Opinión

Hay que seguir escribiendo

Hay que seguir escribiendo
Periodismo
Octubre 26, 2017 21:17 hrs.
Periodismo ›
Servando Martínez Pinzón › guerrerohabla.com

5,321 vistas

La llamada por teléfono fue directa: "mi papá está mal, te fuiste, te quiere ver, se está muriendo y no estás aquí".
No supe qué decir, minutos más tarde me dijo mi hermana, "acaba de morir, te necesito aquí, no sé cómo le hagas pero tienes que llegar".
Quedé desconcertado, pasmado, frío, sentí un nudo muy fuerte en la garganta, no podía hablar, mi cuerpo temblaba, mi voz no podía salir y lo único que hice fue retornar a Acapulco.
No recuerdo la hora de esa noche del 25 de octubre del 2015, pero alcancé la última combi que salía de Chilapa a Chilpancingo, hice varias llamadas para avisar la mala noticia a varios compañeros, al primero que le marqué fue Miguel Ángel Mata, gran amigo de mi padre, después a Eduardo Cotino quién llegó a la capital por mí para llevarme al hospital donde mi padre había dado su último respiro.
Desconcertado, triste, llorando, con muchas emociones encontradas veníamos en la autopista del Sol en silencio, un cigarro, otro, otro, "tranquilo primo me dijo".
Todo está bien, respondí, pero mi mente volaba, no estuve con mi padre los últimos momentos, me dolió eso, pensé que aguantaría un día más, pero su destino ya estaba escrito, yo tomé decisiones como cualquier otro aventurero, me fui sin pensar que todo podía pasar, confiaba en el Cheva, que me sabría esperar; no fue así y eso me ha marcado desde hace dos años.
No me arrepiento porque le pedí permiso de irme y él solo me miró fijamente, sin poder hablar, nunca entendí su mirada, me fui y eso sé que le dolió porque ya sentía su final. He pagado como nadie esa decisión, pero él siempre me dijo, "haz tu vida gallo y nunca te detengas", aunque posiblemente quería detenerme pero nunca lo dijo, no podía.
Al llegar al hospital, todo era incertidumbre, llantos, desesperación, angustia y miradas de coraje hacia mí, merecía más desprecio pero el momento no estaba para eso, sino para resolver la situación.
Sabía que mi padre moriría, sabía que no podría despedirme como hubiésemos querido, sabía que habrían muchas cosas pendientes por decir, por exclamar, por agradecer, por reclamar, de eso los dos estábamos conscientes, nos conocíamos más de lo que muchos pudieran imaginar.
Mi padre se fue, sin decirme adiós, sin que le pudiera agradecer por todo lo que me enseñó y por todo lo que quedó pendiente por aprender de él, pero me llevo su grato recuerdo a cada momento.
Fuimos muy apegados, charlábamos por las madrugadas, convivimos en varias etapas, me inició en el periodismo a pesar que estudie la licenciatura en Derecho, pero su forma de ser me inclinó por seguir su ejemplo y a pesar que sé nunca podré superarlo, trato de mantener ese legado que me ha dejado y del cual estoy muy orgulloso de haber tenido a mi lado a una persona como él.
Octubre ha sido un mes con muchas sorpresas y parece que el destino conspiró para que me reencontrara con amigos de él y me contaran varias anécdotas y comentaran qué tan importante fue para ellos, el respeto y admiración que le tuvieron y lo más importante, que siempre tuvo una mano amiga para ofrecerla, así fue mi padre, un hombre solidario, entregado y sin malas intenciones, sin envidias y aferrado para hacer el bien.
A dos años, lo sigo añorando, he soñado con él, caminamos y charlamos en ese momento que el subconsciente hace su trabajo, pero al despertar sé que no está, sin embargo agradezco que siga aquí, dándome señales, motivándome y sé que ha perdonado todas mis fallas, porque un padre siempre tendrá amor para sus hijos y nunca querrá algo malo aún después de la muerte.
Aunque decidí no llorarle más para dejarlo descansar su ausencia pesa, veo su foto diariamente y le doy gracias por ser mi padre, por ser ese hombre exigente, chingador y que me presionaba para ser mejor, con quien tenía discusiones por la ideología de cada uno y entrábamos en controversias, pero a final un abrazo y un beso en la frente me dejaban desarmado. Sabía cómo controlarme.
Vivimos momentos únicos, bebimos juntos, parrandeamos como dos acelerados que se sentían libres y solo vivían el momento porque tarde o temprano cada uno tomaría un camino distinto, pero siempre unidos a pesar de la distancia.
