Opinión

James K. Polk justificaba la incorporación de Texas

James K. Polk justificaba la incorporación de Texas
Periodismo
Abril 23, 2021 22:55 hrs.
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Rodolfo Villarreal Ríos › guerrerohabla.com

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Como en todo asunto en el cual intervienen dos partes, cada una de ellas narras los eventos desde una perspectiva particular. En el caso de la perdida de territorio mexicano a manos de los EUA, nosotros nos apegamos a la versión con la cual los especialistas mexicanos en el tema nos proveen. Sin embargo, poca difusión se da a los justificantes que los estadounidenses arguyen como razones para llevar a cabo aquella acción que, a nuestro juicio, no puede ser validada en ninguna circunstancia. A pesar de ello, como lo nuestro es la historia y, atendiendo a las enseñanzas que nos impartieron, no tenemos porque exhibir temor a mostrar lo que allá se argüía en los tiempos en que ya teníamos la ’visita’ de las tropas estadounidenses.’ Sobre lo relativo a la incorporación de Texas a los Estados Unidos nos ocuparemos en esta y la colaboración próxima.
Hasta donde hemos revisado, nunca en la historia de los informes que los presidentes de los EUA presentan ante el Congreso de su país, México ha ocupado tanto espacio como lo fue en los correspondientes a los años de 1846 y 1847 cuando el miembro del Partido Demócrata, James Knox Polk lo hizo. En lo que era su Segundo informe, efectuado el 8 de diciembre de 1846, dedicó 12,866 palabras para sustentar sus acciones hacia México y explicaba porque aceptaba a Texas como entidad de su país.
En lo concerniente a Texas, Polk enfatizaba que la anexión de Texas no constituía ninguna ofensa para México. Desde su perspectiva, argüir eso era inconsistente y no coincidía con los hechos, según él, comprobables de como se dio la revuelta que resultó en la separación de Texas de México. Para sustentar su aseveración se dio a la tarea de hacer un recuento histórico de como ocurrió aquello. Polk afirmaba que’ Texas era parte del territorio de la Louisiana, cedida a los Estados Unidos por Francia en 1803.’ Al parecer olvidaba que solamente una porción de esa entidad pertenencia a ese territorio que fue adquirido en 15 millones de dólares. Polk afirmaba que, ’en 1819, los Estados Unidos, por el tratado de Florida, cedieron a España toda esa parte de Louisiana dentro de los límites actuales de Texas, y México, al separarse de España y convertirse en nación independiente, le sucedió en los derechos sobre este territorio. En 1824, México estableció una constitución federal, bajo la cual la República Mexicana estaba compuesta por varios Estados soberanos confederados juntos en una unión federal similar a la nuestra. Cada uno de estos estados tenía su propio poder ejecutivo, legislativo y judicial, y para todos los propósitos, excepto el federal, era tan independiente del Gobierno General y de los demás estados como lo es Pennsylvania o Virginia según nuestra Constitución. Texas y Coahuila se unieron y formaron uno de estos estados mexicanos.’ Efectivamente, el 7 de mayo de 1824, dicha entidad fue uno de los q8 que crearon los Estados Unidos Mexicanos. En las palabras de Polk, ’la constitución estatal que adoptaron fue aprobada por la por la Confederación Mexicana.’ En ella, se establecía que eran "libres e independientes de los demás Estados Unidos mexicanos y de cualquier otro poder y dominio que sea" y proclamó el gran principio de la libertad humana que " la soberanía del estado reside originaria y esencialmente en la masa general de los individuos que lo componen ". Al gobierno bajo esta constitución, así como al gobierno bajo la constitución federal, el pueblo de Texas le debía lealtad.’ Dicho documento fue aprobado en 1827 bajo el nombre de Constitución del Estado Libre de Coahuila y Texas y en su primer articulo define a la entidad como la reunión de todos los coahuiltejanos. Acto seguido, el undécimo presidente de los EUA procedió a recordar cómo se había dado la colonización del territorio texano
’Emigrantes de países extranjeros, incluido Estados Unidos, fueron invitados al amparo de las leyes de colonización del Estado y del Gobierno Federal a establecerse en Texas. Se les ofrecieron condiciones ventajosas para inducirlos a dejar su propio país y convertirse en ciudadanos mexicanos. Esta invitación fue aceptada por muchos de nuestros ciudadanos con plena fe de que en su nuevo hogar se regirían por leyes promulgadas por representantes elegidos por ellos mismos, y que sus vidas, libertad y propiedad estarían protegidas por garantías constitucionales similares a las que existía en la República que habían dejado.’ Esto que parece un acto espontaneo, nada tuvo de ello. Una gran cantidad de esos colonizadores fueron apoyados por los estadounidenses con un plan específico a cumplirse en el mediano y largo plazo, continuar con el expansionismo territorial. Aunado a eso, debemos de agregar que tanto Coahuila y Texas como las otras entidades del norte, se sentían abandonadas del gobierno federal en donde los bandos diversos estaban enfrascados entre si lo mas conveniente era el federalismo o el centralismo. En ese contexto, en 1835, Antonio de Padua María Severino López de Santa Anna y Pérez de Lebrón se hace del poder en México, deroga la Constitución de 1824, convierte los estados en departamentos e instala un gobierno centralista.
