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Alfredo Ibáñez
Conforme pasan los días no se ve solución * Según informes oficiales, el tráfico de personas se ha convertido en un negocio altamente lucrativo en México, incluso tiende a desplazar al narcotráfico
México enfrenta severo problema migratorio que amenaza con desbordarse; cientos de personas provenientes de otras naciones se internan todos los días en los diferentes estados.
La Ciudad de México, Chiapas, el Estado de México, Tabasco, Jalisco, Sinaloa, por sólo mencionar algunos, son ejemplos claros de ese fenómeno.
En los últimos años se ha vuelto costumbre ver caminar por las calles de México a grupos de migrantes, en su mayoría de origen colombiano, de Venezuela, Cuba, Haití e incluso de Asia.
Pero no sólo se dejan ver en espacios públicos, ahora han ingresado al campo laboral; debido a su calidad migratoria son contratados de manera informal, lo mismo por emprendedores que por grandes empresarios. Con bajos salarios y sin ningún tipo de prestaciones, pero ya están en la nómina de tales fuentes de empleo.
A esos migrantes se les puede ver trabajar en tiendas de abarrotes, lavanderías, taquerías, campos de golf, así como en grandes bodegas como la Central de Abasto de Iztapalapa en la Ciudad de México, en la de Toluca, Estado de México, además de restaurantes de mediana calidad.
En este año que está por terminar se ha agudizado el problema migratorio; pese al silencio que guardan las autoridades, se percibe claramente que el problema va en ascenso.
Una de las grandes preocupaciones de la población de México es el sanitario; se desconoce qué tipo de padecimientos pudieran portar, lo cierto es que se relacionan con la población mexicana. Lo evidente es que padecen alguna discapacidad, enfermedades crónicas y la consabida depresión y ansiedad.
Es innegable que hay grupos, auténticas mafias que están detrás de ellos. De acuerdo con informes oficiales, el tráfico de personas se ha convertido en un negocio altamente lucrativo, e incluso tiende a desplazar al narcotráfico.
Una de las grandes ventajas que ven quienes se dedican a esa práctica ilícita es que representa menos riesgo para ellos, pues a diferencia de la droga que tienen que buscar mercados dónde colocarla, con los consabidos riesgos, en el caso de los migrantes ellos los buscan, van directo con quien les ayude a llegar a su destino, preferentemente a Estados Unidos. Con dinero en la mano, persiguen la transacción comercial.
Las tarifas no son nada despreciables, dependiendo de dónde proceda el migrante es el costo. Por ejemplo, alguien sale de Honduras, Colombia, Venezuela, el monto a pagar oscila entre los 5 mil y los 7 mil dólares, algo así como entre 100 mil y 150 mil pesos.
Si se trata de migrantes de Asia o de África, la tarifa a pagar supera fácilmente los 300 mil pesos. Un auténtico negocio que las autoridades mexicanas no han podido frenar.
Son diversos los grupos que se mencionan operan, algunos de ellos con la complicidad de autoridades mexicanas.
Dentro de las mafias dedicadas al tráfico de migrantes, destacan las de Colombia y Venezuela, las mismas que se han asentado en Comitán, Tapachula y Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.
Las ganancias son sumamente elevadas, si se contempla que al día reciben en cada uno de los puntos, al menos 70 personas, las cuales buscan afanosamente concretar el famoso ’sueño americano’, sólo que para ello utilizan a México como territorio de paso.
Para darnos una idea de cómo ha crecido el fenómeno migratorio en México, tenemos que de acuerdo con la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, del 1 de octubre al 3 de diciembre de este año, todos los días se detienen en promedio a 5 mil 234 migrantes.
Es decir, en lo que va del presente sexenio las autoridades mexicanas han arrestado al menos a 349 mil 625 personas provenientes de diversos países.
México está en verdaderos problemas, pese a ello no se ven acciones concretas que permitan detener el flujo migratorio.
Recientemente el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, fijó postura y adelantó que contempla llevar a cabo deportaciones masivas.
En respuesta la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo dijo que está preparada para hacer frente a esa emergencia e incluso fue más allá y señaló que buscará continuar con el compromiso de que se deporten a migrantes no mexicanos a sus lugares de origen.
El problema migratorio en el país es altamente complejo, los migrantes no sólo se enfrentan a diferente tipo de violencia, secuestros y extorsiones, ahora más que nunca están en el ojo de los grupos delictivos, en ocasiones interactúan de manera consensuada con los grupos criminales, en otras son secuestrados, obligados a trabajar para ellos en su carrera criminal.