Opinión

Juárez, Obregón y Villa en la hora final

Juárez, Obregón y Villa en la hora final
Periodismo
Julio 24, 2020 20:39 hrs.
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Rodolfo Villarreal Ríos › guerrerohabla.com

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Los aniversarios luctuosos al inicio de la segunda mitad del mes de julio, entre el 17 y el 20, registran los decesos de tres personajes que, en formas distintas, tuvieron un papel relevante en los sucesos de construcción de este país. Nos referimos a los decesos del estadista Benito Pablo Juárez García (18 de julio de 1872), el presidente Álvaro Obregón Salido (17 de julio de 1928) y el brazo armado de la Revolución Mexicana, José Doroteo Arango Arámbula o Francisco Villa (20 julio 1923). A pesar del tiempo trascurrido, referirse a cualquiera de ellos es motivo para que las pasiones se enciendan. Un ejemplo que ello prevalece es lo acontecido hace unos días cuando se conmemoró sus muertes. En el caso del primer y el tercer personaje fueron recordados en una u otra forma, mientras que el silencio prevaleció en torno al del segundo. Pero dejemos reacciones actuales y demos un repaso breve a la forma en que cada uno de ellos se fue encaminado hacia su día final.
Iniciemos con el estadista Juárez García. Acéptenlo o no sus malquerientes, fue gracias a él, como líder del los HOMBRES DE LA REFORMA, que la republica se salvó y nos convertimos en una nación. De no haberse contado con su voluntad férrea, hubiéramos acabado convertidos en súbditos del principito austriaco y la parvada de vividores que lo acompañaban. Reconocer esto no implica caer en la burda posición de que todos sus actos fueron perfectos y no cometió errores. Por supuesto que en medio de todo aquello muchas cosas pueden cuestionarse o argüirse que no debió de haberlas realizado. Sin embargo, esos no eran tiempos para espíritus débiles, ni mucho menos para andar con contemplaciones que pusieran al garete el futuro de la construcción del país. Ello implicaba tomar decisiones que sin un análisis profundo pueden parecernos contrarias al interés del país. Sin embargo, al revisarlas comedidamente es factible deducir que no había otra alternativa sino jugar con las cartas de que se disponía y arriesgarse. Cuando la hora del triunfo llegó, hubo de actuar bajo otras reglas. No es factible proceder en forma similar cuando se esta camino a lograr el objetico que cuando este se logra y es el momento de actuar con responsabilidad en función de concretar y construir el futuro de la patria.
En 1867, una vez que el invasor fue colocado en su reposo de pino, Juárez inició la construcción de la nación. Eso pasaba, primeramente, por atemperar los ánimos de los triunfadores quienes, todos, consideraban que merecían una recompensa mayor por el esfuerzo realizado. A muchos, los envió al retiro y a otros tuvo que ponerlos en paz mediante el uso de la fuerza, especialmente a uno, José de la Cruz Porfirio Diaz Mori. Juárez conocía muy bien como actuaba esta persona y sobre él le decía a Sebastián Lerdo de Tejada Corral: ’Es un hombre que te mata llorando.’ Con varios más, decidió simplemente entrar en un periodo en donde la confrontación no prevaleciera. Sabía que, si se continuaba por la ruta del enfrentamiento, el país nunca podría dejar de ser un conglomerado de feudos para convertirse en una nación. Conocedor de que en la mayoría del pueblo mexicano continuaban muy arraigadas sus creencias religiosas, estimó que necesitaba realizar algunas concesiones. En ese sentido, optó por permitir que se continuara con la costumbre de considerar como días oficiales de celebración, la semana santa, el día de la virgen de Guadalupe y el 25 de diciembre. Asimismo, en lo personal, ante una petición de esposa, Margarita Eustaquia Maza Parada, decidió que cada domingo la acompañaría al servicio religioso en la catedral, sin que ello implicara participar en el rito. Esas son cosas que solamente el amor puede lograr y don Benito lo sentía en cantidades abundantes por ella. Si se quiere revisar al respecto, muy recomendable es leer el libro de la autoría de la doctora Patricia Galeana, ’La correspondencia entre Benito Juárez y Margarita Maza,’ (Secretaría de Cultura del Gobierno del Distrito Federal, 2006). Esa situación, no duraría mucho. En enero de 1871, doña Margarita fue llamada a otra tareas y Juárez empezó a mostrar los efectos de eso y las consecuencias del largo trajinar en contra de la adversidad.
