Exitosa la marcha del 8-M

Afortunadamente y contra los negativos pronósticos de las autoridades federales y de la Ciudad de México, la marcha de diversos grupos sociales con motivo del Día Internacional de la Mujer, resultó exitosa para el movimiento feminista, ya que pudieron salir a las calles a expresar sus inquietudes y demandar justicia por los feminicidios y crímenes de género, así como exigir un mayor y mejor reconocimiento de condiciones sociales y laborales.
Por supuesto no podía faltar el ’negrito en el arroz’: jóvenes embozadas integrantes del llamado Bloque Negro rompieron con mazos los cristales de una entrada de la estación Hidalgo del Metro, donde dos de ellas resultaron con lesiones de gravedad y aunque inicialmente rechazaron el apoyo de paramédicos, finalmente accedieron a ser atendidas en un hospital de traumatología y ortopedia.
Si bien se registraron otras acciones violentas, donde esas embozadas atacaron las planchas de acero que protegían los inmuebles, fueron las menos y las manifestantes en lugar de agredir a las mujeres policías, ahora les entregaron flores e intercambiaron abrazos, lo que eliminó posibles tensiones, incluso varias uniformadas se unieron a la marcha.
Incluso, una embozada agredió con un picahielo a una policía en el rostro, justo en el pómulo, pero no fue detenida por la orden de las autoridades capitalinas de no detener a radicales del Bloque Negro, ya que en otra circunstancia sería una tentativa de feminicidio.
Atrás quedaron las inusuales advertencias tanto del presidente Andrés Manuel López Obrador como de Martí Batres, secretario de Gobierno capitalino, quien el día lunes anticiparon que tenían informaciones de que manifestantes se preparaban para llevar marros, sopletes, bombas molotov, entre otros objetos para violentar la marcha.
Sin embargo no deben perderse las razones de las manifestaciones de las mujeres, quienes entre otras exigencias demandaban el esclarecimiento, enjuiciamiento y castigo a todos los feminicidas, que las desparecidas sean localizadas y presentadas vivas o, en dado caso, que también sean castigados los responsables, sin omitir que también desean poder salir a la calle libremente, sin ningún temor, vestir como más les agrade, decidir por ellas su vida y su futuro de acuerdo a sus deseos.
Para ello no es necesario esperar cada 8 de marzo, sino las autoridades de los tres niveles de gobierno deben respondan de inmediato a las demandas femeninas, diariamente expresadas para que se sientan atendidas social, familiar e individualmente.