Ante este escenario, según la versión de Polk, ’la gente de Texas no estaba dispuesta a someterse a esta usurpación. La resistencia a tal tiranía se convirtió en un gran deber. Texas fue totalmente eximida de toda lealtad al Gobierno central de México desde el momento en que éste abolió la constitución de su Estado y sustituyó en su lugar a un gobierno central arbitrario y despótico. Tales fueron las causas principales de la revolución texana. El pueblo de Texas decidió de inmediato resistir y se lanzó a las armas. Sin embargo, en medio de estos importantes y emocionantes acontecimientos, no dejaron de colocar sus libertades sobre una base segura y permanente.’ Todo esto como alegoría es digerible, pero en la realidad, no fue sino el pretexto que esperaban los colonos para desligarse no solamente de México, sino de Coahuila con cuyos habitantes no terminaban de identificarse al grado que estos no los siguieron en su ventura separatista. Para ver cual fue el paso siguiente que dieron los texanos, retornemos a las palabras del nativo de Carolina del Norte quien señalaba que ’eligieron a los miembros de una convención, quienes en marzo de 1836, emitieron una declaración formal de que su ‘relación política con la nación mexicana ha terminado para siempre, y que el pueblo de Texas ahora constituye una República libre, soberana e independiente, y están plenamente investidos de todos los derechos y deberes inherentes a las naciones independientes.’ Asimismo, determinaron que adoptar para su gobierno una constitución republicana liberal.’ Al enterarse de la rebelión, López de Santa Anna decidió salir a combatirla. Atravesó el país y en marzo de 1836 derrotaba a las fuerzas texanas en El Álamo. Aquello parecía que permitiría conservar Texas. De ahí, las fuerzas mexicanas confiadas se retiran a San Jacinto un sitio a la mitad del camino entre San Antonio y la frontera con Louisiana. Era el 21 de abril de 1836, por la tarde, y las tropas de López de Santa Anna descansaban, bueno no todos. Antonio de Padua, según la leyenda, le daba atención personalizada a una multa de nombre Emily Morgan. A la mitad de la jornada, llegaron las tropas de los insurrectos y acabaron con los mexicanos de los cuales 700 fueron muertos y 730 tomados como prisioneros, entre estos últimos no se encontraba López quien alcanzó a recoger los utensilios de la batalla personal que libraba y agarró camino. Sin embargo, no pasaría mucho tiempo antes de que lo capturaran y empezara a mostrar de que estaba hecho. Vayamos a las palabras de Polk.
’En el mes de mayo de 1836, Santa Anna reconoció mediante un tratado [el de Velasco] con las autoridades texanas ‘la plena, total y perfecta independencia de la República de Texas.’ Es cierto que entonces era un prisionero de guerra, pero es igualmente cierto que no había logrado reconquistar Texas y se había sido derrotado; que su autoridad no había sido revocada y que en virtud de este tratado obtuvo su liberación personal. Por ella se suspendieron las hostilidades y el ejército que, bajo su mando, había invadido Texas regresó sin ser molestado a México en cumplimiento de este arreglo.’ A partir de aquí, empezó Polk a delinear su justificación para aceptar a Texas como el estado número 28.