Así, fue como llegó el mes de julio de 1872 y el mal de la angina de pecho se fue recrudeciendo. Aun cuando ya estaba inmerso en la crisis de salud, Juarez no abandonó sus labores como presidente y el 17 de ese mes envió un par de misivas. Una, dirigida al general Ramon Corona Madrigal, aquel a quien, cuenta la leyenda, mucho le debe la casa reinante de España, en dicha misiva le comentaba su preocupación sobre los acontecimientos que ocurrían en Nevo León. Asimismo, en la que sería su última carta, se dirigía al general Rafael Cravioto Pacheco a quien le manifestaba: ’esperamos de un momento a otro saber la ocupación de Monterrey por las fuerzas unidas de los Grales. [Sostenes] Rocha [Fernández], [José] Ceballos [Cepeda] [e Ignacio] Revueltas.’ Tras de ello, casi llegaba el mediodía del 18 de julio cuando el corazón de Juárez cedía. Ante ello, su médico personal, Ignacio Alvarado intenta un remedió extremo y le vierte sobre le pecho una jarra de agua hirviendo que le permiten sobrepasar la crisis. En esas circunstancias, aun se dio tiempo para recibir al secretario de relaciones exteriores, José María Lafragua Ibarra, y posteriormente a un general.
El día trascurrió entre la incertidumbre hasta que llegada la noche las cosas empeoraron y a Alvarado, se unieron los médicos Gabino Eleuterio Juan Nepomuceno Barreda Flores y Rafael Lucio Nájera. Poco pudieron hacer, a las 23 horas con veinticinco minutos Juárez partió a su cita con el Gran Arquitecto. El acta de defunción, firmada por los tres galenos mencionados, estableció como causa de la muerte ’neurosis del gran simpático,’ algo que nada tiene que ver con el mal de angina de pecho. Asimismo, se inició la leyenda de que en realidad Juárez murió envenenado debido a que una fulana apodada ’La Carambada,’ en venganza porque no le perdonaron la vida a su amado, un militar imperialista, suministró una pócima, elaborada con la hierba denominada ’veintiunilla’, en una copa de vino que Juárez se bebió durante una visita a Querétaro, justo veintiún días antes de su fallecimiento. De lo que no hay discusión es de que el estadista Juárez García es el único héroe nacional que falleció postrado en su cama.
En el caso del presidente Obregón Salido, su personalidad en el análisis histórico no es precisamente un de las más populares. Eso tal vez se deriva de sus orígenes. Antes de incorporarse al movimiento armado era un agricultor exitoso dedicado al cultivo de garbanzo. Preocupado por obtener el mayor rendimiento del producto, Obregón se dio a la tarea de desarrollar tecnología y crear una maquina recolectora del garbanzo. Esto le permitió alcanzar mayores niveles de rendimiento de la cosecha y poder exportar el producto a los Estados Unidos de América, lo cual le dio oportunidad de conocer a profundidad la forma de ser de los ciudadanos de ese país, algo que le sería muy útil posteriormente. Su incorporación a la Revolución Mexicana se da sin saber a ciencia cierta en donde terminaría aquello. Sin embargo, su sentido de liderazgo, le permite poco a poco ir escalando posiciones hasta convertirse en el general mas importante del Constitucionalismo, recordemos que fue el único invicto, encabezado por Venustiano Carranza Garza. Las victorias se fueron sumando una a una, especialmente en la región del Pacifico hasta que conjuntadas con los éxitos que, en el norte alcanzaban las fuerzas comandadas por Francisco Villa, dieron por resultado la victoria sobre Victoriano Huerta. La habilidad de Obregón le permitió ser él quien arribara al DF para, en nombre del carrancismo, recibir la ciudad de manos de Eduardo Iturbide designado para tal fin por los derrotados. Aun le quedaba un trecho largo para consolidarse como figura principal.
