Sin ’guaruras’, como era antes la costumbre de todo acto oficial, pero que resulta notabilísimo en zonas donde se conoce el dominio de la delincuencia organizada, el Presidente Andrés Manuel López Obrador visitó Tierra Caliente, del lado michoacano, y desde ahí lanzó un reto a los criminales: ’a ver quién puede más’.
A diferencia de los tiempos anteriores, en que un desafío así estaba referido a enfrentar la delincuencia con la fuerza del Estado, lo cual en los pasados lustros disparó la violencia hasta niveles inimaginables, la apuesta es más llana y audaz: darle opciones a los jóvenes, impulsarlos a que estudien, a que obtengan un trabajo y sean productivos, apartarlos del atractivo que les puede significar un ingreso inmediato al sumarse a las filas de la delincuencia.
Rescatar a la juventud es la prioridad de la cuarta transformación que encabeza el Presidente.
El abandono de las nuevas generaciones fue el antecedente que dio todas las facilidades para que los capos de la delincuencia pudieron hacerse de elementos con los cuales perpetuar su actividad ilícita.
Ya no les será tan simple, aunque ya han aprendido la fórmula y también tienen su estrategia.
El fin de semana, egresados de la Escuela Normal Regional de la Tierra Caliente (ENRETIC), fueron apadrinados en Arcelia, en ceremonia encabezada por el alcalde Adolfo Torales Catalán, por Johnny Hurtado Olascoaga, presunto líder del grupo criminal de La Familia Michoacana, sobre el cual las autoridades federales han ofrecido tres millones de pesos por información que permita su captura.
No es el único caso del que se tenga conocimiento. En días pasados se supo que en la comunidad de Pungarabatito, en el municipio de Coyuca de Catalán, la generación de egresados de la primaria local fue a su vez apadrinada por otro presunto malandrín, apodado ’El Kevin’, del que ni siquiera se conoce su nombre.
Como puede apreciarse, los delincuentes han tomado el reto de antemano y la batalla no será sencilla.
Mientras la estrategia, no en balde llamada ’Jóvenes construyendo el futuro’, se despliega por todo el país y da resultados, en otros frentes se apoya a la entidad y los primeros efectos se hacen evidentes.
Hay uno muy notable: la criminalidad que en los pasados años crecía sin freno y sin tope, en los pasados meses por primera vez en mucho tiempo tiende a la baja. Están por conocerse los datos semestrales, pero por lo pronto en el periodo enero – mayo la cifra de homicidios dolosos ha descendido de casi doscientos por mes a una media de ciento treinta, lo cual implica una reducción de un tercio. El número es todavía muy alto, pero por lo menos hay indicios de que el fenómeno mengua.
Otro pequeño avance es que el programa de dotación de fertilizantes, que este año tomó la Federación en sus manos, aunque no estuvo concluido al cien por ciento el pasado lunes, lleva ya un avance significativo y se continuará hasta que se hayan completado todas las entregas. No faltan en él puntitos negros, como la sospechosa entrega que en Tixtla encabezó un grupo denominado ’Los Amigos’, que saquearon las bodegas de la Secretaría de Agricultura para repartirlo sin control alguno, sin que misteriosamente llegaran los empleados de la dependencia, ni ningún funcionario, ni elementos del Ejército Mexicano o de la Guardia Nacional.
En esos claroscuros se desenvuelve la vida en el estado, donde todavía persiste la sensación de inseguridad y todavía estremecen las noticias de ejecuciones y desapariciones.
Habrá que darle tiempo al tiempo.
