Los principios de parlamento abierto y la ideología de que el congreso del estado es ’la casa del pueblo’ fueron vulnerados de nueva cuenta por la mayoría panista, pues fueron colocados controladores de paso en pasillos que conducen a escaleras y elevadores, impidiendo con ello el libre tránsito de cualquier persona que no cuente con la tarjeta de autorización.
Esta acción reprobada por algunos diputados de oposición, colectivos sociales, asociaciones civiles y ciudadanos en general ya se está volviendo común en cada legislatura, pues en la LXII cuando todavía el congreso era verdadera ’casa del pueblo’ al encontrarse en el centro histórico de Guanajuato, la bancada panista ordenó el control del acceso con la firma de un registro de visitas, acceso custodiado por policías de las FSPE.
Cuando por orden del PAN se dio el inesperado cambio de domicilio a un congreso inconcluso e inoperable, se fortalecieron las medidas de seguridad en su acceso, iniciando el rumor de que al pueblo le estaban quitando su lujosa casa, pues la llevaban gastados millones de pesos que hasta la fecha son cuestionados.
Por órdenes de los panistas de la Legislatura LXIII, se ordenó registro en caseta de entrada, registro en módulo de seguridad privada y registro en módulo de atención del congreso.
Y como para no quedarse atrás, la Legislatura LXIV instaló controladores de acceso al pasillo de elevadores y escaleras que conducen a oficinas administrativas, salón del pleno, secretaría general y oficinas de diputadas y diputados, con lo cual literalmente le ’cierran el paso’ a la sociedad que acude en busca de algún apoyo, (no se conforman con todas las salidas que tienen para evadir a la gente sin que se les dificulte, pues con tantas salidas hasta parece ratonera).