Debió de superar el hecho de que Villa estuvo a punto de fusilarlo, las desavenencias que se suscitaron con otros revolucionarios durante la Convención de Aguascalientes y posteriormente con los integrantes del circulo cercano a Carranza Garza. Sin embargo, su estrella ascendió fulgurante cuando, en abril de 1915, demostró que su sentido militar innato era por mucho superior al de Villa. Con menos hombres, las fuerzas del obregonismo destruyeron a las villistas y prácticamente las despareció. El costo de aquella victoria fue su brazo derecho. Aun cuando, según la narración de Aaron Sáenz Garza, tras del hecho, la primera reacción de Obregón fue tratar de suicidarse. Una vez pasado el trance amargo, empezó a planear vuelos mas altos. Sin embargo, en 1916, Carranza convenció a Obregón y Pablo González Garza, que lo apoyaran y cuatro años más tarde estarían en posibilidades de contender por la primera magistratura. Al trascurrir ese lapso, algo sucedió con Carranza quien olvidó la grandeza que le era implícita y decidió, en uno de sus arranques de testarudez, apoyar la candidatura de Ygnacio Bonillas Fraijo para que fuera su sucesor. Sintiéndose engañado, Obregón decidió buscar la presidencia fuera del circulo carrancista. Aquello llegó al rompimiento total y cuando Carranza armó una estratagema para aprender a Obregón, este huyó y en el noroeste estalló la llamada ’Revolución de Agua Prieta.’ Las cosas llegaron al extremo de tú o yo. Mientras Carranza para rumbo a Veracruz, Obregón salía furtivamente hasta parar en Guerrero. Fue en Taxcalantongo en donde habría de decidirse el triunfador, mientras una buena parte de los historiadores achacan a Obregón el asesinato de Carranza, lo cual el primero siempre negó que lo haya ordenado, hasta nuestros días continua sin esclarecerse plenamente que participación tuvieron en el evento algunos de los acompañantes de Carranza. Tras de ello, el camino quedó libre para la llegada de la trinca sonorense.
Adolfo de la Huerta Marcor, en seis meses, habría de pacificar el país para entregárselo a Obregón quien, debemos decirlo claramente, habría de ejercer el mando apegado al ’librito’ del Carrancismo, ni modo que fuera a negar sus orígenes. Aunado a ello, incorporó mucho del pragmatismo que le caracterizaba y continuó con el proceso de construcción del estado mexicano moderno. En ese contexto, hubo de lidiar con los estadounidenses y realizar, inicialmente, un trabajo excelente en las relaciones personales con políticos estatales y hombres de negocios. Posteriormente, empezó a jugar sus cartas en el terreno de la diplomacia y fue capaz de convencer al gobierno de los EUA de que lo mas conveniente era negociar el reconocimiento. En ese contexto nació la leyenda negra, que prevalece hasta nuestros días, de que para obtener el reconocimiento diplomático hubo de aceptar que se sometiera al designio de loa vecinos el desarrollo de México. Esto, tal como lo hemos demostrado, no es mas que una patraña que en base a repetirla algunos la han tomado como cierta. En caso de que usted, lector amable, desee conocer una versión objetiva, sustentada en información dura, les recomendamos la lectura de ’Las Conferencias de Bucareli. Un acto pragmático de la diplomacia mexicana,’ Rodolfo Villarreal Ríos (INEHRM, 2018). A la par de ese asunto, hubo de lidiar con la presencia siempre inquieta de la curia cuyos miembros deseaban volver a imponer su prevalencia en asuntos que no eran, ni lo son, de su incumbencia.
Finalmente, en 1924, Obregón entrega el poder de manera pacifica al estadista Plutarco Elías Calles Campuzano, y cual Cincinato emprende el regreso a Sonora para volver a cultivar la tierra. Sin embargo, no habían pasado tres años cuando Obregón muestra añoranza del poder y empieza a mover sus piezas para que la Constitución sea reformada, lo cual logra, y pueda volver a ocupar la presidencia de la república. En medio de esto se desarrollaba la reyerta cristera patrocinada por la jerarquía católica que llevaba el fanatismo hasta el punto de convencer a sus combatientes de colgarse un escapulario con la imagen del Sagrado Corazón de Jesús y la leyenda ’detente bala el Sagrado Corazón de Jesús está conmigo,’ si lo ha escuchado o visto por ahí recientemente pues es pura coincidencia. Obregón acude a las elecciones y triunfa. No obstante, los diversos atentados que manos jesuitas ejecutaron tratando de exterminar a Obregón, este no deseaba llegar al cargo con ese problema. Por eso, envió a su hombre de confianza, Aaron Sáenz Garza, para que iniciara negociaciones conjuntas con el embajador Dwight Whitney Morrow y vieran como acabar con la reyerta. En ese contexto, acordaron que el 17 de julio de 1928, a las cinco de la tarde, Obregón y Morrow se reunirían para empezar definir la estrategia que permitiera solventar el conflicto. Sin embargo, antes, Obregón debería de asistir a una comida que le daban, en el Restaurant La Bombilla en San Ángel, los miembros de la Confederación de Partidos Revolucionarios Socialistas de Guanajuato. Ahí, mientras la orquesta de Alfonso Esparza Oteo ejecutaba la pieza ’El Limoncito,’ a las 14 horas con veinte minutos, se acercó a la mesa principal un joven desgarbado de nombre José de León Toral quien le mostraba a Obregón un dibujo que le había hecho. Mientras el sonorense observaba el bosquejo, el católico fanático sacó un arma y le sorrajo seis balazos que terminaron con la vida del candidato triunfante. Alrededor, surgieron versiones de que, si habían sido mas los disparos que recibió Obregón, que si el estadista Elías Calles Campuzano ordenó la ejecución, etc. Al final, prevaleció que fueron manos impías, revestidas de santidad, las que patrocinaron aquello. Obregón dejó pendiente una cita con el embajador estadounidense, el conflicto tardo un año más en resolverse y la silla presidencial; hubo de ser ocupada por un interino.
