Las razones para postular a Félix

El oportunismo parece ser la medida exacta con la que el ex diputado federal, ex senador y ex edil de Acapulco, Félix Salgado Macedonio, puede medirse. Se confirma con su designación como Coordinador Estatal de Organización del Morena, lo que le aseguraría por segunda ocasión, su pase al Senado de la república. Hay varias lecturas al respecto.
UTIIDADES POLÍTICAS DEL PEJE.- En su momento, Salgado Macedonio se subió a la cresta de la ola opositora con la creación del Frente Democrático Nacional (FDN), que llevó a Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, como candidato presidencial en la polémica y sucia elección de 1988. Y a él, como diputado federal luego de arrojar costales de boletas electorales quemadas en el recinto legislativo de San Lázaro, que le daban el triunfo y exhibían el fraude cometido por su contrincante priísta por el entonces distrito II, Filiberto Vigueras Lázaro, un cacique cetemista que fue sacrificado políticamente, por la dupla Carlos Salinas de Gortari-José Francisco Ruiz Massieu. De ahí parte lo demás: 1.- Félix fue fundador del PRD en 1989. Y dos veces candidato a gobernador (1993 y 1999). Tras esta última elección y exigiendo al Tribunal Federal Electoral, revocar la constancia de mayoría al ex gobernador tricolor, René Juárez Cisneros, emprendió una marcha a la ciudad de México a la que bautizó como Éxodo por la Democracia. Antes, -en 1994- pasó al Senado de la república. Y de 2000 a 2003, fue diputado federal. De ahí, se mantuvo quieto dos años hasta la elección local de octubre de 2005, que lo convirtió en edil de Acapulco, donde dejó varias de sus cuentas públicas sin comprobar de acuerdo a información ventilada por la AGE. 2.- A Félix –a diferencia de su víctima política, Vigueras Lázaro, a quien le faltó ser alcalde de Acapulco y gobernador de la entidad-, nada más le falta ser gobernador. Y encontró en la coyuntura política que ubica a López Obrador como el puntero en las encuestas, la misma coartada que también explotó con Cuauhtémoc Cárdenas: la inconformidad social con el sistema priísta. Pero esta vez, López Obrador eligió a Félix Salgado, por estrategia de poder, más que por simpatía política. Porque es justamente el toro sin cerca, quien le garantiza una movilidad poselectoral rentable, si el PRI decide jugarle a la trampa y al fraude electoral en la elección presidencial de julio de 2018. Al defender a AMLO con marchas, plantones y bloqueos, Salgado Macedonio estará defendiendo en realidad, su pase al Senado. Y eventualmente, otra vez su tercera postulación como candidato a gobernador. Nada más que ahora, los tiempos y las circunstancias son distintos. 3.- El punto de la crítica hacia el Morena –tanto de los partidos políticos contrarios al peje y de los propios ciudadanos-, está ligada al visible reciclamiento político de cuadros perredistas. Pero esa es también, otra estrategia política del peje. Porque cuadros nuevos y sin militancia partidista carecen de cuando menos, dos cosas: conocimiento de los votantes. Y estructura electoral. Además, se entiende que el periódico La Jornada-Guerrero –propiedad de Salgado Macedonio-, operará mediáticamente a favor de AMLO. Y por esa misma línea, éste último personaje trataría de ganar los favores informativos del también rotativo porteño El Sur, que proyecta una línea editorial más cargada hacia la izquierda. De esta forma, el Morena encontraría los contrapesos informativos en la prensa local para la campaña electoral del año que viene. Porque la mayoría de ella está controlada por el gobernador tricolor Héctor Astudillo Flores. Así, AMLO no está pensando en la crítica hacia el Morena, sino asegurando su propio triunfo. Y las eventuales protestas poselectorales que vienen. Son esas las poderosas razones de inclinarse por Félix.
HOJEADAS DE PÁGINAS…Muchas de las casas que renta la SEG como oficinas alternas, son propiedad de funcionarios y ex funcionarios públicos que en los recibos, inflan estratosféricamente los precios por arrendamiento. Y así, gana el propio titular de la SEG, José Luis González de la Vega Otero, y también, los propietarios de esos inmuebles. Eso explica las razones por las cuales las oficinas del ex Ineban siguen sin ocuparse, pese a que desde hace meses no están tomadas por manifestantes. Qué tal.