De la ciudad
Guillermo Pimentel Balderas
Fomenta acceso democrático y universal a la lectura. Su distribución reduce los costos de impresión, transporte y almacenamiento. Permite a las autoridades destinar más recursos a la adquisición de títulos y a la capacitación.
• La reforma a la Ley de Fomento para la Lectura y el Libro de la Ciudad de México no busca substituir la tradición, sino complementarla. No debe verse como un reemplazo del libro físico, aclara el diputado Pablo Trejo Pérez.
Por Guillermo Pimentel Balderas
El legislador Pablo Trejo Pérez presentó ante el Pleno del Congreso de la Ciudad de México una iniciativa de reforma a la Ley de Fomento para la Lectura y el Libro de la Ciudad de México, con el objetivo de incorporar y fomentar el uso del libro electrónico como una herramienta esencial para garantizar el derecho humano fundamental a la lectura.
Explicó que la propuesta surge en un contexto donde el formato digital ha demostrado un crecimiento exponencial, y busca modernizar el marco legal para reconocer la redefinición del concepto de ’libro’ en la era digital.
Sin embargo, aclaró que esta reforma ’no busca substituir la tradición, sino complementarla’; además, considera que ’esta reforma no debe verse como un reemplazo del libro físico’. Reparó que, el objetivo principal de la reforma, es: ’fortalecer el derecho a la lectura, incorporando el fomento y uso del libro electrónico en todas las demarcaciones territoriales de la Ciudad de México’.
En entrevista con este reportero y columnista, Trejo Pérez reconoció el valor histórico y cultural del libro impreso: ’Durante siglos, el libro físico ha sido el vehículo primordial del saber. Honramos su legado y su valor inigualable’. Sin embargo, insistió en que es imprescindible reconocer que la era digital ha redefinido el acceso a la información. ’Ignorar el potencial del formato electrónico es condenar a miles de personas a permanecer en la periferia del conocimiento’, consideró.
Subrayó que es grato recordar que, la lectura es una de las primeras habilidades que desarrollamos en el colegio pues, aprovechamos esta habilidad a lo largo de nuestra vida. ’Apenas vemos la lectura como un acto que enciende nuestra pasión o cambia nuestra vida’, afirma Trejo Pérez.
El diputado por el Distrito 15 de Iztacalco explicó que, como lo asentó en tribuna, las significativas ventajas que el libro electrónico ofrece para ’fortalecer el acceso democrático y universal a la lectura’, es como ’un acervo digital puede ser consultado por múltiples usuarios de forma simultánea, eliminando barreras geográficas y de almacenamiento físico’.
Esta característica, indicó, es crucial para las zonas de alta marginalidad, donde la instalación o surtido constante de bibliotecas físicas puede ser logísticamente complejo o costoso. Inclusive, ’los formatos digitales son, por naturaleza, más adaptables: permiten ampliar el tamaño de la letra, usar lectores de pantalla y convertir los contenidos a audiolibros o a sistemas como el Braille digital.
’Al fomentar el uso de libros electrónicos, se impulsa también la alfabetización digital, preparando a las personas para interactuar con la información en el mundo actual’, pondera.
El legislador capitalino estimó que el fomento del libro electrónico es un motor para la alfabetización digital y que su distribución electrónica reduce los costos de impresión, transporte y almacenamiento, lo que permite a las autoridades ’destinar más recursos a la adquisición de títulos y a la capacitación’.
Por todas estas ventajas, dijo, es que impulsa la reforma a la Ley de Fomento para la Lectura y el Libro de la Ciudad de México, para fomentar el libro electrónico y combatir la brecha digital.
En este sentido, reparó en que la ley vigente es un ’pilar esencial’ que establece garantías constitucionales como la libre manifestación de ideas y la libertad de escribir, editar y publicar. Sin embargo, el diputado Trejo Pérez reconoció la necesidad de que el marco legal se modernice ’para garantizar la plena vigencia del derecho a la lectura en todas sus formas’ ante el vertiginoso avance de la tecnología.
El legislador dejó en claro que la lectura es una ’herramienta insustituible para el desarrollo individual y la construcción de una ciudadanía informada y crítica’, permitiendo a las personas acceder al conocimiento, forjar su identidad y participar plenamente en la vida democrática.
Reparó que la iniciativa de ley está respaldada por una clara tendencia en los hábitos de lectura de la población. ’De acuerdo con los resultados del Módulo sobre Lectura (MOLEC) del INEGI, entre 2016 y 2021, el porcentaje de población lectora de libros en formato digital pasó de 6.8 a 21.5%, los lectores de revistas aumentaron de 2.6 a 21.6% y los de periódicos digitales, de 5.6 a 21.3 por ciento’.
Ahora bien, de acuerdo a estudiosos de la lectura, existen tantas razones para leer libros en papel como en electrónico. Cada lector, afirman, tiene sus motivos y preferencias para elegir un soporte u otro. Por ello, lo realmente importante es la lectura de los contenidos, independientemente de cómo se haga.
De echo, en varios medios y foros, han asegurado que, ’no es una guerra entre lo físico y lo electrónico sino que, simplemente son dos formas de leer un mismo contenido. Hay lectores que prefieren leer en digital por su practicidad y hay lectores que prefieren leer en papel por motivos nostálgicos o simplemente por su facilidad de uso. Lo bueno es que ser de un determinado formato no te cierra las puertas para pasarte al otro, especifican.
Cavilando estos juicios, el diputado Pablo Trejo Pérez, ante el pleno legislativo local, argumentó que la integración de la lectura en el ecosistema tecnológico busca transformar a los ciudadanos: ’Dejamos de ser meros consumidores de tecnología para convertirnos en usuarios activos, críticos y reflexivos’. Deduce que, al integrar la lectura en el ecosistema tecnológico, se prepara a jóvenes y adultos para ’interactuar de manera crítica y efectiva con el mundo del siglo XXI’.
Y que, agrega, el libro electrónico es importante porque democratiza el acceso a la información, es más económico y ecológico que el libro impreso, y permite almacenar una gran cantidad de títulos en un solo dispositivo.
’Además, ofrece ventajas prácticas como la posibilidad de hacer anotaciones, buscar texto fácilmente y la portabilidad, además de complementar la experiencia educativa con recursos interactivos como videos e imágenes’.
El diputado Iztalquense ultimó su participacón con un llamado a la acción y a una visión de futuro: ’No se trata de elegir entre el papel y la pantalla, sino de utilizar todas las herramientas a nuestro alcance para democratizar el acceso al libro’, ya que: ’la convicción de que la tecnología ya está disponible y de que es momento de que la legislación la abrace para construir una sociedad más lectora, justa y equitativa’, asienta.
Concluye con la insistencia de que, la reforma a la Ley de Fomento para la Lectura y el Libro de la Ciudad de México no busca substituir la tradición, sino complementarla. ’Esta reforma no debe verse como un reemplazo del libro físico’, precisa Pablo Trejo Pérez.
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