LIMÓN CON LIMÓN
Melanie F. Limón Estrella
PURGATORIO:
Durante los gobiernos de Benito Juárez, Sebastián Lerdo de Tejada y Porfirio Díaz, las imágenes de esqueletos y calaveras eran una forma común de denuncia y de crítica social, lo que en nuestros días significaría tener calacas por aquí, calacas por allá. Unas representando al presidente, otras a los gobernadores y muchas más a los legisladores; escritos que de manera sarcástica y escoltados por bosquejos de cráneos y esqueletos llenarían las páginas de los diarios con noticias como ’El que por tragón se petatea, hasta el PAN de muerto se lleva’ o ’Muerto el ahijado, se acabó el compadrazgo’ y porque no ’Cuando vivía el infeliz, ¡ya que se muera!, y hoy que está en el veliz, ¡Ay qué bueno era!’
PARAÍSO:
Veríamos calacas en todos lados, espectros políticos cantando: ’Cuando el reloj marca las siete las calaveras le peinan el copete’ o ¿cómo era?
En lo personal animas de este infierno yo estaría fascinada al ver diariamente en los periódicos a escritores excepcionales como Sabina Berman, Rafael Cardona, Francisco Martín Moreno, plasmar lapidarios esqueletos al estilo de Diego Rivera o Guadalupe Posada, leer manifiestos de la cultura popular, haciendo burla tanto a los vivos como a los muertos, y recordándonos que todos vamos para allá, aunque algunos ya estén bien muertos y enterrados antes del 2018 ¡verdad Ricardito! Hasta la muerte es democrática.
INFIERNO:
Muertos los piojos por hacer columpio diría mi bisabuela. Así se refería a quienes ya les anda por agarrar lo que buscan. Se disfrazan de cordero, pero enseñan la cola lobezca. Bajan la luna y las estrellas, pero quieren el sol. Con una mano acarician y con la otra golpean. Se les queman las habas. Pasan y pasan frente al balcón para espiar. Y son tan predecibles, que los niños del kínder saben qué buscan, qué quieren y qué hilos mueven.
El ex fiscal es uno de esos que quieren mecerse en el columpio cuanto antes, sin agua va ahora resulta que está de acuerdo con su destitución y hasta una carta bien redactada envío y también de la nada se convirtió en fan de las instituciones, se hizo como la mamá del muerto, así como que llora pa’ no dar café. Y aunque, inexperto jugador, todo le sale mal. No quiero que me cuentes cuentos, decía León Felipe. Y no queremos que Elliot Ness nos cuente más mentiras, más chistes malos. pero que se le va a hacer Nadie, nunca ha podido hacer hablar a una piedra. Mucho menos ponerla a pensar. Y se fue Santiago así como dijo el payaso en su lecho de muerte... me voy, ¡no los entretengo más!’