’Desde el día en que se libró la batalla de San Jacinto hasta la fecha, México nunca ha tenido el poder de reconquistar Texas. El 8 de julio de 1842, en un comunicado a nuestro ministro en México, el Secretario de Estado de los Estados Unidos le indicaba que México puede haber optado por considerar, y aún puede optar por considerar que Texas ha estado desde 1835, y como aún continúa, como una provincia rebelde; pero el mundo se ha visto obligado a adoptar una visión muy diferente del asunto. Desde el momento de la batalla de San Jacinto, en abril de 1836, hasta ahora, Texas ha exhibido los mismos signos de independencia nacional como el propio México, y con tanta estabilidad de gobierno. Prácticamente libre e independiente, reconocida como una soberanía política por las principales potencias del mundo, ningún pie hostil encontró reposo en su territorio durante seis o siete años, y el propia México se abstuvo durante todo ese período de cualquier nuevo intento de restablecer su propia autoridad sobre ese territorio, no puede dejar de ser sorprendente encontrar al señor De Bocanegra [José María de los Dolores Francisco Germán del Espíritu Santo Bocanegra y Villalpando], el secretario de relaciones exteriores de México, quejándose de que durante todo ese período los ciudadanos de los Estados Unidos o su Gobierno han estado favoreciendo a los rebeldes de Texas y suministrándoles embarcaciones, municiones y dinero, como si la guerra por la reducción de la provincia de Texas hubiera sido constantemente perseguida por México y su éxito impedido por estas influencias del exterior.’ Ahí no paraba la filípica en contra de Bocanegra.
’En el mismo despacho, el secretario de estado afirma que, desde 1837, Estados Unidos ha considerado a Texas como una soberanía independiente tanto como a México, y que el comercio y el comercio con ciudadanos de un gobierno en guerra con México no puede considerarse por ese motivo. como un trato mediante el cual se brinda asistencia y socorro a los rebeldes mexicanos. Todas las declaraciones del Sr. De Bocanegra van en la misma dirección, como si no se hubiera reconocido la independencia de Texas. Ha sido reconocida; fue reconocida en 1837 en contra de la protesta de México, y la mayoría de los actos de alguna importancia de los que se queja el señor De Bocanegra se derivan necesariamente de ese reconocimiento. Dice que Texas sigue siendo "una parte integral del territorio de la República Mexicana", pero no puede sino comprender que Estados Unidos no lo considere así. La verdadera queja de México, por lo tanto, es en sustancia ni más ni menos que una queja contra el reconocimiento de la independencia de Texas. Puede pensarse que es bastante tarde para repetir esa queja, y no solo para limitarla a los Estados Unidos a la exención de Inglaterra, Francia y Bélgica, a menos que los Estados Unidos, habiendo sido el primero en reconocer la independencia de México, sean los culpables de dar ejemplo para el reconocimiento de Texas.’ Para que no quedara duda de que no cambiaria su postura, Polk agregaba otra justificación.
’El secretario de estado agregó que la Constitución, los tratados públicos y las leyes obligan al presidente a considerar a Texas como un estado independiente, y su territorio como uno no perteneciente a México. Texas ha sido un estado independiente, con un gobierno organizado, desafiando el poder de México para derrocarlo o reconquistarlo, durante más de diez años antes de que México comenzara la actual guerra contra Estados Unidos. Texas ha mostrado al mundo su capacidad para mantener su existencia separada como nación independiente que había sido formalmente reconocida como tal no solo por los Estados Unidos, sino por varias de las principales potencias de Europa. Estos poderes han celebrado tratados de amistad, comercio y navegación con ella. Han recibido y acreditado a sus ministros y otros agentes diplomáticos en sus respectivos tribunales, y han comisionado a ministros y agentes diplomáticos de su parte ante el Gobierno de Texas. Si México, a pesar de todo esto y de su absoluta incapacidad para someter o reconquistar Texas, todavía se negaba obstinadamente a reconocerla como una nación independiente, no lo era menos por ese motivo. El propio México ha sido reconocido como nación independiente por los Estados Unidos y por otras potencias muchos años antes que España, de la que había sido colonia, accedería a reconocerla como tal; y, sin embargo, México en ese momento gozaba de la estimación del mundo civilizado, y de hecho, se le reconocía como independiente aun cuando España todavía la reclamaba como colonia. Si España hubiera continuado hasta el presente afirmando que México era una de sus colonias en rebelión contra ella, esto no la habría motivado ni cambiado el hecho de su existencia independiente. Texas en el período de su anexión a los Estados Unidos tenía la misma relación con México que México había tenido con España durante muchos años antes de que España reconociera su independencia, con esta importante diferencia, que antes de la anexión de Texas a los Estados Unidos se consumaba México. ella misma, mediante un acto formal de su Gobierno, había reconocido la independencia de Texas como nación. Es cierto que en el acto de reconocimiento se estableció una condición que no tenía poder o autoridad para imponer - que Texas no debía anexarse a ningún otro poder - pero esto no puede restar valor alguno al reconocimiento que México había hecho de su independencia real. Con esta clara exposición de los hechos, es absurdo que México alegue como pretexto para iniciar las hostilidades contra Estados Unidos que Texas sigue siendo parte de su territorio.’ Lo que Polk mencionó a continuación muestra que la expansión estadounidense hacia Texas estaba planeada desde mucho tiempo antes.
