Perfil de México
Armando Ríos Ruiz
Xi Jingping, presidente de China, lleva 12 años en el poder.
Desde su arribo impuso un régimen dictatorial, en donde las libertades permanecen en un hilo.
No obstante, a pesar de la feroz vigilancia a cada ser humano, a la que se han adaptado los habitantes del país más grande del mundo, el poder de transformación en una nación de primer mundo, está a la vista.
No existe quien se libre de ser vigilado hasta en la intimidad. En las calles, las cámaras diseminadas en todas partes espían estrechamente a los ciudadanos. Los teléfonos celulares reportan absolutamente todo lo que se hace y se dice, inclusive de los turistas.
Las redes sociales están igualmente controladas. Es el país con más periodistas encarcelados por su audacia y valor.
Reporteros sin Fronteras hizo un estudio concienzudo, en el que apunta que ’El control sistémico de los medios en los regímenes autoritarios se inspira a menudo en el modelo de propaganda de China, que se mantiene como la mayor cárcel de periodistas del mundo y vuelve a ocupar uno de los últimos puestos de la clasificación, justo por delante de Corea del Norte’.
La presión a los periodistas y el desmantelamiento de los medios se ha agudizado en muchos países.
En América Latina, Nicaragua es considerada como el territorio con la peor libertad de prensa.
En Haití, ’el colapso del Estado y la violencia de las bandas, han convertido el periodismo en una profesión de altísimo riesgo’. En materia de delincuencia, podemos concursar como ejemplo mundial.
Aquí estamos a punto de entrar a la competencia y como somos los peores en otras actividades, seguramente ganaremos este otro campeonato. La Ley de Telecomunicaciones ’Ley Mordaza del Bienestar, o Ley Espía, como algunos ya la bautizaron, tiene su origen en los anuncios estadounidenses de Kristi Noem, secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos. La misma que sostuvo que nuestra Presidente azuzó a la rebelión a mexicanos en Los Ángeles.
Dice Reporteros sin Frontera que, ’en abril de 2025, el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum presentó una propuesta de reforma a la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión.
Esta iniciativa buscaba modernizar el marco regulatorio del sector, especialmente en el entorno digital, y fue impulsada tras la transmisión en televisión abierta de anuncios antiinmigrantes provenientes de Estados Unidos, lo que generó una reacción legislativa para "modernizar" el marco regulatorio ante los desafíos del entorno digital’.
Lo que se intuye es que sin lugar a dudas y como siempre ha ocurrido, la señora obedeció la única voz que es ley en sus oídos, que proviene probablemente de Cuba, para diseñar e imponer el nuevo mandato.
Como quiera que haya sido, la semana pasada fue enviada a la Cámara de Senadores a las 10 de la noche y al día siguiente entró a esa institución para su discusión, sin que ningún diputado morenista que la aprobó la hubiera leído siquiera.
Este acontecimiento vino a sumarse a otros más, aprobados con la intención de continuar con la destrucción de organismos creados a lo largo de muchísimos años de gobiernos anteriores desiguales.
Con altibajos. Con aciertos y desaciertos. Pero que caminaron siempre con la idea de construir para facilitar la vida de los mexicanos. Lo que hoy se hace a la vista de todos, sin pausas y sin vergüenza, es necesario para imponer la dictadura. Lo repetimos siempre.
Ya casi no queda qué más pueda estorbarle al ex presidente. Lo que ha dejado hasta hoy es un país que ya se consume en sus propios tropiezos, con una delincuencia sin paralelo en su historia, sin autoridad que la persiga, salvo la que ´ésta misma impone.
En los estados, se ha erigido en cobradora de deudas y en repartidora de justicia, casi siempre con la pena de muerte.
Hoy, estamos completamente a merced del gobierno y de sus decisiones. Me preguntaban qué podemos hacer y sólo veo un camino que cualquiera puede imaginar. Pero hasta la clase más pobre y el Ejército están comprados. Las previsiones de Lenin quedarían inclusive obsoletas.
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