El tercer personaje de este relato es el brazo armado de la Revolución Mexicana, José Doroteo Arango Arámbula o Francisco Villa quien es, sin duda alguna, el personaje más popular de ese movimiento. Las leyendas sobre como se incorpora a la contienda iniciada en de 1910 son de todo tipo. Para algunos es la esencia pura de la lucha del pueblo por alcanzar sus ideales. Para otros es simplemente un robavacas y asesino. Independientemente de la perspectiva que sobre él se tenga, nadie puede negar que sus acciones militares y las victorias que sus fuerzas obtuvieron en las batallas de Ciudad Juárez, Torreón y Zacatecas fueron decisivas para destrozar la columna vertebral del ejercito huertista. Sin esos éxitos, el Ejército Constitucionalista difícilmente hubiera podido alzarse con el triunfo en contra del usurpador. Sin embargo, la relación entre Carranza y Villa nunca fue cordial. El segundo veía al primero como la encarnación de lo que combatía y se negaba a acatar sus órdenes.
Aunado a lo anterior, Villa tenía un carácter totalmente disparejo. Lo mismo soltaba el llanto tendido, como lo hizo ante la tumba del presidente Francisco Ygnacio Madero González, que ordenaba fueran pasados por las armas aquellos enemigos que cayeran prisioneros. Asociado a eso, recordamos cuando en nuestra infancia el capitán Bruno Neira Flores, hijo del general Bruno Neira González gente muy cercana a don Venustiano, nos relataba que, durante su niñez, él, su madre y sus hermanos, varias veces fueron víctimas de la persecución de los villistas quienes no respetaban familias, ni a nadie que no fuera de sus correligionarios. Asimismo, no se puede negar que el corazón de Villa era un autentico condominio y no había dama en quien pusiera el ojo a la que no tratara de conquistar. Nueve fueron las mujeres que reclamaron haber estado casadas con el llamado Centauro del Norte, aunque solamente de cuatro existen evidencias de que lo estuvieron. A la par, la leyenda contabiliza que entre 23 y 75, póngale usted el numero que desee, fueron las damas que algo tuvieron que ver con él. Asimismo, en otro aspecto, prevalece la conseja oscura que acompaña al principal lugarteniente de Villa, Rodolfo Fierro, quien, por quítame estas pajas, mandaba ejecutar a los prisioneros.
Independientemente de lo anterior, debe de reconocerse que si bien Villa reconocía no tener la capacidad suficiente para convertirse en presidente de México. Ello no impide apuntar que cuando ejerció el cargo de gobernador de Chihuahua lo hizo con éxito bastante. Además, es de todos conocido que una de sus preocupaciones fundamentales era implantar un sistema educativo que permitiera sacar del atraso a la población. Esos eran sus ideas, pero nunca pudo implantarlas a escala grande y de manera sistematizada. A pesar de todos los éxitos, al final Villa no pudo alcanzar la victoria. Militarmente fue barrido, como ya lo mencionamos, por Obregón, y en lo político nunca fue capaz de sobrepasar el genio de Carranza.