’Pero hay quienes, admitiendo que todo esto es cierto, asumen la base de que el verdadero límite occidental de Texas es el [Río} Nueces en lugar del Río Grande, y que, por lo tanto, al hacer marchar a nuestro Ejército hacia la orilla este de este último río, cruzamos la frontera texana e invadimos el territorio de México. Una simple declaración de hechos que se sabe que existen refutará de manera concluyente tal suposición. Texas, cedida a los Estados Unidos por Francia en 1803, siempre se ha afirmado que se extiende hacia el oeste hasta el Río Grande o el Río Bravo. Este hecho está establecido por la autoridad de nuestros estadistas más eminentes en un período en el que la cuestión se comprendía tan bien, si no mejor, que en la actualidad. Durante la Administración de Jefferson, Monroe y Pinckney fueron enviados en misión especial a Madrid, encargados, entre otras cosas, del ajuste de la frontera entre los dos países. En una nota dirigida al ministro de Asuntos Exteriores español el 28 de enero de 1805, afirman que los límites de Louisiana, cedidos por Francia a los Estados Unidos, "son el río Perdido al este y el río Bravo al oeste", y añaden que "los hechos y principios que justifican esta conclusión son tan satisfactorios para nuestro gobierno como para convencerlo de que los Estados Unidos no tienen mejor derecho a la isla de Nueva Orleans en virtud de la cesión mencionada que a todo el distrito de territorio antes descrito ". Hasta la conclusión del tratado de Florida, en febrero de 1819, por el cual este territorio fue cedido a España, Estados Unidos afirmó y mantuvo sus derechos territoriales en esta medida. En el mes de junio de 1818, durante la administración de Monroe, se recibió información de que varios aventureros extranjeros habían arribado en Galveston con el propósito declarado de formar un asentamiento en ese lugar, el gobierno de los Estados Unidos envió un mensajero especial con instrucciones del secretario de estado para advertirles que desistieran. , si se encuentran allí "o cualquier otro lugar al norte del Río Bravo, y dentro del territorio reclamado por los Estados Unidos". Se le instruyó, si se encontraban en el país al norte de ese río, que les hiciera saber "la sorpresa con que el presidente ha visto esa toma de posesión, sin autorización de los Estados Unidos, de un lugar dentro de sus límites territoriales, y sobre el cual no se puede llegar a un acuerdo legal sin la autorización del gobierno.’
Asimismo, se le instruyó que les hiciera" declarar bajo qué autoridad nacional profesan actuar, y que les advirtiera debidamente" que el lugar está dentro de los Estados Unidos, que no permitirá ningún asentamiento permanente allí en ninguna circunstancia o autoridad distinta a la suya.’ Todavía el 8 de julio de 1842, el secretario de estado de los Estados Unidos, en una nota dirigida a nuestro ministro en México, sostiene que por el tratado de Florida de 1819 el territorio tan al oeste como el Río Grande fue confirmado a España. En dicha nota afirma que - Por el tratado del 22 de febrero de 1819, entre los Estados Unidos y España, se adoptó el Rio Sabino como la línea de límite entre las dos potencias. Hasta ese período no se había efectuado una colonización considerable en Texas; pero habiendo sido confirmado a España el territorio entre el Sabino y el Río Grande por el tratado, se hicieron solicitudes a esa potencia para concesiones de tierras, y tales concesiones o permisos de asentamiento fueron otorgados por las autoridades españolas a favor de ciudadanos y sus familias numerosas de los Estados Unidos que se proponían emigrar a Texas antes de la declaración de independencia de México.’
