Mirador
Armando Fuentes Aguirre
El rey Goose tuvo ayer una ocurrencia; la número 32 de esta semana.
La envió para su aprobación a la Cámara de Diputados (él era la Cámara de Diputados) y luego a la de Senadores (la Cámara de Senadores era él).
Por virtud de ese decreto sus camareros tendrán la obligación de levantarse todos los días a las 4 y media de la madrugada, llueva, truene o relampaguee. (El rey Goose tiene en este momento otra ocurrencia, la número 33: emitirá un nuevo decreto en el cual ordenará cuándo debe llover, tronar o relampaguear).
Ahora los camareros del rey Goose andan todos desmañanados. Algunos han dormido cuatro horas nada más. Se les ve ojerosos, el cabello revuelto, desvaída la mirada, ajado el rostro más que de costumbre. En la diaria reunión con el monarca deben hacer grandes esfuerzos para no dormirse. Maldicen en su interior, pero en su exterior dicen siempre: ’Sí, sí, sí’.
El rey Goose está muy orgulloso. Dice: ’Ahora sí se trabaja’. Sus camareros sufren en secreto. Quisieran poder dormir siquiera una hora más. Quisieran poder decirle: ’No, no, no’. Pero no pueden. Están esperando la próxima ocurrencia.
¡Hasta mañana!...