La sierra que arde

El plazo venció ayer domingo. El Frente Unido de Policías Comunitarios del Estado de Guerrero (FUPCEG) -a quien varias voces oficiales identifican al servicio de un grupo delictivo-, fijó un plazo de 30 días al gobernador Héctor Astudillo Flores. Advirtieron sobre tres asuntos candentes: conminaron al mandatario estatal a detener al líder de un cartel que opera en el municipio de Chichihualco -contrario al suyo-; asumieron que no permitirán el desarme por parte de las policías estatales, federal y el Ejército; y finalmente que no dejarán retornar a los desplazados de esa región de la sierra que mantienen un plantón en el zócalo de la ciudad de México y a quienes señalan de pertenecer al grupo delictivo antagónico. O tomarían la cabecera de dicho municipio. Y llegarían hasta Chilpancingo.

CONFLICTO DE INTERESES. – En la sierra de Tlacotepec y Chichihualco, la disputa por territorios ser tornó sangrienta. Obligó al natural desplazamiento de muchas familias. Pero hay puntos que no deben desdeñarse: 1.- En su visita reciente a la entidad, el presidente López Obrador recibió todo tipo de quejas e inconformidades. La petición central del mandatario estatal tricolor, consistió en solicitarle laincorporación de los más de cinco mil trabajadores de la educación, al Fone. Se abordó en asunto de la inseguridad en Acapulco que no disminuye y se tradujo en abucheos hacia la alcaldesa morenista del puerto, Adela Román Ocampo. Pero no se abordó el punto incendiario de lo que ocurre en la sierra de la región centro. Es como si el gobernador ya lo tuviera controlado. Y entonces se infiere que los desplazados del municipio de Chichihualco que están plantados en la Ciudad de México, ya estarían en posibilidad de regresar a sus comunidades. 2.- El Frente Unido -o Policía Comunitaria de Tlacotepec-, asume no poder entrar a Chilpancingo. Y por eso emplazaron al mandatario estatal a generar la detención del personaje mencionado. Como sea, el gobernador se quedó en medio del conflicto. Y para destensarlo y hacer partícipe a la Federación, los desplazados de la sierra emigraron a la ciudad de México. El punto es que AMLO en su reciente visita por Acapulco, no fijó postura al respecto. Es como si dejara que el gobierno estatal lo resuelva. Pero hay otros ’fierros’ en la lumbre. 3.- Un personaje que ha sobresalido con la intención de generar una presumible pacificación de la sierra en la región centro, es el obispo de la diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza. Reiteradamente, el prelado católico asume mediáticamente su gestión en ese sentido. Pero hasta hoy, lo único logrado son dos cosas: inicialmente, su confrontación política abierta con el gobernador Astudillo y con el secretario general de Gobierno, Florencio Salazar Adame. Luego, con el propio Frente que mantiene controlado el corredor Xochipala-Filo de Caballo-Tlacotepec. Dicha ’Policía’ lo señaló en los inicios de diciembre de 2018, de servir al grupo delictivo contrario. Y hasta amenazó con reeducarlo. Un eventual involucramiento de la Iglesia Católica en un asunto que ya escapó al control del Estado, solo serviría para echarle más gasolina al pasto seco. 4.- Hasta hoy, ninguna negociación oficial ha funcionado. Pero si el gobernador permite la irrupción armada de los comunitarios de Tlacotepec a la capital del Estado, sería el equivalente a renunciar de facto a su papel como primera autoridad. Nadie en su sano juicio desearía un hipotético baño de sangre. La confrontación armada es la salida del salvajismo y la incivilidad. El asunto debe necesariamente, involucrar no solo a las partes en conflicto, sino a la misma Federación y por supuesto, a todas las autoridades estatales. Porque está visto que ninguno de los dos grupos delictivos va a ceder en la cesión de territorios. Y por eso mismo se requiere un trabajo de auténtica filigrana que hasta hoy, no se ha hecho. ¿Acaso el gobernador está dispuesto a correr el riesgo de asumir el alto costo político de lo que se incuba en la sierra de la región centro?

HOJEADAS DE PÁGINAS…Trasciende que los normalistas de Ayotzinapa buscan encarecer la negociación con el gobierno federal de López Obrador. Por eso bloquearon el pasado viernes durante seis horas, la Autopista del Sol. No solo quieren incidir en la derogación de la Reforma Educativa, sino incrementar el número de plazas docentes para los egresados de las normales rurales. Van a estirar la cuerda hasta donde sea posible.