Son mi felicidad: Ana Paula Jiménez Díaz

Las matemáticas con cara de mujer

Las matemáticas con cara de mujer
Cultura
Octubre 13, 2021 22:57 hrs.
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Rafael Paz › tabloiderevista.com

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La alumna de la Facultad de Ciencias logró medalla de bronce en la Olimpiada Internacional y fue la mejor competidora de América del Norte

Foto: cortesía Olimpiada Mexicana de Matemáticas.
Las matemáticas no fueron el primer amor de Ana Paula Jiménez Díaz; sin embargo, esta ciencia exacta se ha convertido en los últimos años en una de las grandes pasiones de su vida. La estudiante de tercer semestre de la licenciatura de Matemáticas de la Facultad de Ciencias ha participado con éxito en la Olimpiada Internacional de Matemáticas (IMO, por sus siglas en inglés) –en la que recientemente obtuvo la medalla de bronce y el reconocimiento como la mejor competidora de América del Norte–, la Olimpiada Europea de Matemáticas para Niñas (EGMO, por sus siglas en inglés) y la Olimpiada Mexicana de Matemáticas.
’Era buena para la escuela, pero en la primaria era como cualquier otra materia más. No tenía un interés particular en las matemáticas. Al entrar en secundaria, mi escuela se inscribió en la Olimpiada Mexicana de Matemáticas y nos anotó a todos. Pasé las primeras etapas sin saber cómo o por qué’, recordó entre risas la joven. ’Después de eso empezaron los entrenamientos para las siguientes etapas. Ahí conocí un lado de las matemáticas más creativo, más abstracto, dije: ‘esto me encanta’. Eso me gustó, me involucró más.’
Como deporte de alto rendimiento
Jiménez Díaz afirmó que conocer más de esta ciencia exacta la ha llevado a pensar de forma diferente, porque ’quizá al principio hay problemas que no sabes cómo resolverlos, dices ‘qué onda con ese problema’ y vas tomando piezas de soluciones que conoces, vas armando un rompecabezas. Esto me gusta, el proceso creativo detrás de la solución, esa parte siempre me ha encantado.
’También hago una analogía con los deportes de alto rendimiento: tienes que estar entrenando y entrenando, resolviendo problemas y resolviendo problemas’, sentenció la universitaria.
En total, ha participado en seis Olimpiadas dedicadas a la especialidad y aunque las participantes siguen siendo minoría, cada vez más mujeres se interesan por las competencias, además de formar lazos de amistad entre ellas que las llevan a apoyarse unas a otras.
Todavía ’está el estereotipo de que las mujeres no son buenas en matemáticas. La mayoría de los certámenes son mixtos, pero si ves el porcentaje de mujeres siempre es menor. En general, en las olimpiadas internacionales como 10 por ciento son mujeres. Son poquitas. Luego se siente raro por eso’, compartió sobre su experiencia.
La mayoría de las competencias son mixtas, pero si ves el porcentaje de mujeres siempre es menor’
’En la Olimpiada Europea de Matemáticas para Niñas sí son puras mujeres, y es para motivar a las chavas a participar. A veces está toda la presión encima y tú misma dices: ‘al menos puedo ir a la EGMO’, como que así te enfocas porque tienes más posibilidades de ir. Así te enganchan y luego terminas intentando ir a la IMO. Realmente es más difícil porque persiste el estereotipo.’
Muchas de sus compañeras son sus mejores amigas, ’tal vez porque somos pocas cuando nos juntan hacemos equipo. Hablamos de matemáticas y eso nos hace muy cercanas, nos apoyamos para seguir. Es muy bonito, no sólo es resolver los problemas juntos, sino que se crean vínculos de amistad muy buenos entre los olímpicos. Son amistades muy importantes. Estás entrenando y ellas saben, están en las mismas, buscando balancear la Olimpiada y la escuela. Convives mucho con todos ellos, eso te une mucho’, añadió.
Por estas experiencias, subrayó la universitaria, es importante que si las niñas de nuevas generaciones ’encuentran algo que les gusta y son las matemáticas o la ciencia, hagan eso con pasión. No se rindan. Habrá otras personas que te ayuden en el camino, vale la pena hacer lo que te gusta’.
La campeona olímpica rememoró que así fue como nació su deseo por estudiar en la Universidad: ’Cuando eran los selectivos para el nacional o los entrenamientos, muchas veces fueron en la UNAM. Yo iba desde entonces (preparatoria), dos o tres veces a la semana, unas cuatro horas al día. Se convirtió en un segundo hogar. De ahí dije ‘estaría padre estudiar ahí’, así fue que me animé a hacer el examen y me quedé. Es raro porque todo está en línea actualmente, pero aun así está padre, ¡estoy estudiando matemáticas! Eso me hace feliz’.

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