En el ocaso trató de crear conflictos internacionales como lo fue su incursión en Columbus, New Mexico que provocaron la visita de las fuerzas estadounidenses, las cuales, con todo y los futuros héroes de las guerras mundiales tuvieron que retirarse sin lograr el objetivo. Ello, incremento la popularidad de Villa y dio pie a las leyendas que fueron muy bien recibidas ya que lo transformaban en el vengador de la pérdida de la mitad del territorio. Alrededor de todo eso crecieron las historias fantásticas como aquellas que nos relataba, hace muchísimos años allá en el pueblo, el tío abuelo, Gustavo Schroeder Calderón, para quien no había más héroe de la Revolución Mexicana que Francisco Villa. Sin embargo, si se desea tener una versión objetiva sobre quien era Francisco Villa, nada como recurrir a ’Pancho Villa,’ de Friedrich Katz, (Ediciones Era, 1998). Esta es una obra portentosa que por mucho supera a las otras que al respecto se hayan publicado. En ella, el autor no busca presentar ni a un santón, ni tampoco a un villano, simplemente a un ser humano con todos los positivos y negativos que se puedan encontrar en quien va y se involucra en la lucha por el poder.
Cuando llega la mitad de 1920, con Carranza desaparecido y la trinca sonorense en poder, Villa decidió que era el momento de pactar y en Sabinas, Coahuila acuerda con el general Eugenio Martínez, quien actuaba a nombre del presidente Adolfo de la Huerta, deponer las armas. Villa se compromete a nunca más luchar contra el gobierno constitucional de México. A cambio, el gobierno mexicano le proporcionaría una hacienda en Canutillo, Durango por la cual el gobierno mexicano pagó 700,000 pesos. Villa mantendría una guardia personal de cincuenta hombres que mantendrían su rango como miembros del ejército mexicano y no podrían ser removidos; su única misión sería salvaguardar la seguridad de Villa. Aproximadamente otros 900 miembros del ejército de Villa obtendrían tierras para dedicarlas a actividades agrícolas y recibirían por adelantado un pago del salario de un año. Como se observa nada fue de gratis. Así, trascurrió el tiempo hasta que llegó el 20 de julio de 1923, cuando Villa fue a Parral a atender un asunto. Iba en su automóvil, acompañado por cinco escoltas, cuando le salió un grupo encabezado por Melitón Lozoya Aguirre y Jesús Salas Barraza quienes terminaron con la vida del revolucionario duranguense. Si bien esos fueron los autores materiales, se propagó la conseja popular de que aquello era una obra intelectual de Obregón Salido y Elías Calles a quienes inquietó la posibilidad de que Villa volviera a tomar las armas, originado esto por las declaraciones que hizo al periodista Regino Hernández Llergo a quien le dijo: ’Adolfito está que ni pintado para la presidencia.’
Este es un recuento breve de tres personajes de la historia patria que al final vinieron a converger, al momento de su muerte, en los primeros días de la segunda mitad del mes de julio. Independientemente de preferencias personales, los integrantes de esta tercia deben de ser recordados por las portaciones que hicieron a la construcción de la nación cuyos cimientos hoy crujen amenazando con echar abajo todo lo edificado a lo largo de la historia.vimarisch53@hotmail.com
Añadido (1) Veinticuatro palabras (’...la grave trascendencia que considero tiene esta medida para el presente y el futuro de México, tanto en lo económico como en lo político...’) sintetizan todo. ¿Tomar esa medida es resultado de ese viaje que costó tan barato?
Añadido (2) Quienes fueron arrullados con historias rosas, ¿o eran verdes?, ya veían al nieto del protagonista de una de ellas como secretario y de ahí a la candidatura presidencial. En esas estaban cuando les ordenaron que lo mantuvieran en el ’bullpen’ porque el relevista que entró es de los llamados intermedios y no estará por mucho tiempo, el brazo lo tiene muy gastado y no le da para más. Recordemos que apenas están en la tercera parte del juego.
Añadido (3) El ídolo de los ’progress,’ Anthony Fauci, mostró lo que es. Tras de lanzar la primera bola en el juego Yankees-Nationals, fue y se sentó en las tribunas en donde estuvo flanqueado, codo con codo, por dos personas, y el cubrebocas lo utilizó como gargantilla. ¿Alguna duda sobre este farsante-embaucador?
Añadido (4) ¿Cuál de estos temas prevalecerá en el discurso que, el año próximo, los candidatos del partido en el poder llevarán para convencer a los electores, será la economía, la salud, la seguridad, la certeza para los inversionistas, la generación de empleos, o el combate a la corrupción?

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