ex gobernador Figueroa? ¿Negociará la caída de Vicario con el gobernador Astudillo y con Peña Nieto? ¿O recogerá lo poco que conserva de su capital político y se lo llevará al PRD? En política, todo es posible.
HOJEADAS DE PÁGINAS…Como si no fuera suficiente con su incapacidad mostrada para darle gobernabilidad a la comuna capitalina y a los miles de baches que hay en las calles, el alcalde Marco Antonio Leyva Mena, quiere cobrar 15 pesos más en el recibo del agua, por concepto de recolección de basura. El punto es que hasta hoy, los de ’la basura jefa’ tienen el control. Si edil quiere mejorar el servicio, entonces tendría que desplazarlos necesariamente. Y no se ve que tenga el valor ni el carácter para enfrentarlos.
