Transparencia política
Erwin Macario
Hace cuatro años, la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum afirmó que la razón para la expropiación petrolera y la nacionalización de la industria eléctrica, fue para garantizar una visión de servicio público, ante la explotación privada.
Ayer martes, ya presidenta de México, al celebrar el 87 aniversario de la entrega de Pemex a la nación, y ante la corrupción que el diablo metió en sus veneros, anunció una serie de proyectos de ley que buscarán enmendar el camino a la petrolera.
Ocioso sería mencionar al pueblo el robo que desde el propio gobierno se vino haciendo a la paraestatal, incluso hasta el sexenio pasado, como lo prueba el saqueo entre funcionarios de Pemex y contratistas en la construcción de la refinería de Dos Bocas.
Ayer mismo, TABASCO HOY, exhibió las componendas entre los responsables de la obra —léase Roció Nahle, hoy premiada con el gobierno de Veracruz— y empresas con opacidad, con un costo que ha superado los 19,652 millones de dólares, según datos desglosados ante el silencio oficial.
El presupuesto de Dos Bocas se disparó desde su inicio en 2019 que se gastaron — no invirtieron— 4 mil 539 millones 380 mil pesos; en 2020, fueron 34 mil 983 millones; en 2021, dijeron 116 mil 324 millones; en 2022, la suma más alta, 126 mil 326 millones; en el 2023 bajó a 49 mil 146 millones y para 2024 cerraron con 46 mil 854 millones de pesos.
Los datos fueron tomados de la Auditorio Superior de la Federación y de la propia empresa Petróleos Mexicanos.
Pero uno de los pecados con que el diablo conquista almas es la codicia. Muchas fortunas crecieron a la sombra de la refinería, una de las obras fallidas del pasado sexenio.
La mayor parte de estos latrocinios han sido documentados por los periodistas.
Por eso el anuncio de reformas legales que ayer martes hizo la presidenta Sheinbaum muestran el cambio de su gobierno en esta materia.
La presidenta enviará hoy miércoles al Congreso iniciativas de leyes secundarias de la Reforma Energética, para hacer de Pemex y la CFE las empresas que México necesita y que Morena puede usar con eficiencia y honestidad para llevar adelante su proyecto de nación.