El Cheva logró lo que nadie imaginó, ni yo mismo, pudo desquiciarme y hacerme explotar en segundos, pero a la vez sabía cómo sacarme una sonrisa y el llanto también. Se pasaba de cabrón.
Lo vi llorar, sonreír, rabiar, me contaba el amor a la familia, soñaba con proyectos que nunca se pudieron dar después de su infarto, se desgastó, no escuchó a los médicos y se fue agotando. Algo que aprendí es que vivió cada momento, le valía madre todo, sabía que moriría pero disfrutó cada instante con quien quizo y a dónde deseaba, su terquedad le daba libertad. No tenía miedo a la muerte, la retó varias veces y pasamos muchas ocasiones en el hospital, sabía que saldría y seguiría con su rutina, pero cuando se sintió cansado supo que era momento para decir las palabras adecuadas. Esas que no se borran de la mente.
Mi hermana, mi madre y otros familiares pudieron acompañarlo en el octavo piso del hospital en varias ocasiones, los médicos le hacían bromas porque siempre tenía tema de conversación y le daban ánimo cuando se desesperaba por querer salir. El proceso era inquietante pero necesario para estabilizarlo y pudiera regresar a casa.
Gruñón en ocasiones, pero muy noble a la vez; siempre tenía las palabras exactas para sus nietos Abril y Emiliano, para sus hijos, para cualquier persona, sabía que la gente lo quería y deseaba su recuperación, pero la decisión era de él, de nadie más.
Quienes lo trataron no me dejarán mentir.
Algo que casi nadie conocía de él, que cuando daba su cariño era muy expresivo, no le importaba si lo veían en público, si te quería dar un beso te lo daba, un abrazo o te platicaba una historia. Amaba la niñez y apoyaba a las personas que salían a su paso, más en los bares donde se echaba sus chelas.
Era muy cotorro y no paraba de hablar, su conocimiento le daba cuerda, leía mucho y las experiencias de la vida le dieron herramientas para que muchos pudieran disfrutar de su presencia. Aunque tenía su carácter y cuidado cuando lo buscaban.
Dos años de su ausencia física, dos años que parecen no sentirse, dos años de no charlar con él, ni de escuchar su regaños, sus exigencias, pero han sido dos años que me han permitido saber que no pude tener durante 33 años a un gran hombre que ha podido hacer lo que nadie, doblegarme, hacerme fuerte, sacarme sonrisas y llantos, con quien pude expresarme sin limitaciones y con quién pude entender lo que es la vida, subidas y bajadas, goce y decepciones, porque siempre me dijo la verdad y lo que pasaría si no seguía las reglas de la vida y hoy sigo agradecido por sus palabras sabias, expresadas con el único objetivo de verme bien.
Su legado me ha fortalecido, su imagen me motiva, me sigue alentando y su presencia espiritual me ha levantado de varias caídas dónde las rodillas han sangrado, pero su nombre, es lo que ha logrado que siga de pie, porque a Servando Martínez Castellanos no le gustaba que uno se rindiera, porque él hasta el último momento luchó por mantenerse fuerte y con la esperanza de salir adelante.
Mi padre siempre será mi fuerza, mi motivación, a quien le debo muchas cosas porque junto a mi madre, me demostraron lo que es el amor. Ahora toca darle lo que le corresponde a ella y cumplir con lo que me encomendó el Cheva.
Mi corazón late demasiado cuando veo su imagen, cuando lo recuerdo y eso es significado que aún está aquí conmigo y podrá seguir siendo mi guía por muchos años aunque no lo toque, pero eso es lo de menos, mientras siga creando emociones que solo un padre logra hacia su consanguíneo a pesar de la ausencia física. Porque el Cheva tenía esa capacidad y algo más que muchos no conocieron, pero que logró heredarme y hay que compartirlo con quien lo merece.
Tuve un padre bondadoso, honesto y de quién puedo sentirme orgulloso hasta el final de mis días. A Dios gracias por ser hijo del Cheva.
P.D. Hay que seguir escribiendo, algo se libera 😃

Ver nota completa...

Suscríbete

Recibe en tu correo la información más relevante una vez al mes y las noticias más impactantes al momento.

Recibe solo las noticias más impactantes en el momento preciso.

Hay que seguir escribiendo

Éste sitio web usa cookies con fines publicitarios, si permanece aquí acepta su uso. Puede leer más sobre el uso de cookies en nuestra política de uso de cookies.