Opinión

La patria de mañana

La patria de mañana
Periodismo
Septiembre 16, 2019 01:42 hrs.
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Esther Quintana Salinas › guerrerohabla.com

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Hoy día ya no se escriben poemas a la gloria de la patria ¿Por qué? Si en la naturaleza humana existen lazos que nos vinculan con la tierra y el sitio en el que nacemos y crecemos, porque ahí adquirimos una lengua, una historia, tradiciones, costumbres, cultura que no es común. Escribía Séneca en epístolas, ’que nadie ama a su patria porque es grande, sino porque es suya’. La palabra patria hoy se emplea poco, quizá a las nuevas generaciones les parezca anticuado el término o la rechazan porque la vinculan con el ámbito político en los discursos de los políticos, que no son precisamente los personajes más populares ni queridos de estos tiempos. No obstante, el País existe, el territorio ahí está. Por eso la fidelidad a la patria es virtud y el amor por ella algo bueno, prístino, intenso y grande… ¿O ya no?

Me queda claro que el México de mi infancia y de mi juventud es pasado. El mundo ha cambiado, y México por ende. Hoy las sociedades forman parte de un mundo globalizado, nos guste o no, así es. La globalización ha impactado, lo mismo que el avance impresionante de la tecnología. Mi generación ha tenido que irse adaptando al nuevo entramado, por llamarlo de alguna manera, porque de no hacerlo estaríamos corriendo el riesgo de quedar excluidos. Los niños y los jóvenes de ahora han crecido en esta dinámica de cambios constantes, donde la tecnología y las marcas son parte de su vida. Quizá por ello la patria se esté desdibujando o simple y llanamente el concepto que de ella van teniendo va siendo diferente del nuestro. En este ’nuevo’ entendido, me estremece que la intolerancia, las desavenencias, los conflictos y la violencia van al alza y cada día son más crudos. El listado de crímenes de los que nos dan cuenta los informativos todos los días, es estremecedor, pareciera que está dominando la ’bestia’, lo irracional, como al principio de los tiempos. Asimismo se reconocen los derechos de las personas y, sin embargo, las desigualdades se agravan. Los cambios aquí están, yo soy de la generación verbal, la de los libros y las palabras, la del diálogo; la que hoy discurre está hecha para las imágenes, para lo visual, para los logos.
También hay que destacar que la sociedad en la que vivimos actualmente está dominada por un consumo masivo. La satisfacción de las necesidades básicas no tiene ya ninguna relevancia, lo de hoy es el sólo deseo de consumir de manera permanente. Con ello la demanda se vuelve más y más exigente. Esto forma parte del pensamiento actual, de ahí la entronización del individualismo traducido en conductas y actitudes que van propiciando la penetración del egoísmo, y es que lo que se privilegia es la autosatisfacción, vía consumo permanente de bienes materiales, entretenimiento, etc. Desde esta perspectiva, se transitó del concepto de organizar la vida partiendo de una base sólida, con proyectos a largo plazo, a una en la que lo importante es vivir el momento, inventándose nuevas necesidades, deseos y la satisfacción inmediata de los mismos, al cabo que ahí está el mercado para responder. Abundo. Ser joven en estos tiempos implica vivir el instante sin volver la vista al pasado ni enfocar el futuro. Y esto se debe a que la formulación de los objetivos que antes se planeaban dentro de esta etapa, como era mantenerse por los propios medios, casarse, tener hijos, comprar casa, amueblarla, adquirir coche, etc., hoy son metas concebidas a muy largo plazo.

No obstante lo escrito, sabiendo de antemano que ni por asomo México volverá a ser ’la patria impecable y diamantina’ de Ramón López Velarde, no pierdo la esperanza de que será cuidada con responsabilidad, con proyectos e ideas de bienestar colectivo. Que habrá un México en el que la honestidad deje de ser sinónimo de bobería, en el que se trate a los niños, a las mujeres y a los ancianos con comedimiento, uno en el que se pueda vivir tranquilo. El de hoy es dolorosamente desigual, envuelto en un tejido social severamente dañado. Necesitamos políticas públicas que adopten un modelo de organización horizontal, incluyente, donde quepamos todos. Un México de ciudadanos comprometidos con su país, con sentido de pertenencia y de amor al espacio en el que están todas las personas que son caras a su corazón, y en el que estuvieron los padres y los abuelos, es decir, sus raíces. Al final del día es esto lo que hace a la Patria.

Felices fiestas patrias. ¡Que viva México!

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