En las Nubes

Esos sindicatos (uno de dos)

Esos sindicatos (uno de dos)
Periodismo
Agosto 03, 2017 21:02 hrs.
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Carlos Ravelo Galindo › guerrerohabla.com

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Solo el que ha vivido, se ha beneficiado o soportado y sufrido el sindicalismo realmente sabe y puede expresar sus bondades y sus maldades, sus fortalezas y debilidades, sus ventajas y desventajas.
Lo que es y lo que no es, nos lo recuerda nuestro amigo Fernando Calderón Ramírez de Aguilar. Que también lo vivió en su trabajo de delegado del IMSS.
Y nos invita a platicar y adentrarnos en la historia de esos grupos para conocer de su existencia. Y la razón de ello.
Desde mediados del siglo pasado en Norteamérica y quizá un poco antes, no solo los dueños del capital y los políticos fueron los únicos que se apropiaron y acumularon el poder omnímodo, para hacer de su patria y del mundo lo que les viniera en gana.
Dada la explotación y mala utilización del capital humano surgieron diversas agrupaciones sobre todo los sindicatos. Mismos que trataron y lograron defenderse de esa impetuosa y esclavizante agresión mediante el progresivo método de unificación de necesidades y valores para su supervivencia.
Desgraciada e inevitablemente surgió la figura del representante o líder de esos grupos elegido por un proceso aparentemente democrático.
Pero que cada vez fue más corrupto, ya que dicho personaje usó el poder que le otorgaba la masa, para la satisfacción de sus propias necesidades. Olvidó o conscientemente hizo a un lado las de la colectividad agrupada, en la inmensa mayoría de los casos.
Y logró formar parte virtual del poder al unirse a los grupos que lo ostentaban y además enriquecerse a grado extremo. Olvidó los fines y objetivos para los cuales fueron elegidos, al sacrificar el bienestar del grupo al cual representaban.
A principio del siglo XX este movimiento débil y disperso actuaba en países que se desarrollaban unos rápidamente y otros no tan velozmente. Eran seguros para su actuación y progreso.
El ejemplo que surgía en el norte con su actuación controladora y desmedida mostraba al mundo, que lo que los norteamericanos hicieran o dejaran de hacer, era clave para los sucesos mundiales y que lo que los lideres y sus sindicatos hicieran o dejaran de hacer, era clave para lo que sucediera en Norteamérica.
La clase de hombre que era el dirigente sindical dependía de la naturaleza de la organización que dirigía, de sus objetivos y del país en que se encontraba para desarrollarse durante su actuación.
Poco importaba su cultura, ideología y sus valores. Buscaba logros para el bienestar de sus agremiados a como fuera.
Pero no toda era así la ideología del líder. Resultó ser un elemento brutalmente importante si ésta no estaba acorde con el sistema de gobierno socioeconómico en que vivía.
Había gran desconfianza en los líderes con ideas socialistas o comunistas. Se les ha vetado ya que representan el peligro mas grave, según se piensa para la estabilidad socioeconómica y política de un país.
Este tipo de sindicalismo siempre es rechazado por los empresarios que son los dueños del capital. Estarán siempre en mutuo antagonismo.
El guía no es un ciudadano particular sino un protagonista social que se conforma y moldea de acuerdo a los rasgos que le predetermina el organismo sindical que dirigía.
Para muchos autores el sindicato configura a su dirigente, pero hay quien sostiene lo contrario. Que el líder configura a su sindicato.
A Calderón Ramírez de Aguilar, le parece muy desafortunado ya que se convierte en una oligarquía gracias a que los dirigentes decidieron ingresar a la maquinaria política del estado, quien con gran alegría los acepto.
Era obligado lograr el control de los mismos para garantizar la paz y estabilidad del sistema. Había darles beneficios secundarios a su función, como puestos en las cámaras federales y locales, sitios prominentes dentro de los partidos políticos con las consecuentes canonjías socio económicas y políticas que esto les producía.
El ejemplo, en el resto de américa cundió rápidamente ya que lo malo se aprende con una velocidad extraordinaria. De los países seguidores, el ejemplo más prístino fue México y la mayoría de los países centro y sudamericanos.
Pronto nacieron las formas de negociación que se plasmaron en los contratos colectivos, para limitar la acumulación innecesaria del capital por parte de los empresarios. Quedaban sujetos a acuerdos legales que los obligaba a cumplir. Estos contratos se registraban ante la autoridad competente.
Cuando por alguna razón el sindicalismo penetra las instituciones del estado, inevitablemente este, entra en un estado de alarma. Tratará con el tiempo abolir o menguar el poder del sindicato a través de negociaciones difíciles o la creación y aplicación de leyes que lo contengan. Porque el sindicato con su fuerza basada en la unión gremial, en el momento que necesite o desee, puede paralizar la acción del estado. Y generar un conflicto con el enfrentamiento en forma vertiginosa como se ha visto sucede frecuentemente.
En los casos en que los agremiados no estaban de acuerdo con los líderes en alguna petición o causa justa e iban al paro aquellos recurrían a la contratación de esquiroles para tener la fuerza laboral. Y si los miembros del sindicato ejercían alguna acción iban mas allá al contratar fuerza bruta que iba sobre los agremiados infringiéndoles severa violencia física.
Cuando había muertos o heridos nunca había castigo legal para los ejecutores ya que siempre estaba de acuerdo el líder con el empresario. Y éste con las autoridades.
Claro que el líder puede recurrir a más acciones colaterales para defender su posición cuando esta es justa. Enfrentar a los dueños del capital si insisten en perjudicar logros y la acción.
Será fácil siempre y cuando sindicatos similares los apoyen como sucedió en Norteamerica con Cesar Chávez en su ayuda a los recolectores de la uva.
Cuando los empresarios se negaron a pagar con cierto apoyo disfrazado del gobierno, los trabajadores tuvieron que obedecer.
Pero al salir y llegar parte de la cosecha a Europa, de acuerdo con los sindicatos pertinentes, echaron el producto norteamericano al mar.
Al suceder los dueños que creían haber ganado la partida, se dieron cuenta de que ponían en riesgo sus muchos millones de dólares y cedieron sin remedio-
Ganaron en ese caso los trabajadores y asi hay incontables ejemplos con las amenazas de huelga a las que se llega, si no se logra un acuerdo benéfico para ambas partes. Continuará.
craveloygalindo@gmail.com

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