’El territorio de Texas que fue cedido a España mediante el tratado de Florida de 1819 abarcaba todo el país ahora reclamado por el Estado de Texas entre el Nueces y el Río Grande. La República de Texas siempre reclamó este río como su límite occidental, y en el tratado que firmó con [López de] Santa Anna en mayo de 1836, se reconoció como tal. Por la constitución que Texas adoptó en marzo de 1836, se organizaron distritos senatoriales y representativos que se extendían al oeste del Nueces. El Congreso de Texas, el 19 de diciembre de 1836, aprobó "Una ley para definir los límites de la República de Texas", en la que declararon que el Río Bravo desde su desembocadura hasta su nacimiento era su límite, y por dicha ley extendieron su "jurisdicción civil y política" sobre el país hasta ese límite. Durante un período de más de nueve años, entre la adopción de su constitución y su anexión como uno de los Estados de nuestra Unión, Texas afirmó y ejerció muchos actos de soberanía y jurisdicción sobre el territorio y los habitantes al oeste del Nueces. Organizó y definió los límites de los condados que se extendían hasta el Río Grande; estableció tribunales de justicia y extendió su sistema judicial por el territorio; estableció una aduana y estableció aranceles, y también oficinas de correos y carreteras de correos, en ella; estableció una oficina de tierras y concedió numerosas concesiones de tierras dentro de sus límites; un senador y un representante residente en él fueron electos al Congreso de la República y actuaron como tales antes de que se produjera el acto de anexión. Tanto el Congreso Federal como en el de Texas dieron su consentimiento a los términos de la anexión a los Estados Unidos propuestos por nuestro Congreso. En ello tomaron parte representantes residentes al oeste del Nueces, quienes participaron en el acto de anexión en sí. Este era el Texas que, por acta de nuestro Congreso del 29 de diciembre de 1845, fue admitido como uno de los Estados de nuestra Unión. Que el Congreso de los Estados Unidos entendió que el estado de Texas que admitieron en la Unión se extendía más allá del Nueces es evidente por el hecho de que el 31 de diciembre de 1845, solo dos días después del acto de admisión, aprobaron una ley. "para establecer un distrito de cobranza en el estado de Texas", mediante el cual crearon un puerto de entrega en Corpus Christi, situado al oeste del Nueces, y siendo el mismo punto en el que la aduana de Texas bajo las leyes de esa República había estado ubicada, y ordenó designar un topógrafo para recaudar los ingresos mismo que sería nombrado por el presidente con el consejo y consentimiento del Senado.’
’Todos estos actos de la República de Texas y de nuestro Congreso precedieron a las órdenes de avance de nuestro Ejército hacia la ribera oriental del Río Grande. Posteriormente, el Congreso aprobó una ley que "establece ciertas rutas de correos" que se extienden al oeste de Nueces. El país al oeste de ese río ahora forma parte de uno de los distritos del Congreso de Texas y está representado en la Cámara de Representantes. Los senadores de ese estado fueron elegidos por una legislatura en la que estaba representado el país al oeste de ese río. En vista de todos estos hechos es difícil concebir sobre qué base se puede sostener que, al ocupar el país al oeste del Nueces con nuestro Ejército, con miras únicamente a su seguridad y defensa, invadimos el territorio de México. Pero hubiera sido aún más difícil justificar al Ejecutivo, cuyo deber es velar por que las leyes se ejecuten fielmente, si ante todos estos trámites, tanto del Congreso de Texas como de los Estados Unidos, hubiera asumido la responsabilidad de ceder el territorio al oeste del Nueces a México o de negarse a proteger y defender este territorio y sus habitantes, incluyendo Corpus Christi y el resto de Texas, contra la amenaza de invasión mexicana.’ En este párrafo se encontraba resumida la razón del porque era tan importante incorporar a Texas como parte de los EUA. En la colaboración próxima revisaremos como concluyó la explicación-justificación que Polk les ofreció a sus congresistas. vimarisch53@hotmail.com
Añadido (21.16.52) En ese nivel andan las relaciones. Pidió la audiencia acostumbrada y, como respuesta, se le indicó que las cartas credenciales fuera a entregarlas en la oficialía de partes. Eso sí, aquí felices cuando les avisaron, vía e-mail, que las aprobaban.
Añadido (21.16.53) Uno tras otro le siguen enviando mensajes y no hay quien se tome la molestia de engarzarlos y decirle de lo que se trata o ¿Será que no entienden el significado?


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