Perfil de México
Armando Ríos Ruiz
La Presidenta Sheinbaum dijo en la conferencia mañanera del lunes,
que hay muy buena relación con Donald Trump y ’para qué generar un desencuentro’. Se refería a las palabras emitidas por el norteamericano, de que su homóloga mexicana rechazó su propuesta de enviar tropas de estados Unidos a México para ayudar a frenar el tráfico ilegal de drogas, porque tiene miedo a los poderosos cárteles del país.
Lo anterior encierra una serie de contradicciones de ambos mandatarios. Porque si México padece muchas enfermedades letales, el narcotráfico es indudablemente una de ellas. La más peligrosa y la que mantiene en jaque a todo el país, como el mismo mandatario ha dicho en muchas ocasiones, igual que varios colaboradores de su gobierno que desde hace muchos años han criticado duramente a los cárteles mexicanos que se han multiplicado escandalosamente.
Desde el inicio de su administración, Trump había asegurado que
Acabaría con los cárteles de la droga mexicanos, porque asesinaban a sus jóvenes en un promedio de 100 mil cada año e inclusive declaró terroristas a esas organizaciones, para poder entrar a nuestro territorio en busca de esos criminales sin pedir permiso, declaración que, por cierto, engendró una esperanza inesperada en una cantidad enorme de compatriotas.
Mientras tanto, la Presidenta comenzó también a decir de manera sistemática que jamás permitiría una violación a nuestra soberanía. De manera que, por un lado, el vecino actúa diferente a su promesa y la mexicana decidió utilizar el ridículo argumento de la soberanía, cuando en realidad se trata de un asunto que más bien impide la solución al descomunal problema de criminalidad, que ella ni puede ni tiene ganas de emprender.
Trump ignora o se hace, que los adorables narcotraficantes mexicanos son los amos y señores de México desde el arribo del ex presidente macuspano al poder, que les otorgó la licencia para matar en cada discurso que pronunciaba después de las elecciones, con agradecimientos a su valiosa ayuda por poner en su lugar a los adversarios de Morena, con intimidaciones, secuestros y asesinatos.
No sabe o se hace, que las organizaciones criminales mexicanas se convirtieron en los verdaderos grandes electores que llevaron al poder al mismo Primer Mandatario y luego a una cantidad impresionante de gobernadores, de senadores, de diputados federales y locales, de presidentes municipales, al grado que algunos trasnochados morenistas, lo gritaron sin asomo de pena.
Y si la señora apela a la soberanía cada vez que el tema viene al caso, es que no tiene en la mente acabar con el mal que mantiene en jaque a nuestra sociedad. Es decir, no puede y menos quiere. También hay mucho agradecimiento de por medio, cuando se supone que debe gobernar para todos los mexicanos. Los que están seguros por ser políticos y los que estamos a expensas del humor con que amenazan los malos, si tenemos la desgracia de estar cerca.
El vecino dijo el domingo: ’Sheinbaum les tiene tanto miedo a los cárteles que no puede caminar. (…) La presidenta es una mujer encantadora, pero tiene tanto miedo de los cárteles que ni siquiera puede pensar con claridad’. Tal vez la encantadora Presidenta les tenga miedo. Pero también más a su benefactor.
Entre el público que lee y que opina, leí una sugerencia inteligente, que propone una consulta popular con carácter vinculatorio, para que los mexicanos digan si quieren que los soldados norteamericanos vengan a combatir al narco y podríamos apostar doble contra sencillo, que una cantidad enorme votaría a favor, porque el hartazgo y la impotencia están en su máximo, hace tiempo.
Quien quiera ver cómo se comportan esos dueños de México, vaya a la provincia, en donde lucen sus camionetas ruidosas y sus armas a la luz del día y en donde se ve caminar por ahí a alguno que otro solitario, con un arma larga en la mano. ¿Por qué no hay autoridad que les marque el alto? Porque persiste la orden de no molestarlos. ¡Gracias por su amor a México, Presidenta!
ariosruiz@gmail.com