Con un llamativo mensaje de inclusión

Luz y sombra en la inauguración del Mundial 2022

 Luz y sombra en la inauguración del Mundial 2022
Deportes
Noviembre 20, 2022 23:25 hrs.
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Jesús Yáñez Orozco › diarioalmomento.com

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+ El emir de Qatar celebra la ’diversidad’ en un palco casi huérfano de mujeres

+Ceremonia en recuerdo a la historia de 22 ediciones de este torneo, loa a sus mascotas

+Tuvo lugar en estadio Al Bayt, con capacidad para 60 mil espectadores

+También sirvió de escaparate para dar a conocer la vida y la cultura en esta región del golfo Pérsico


Ciudad de México, (BALÓN CUADRADO/Agencias).- Fue un suspiro, iluminado de claroscuros: efímeros 30 minutos de colorido y pasión. Que contrastó con la imagen del palco de honor, plagado de varones –sólo dos mujeres—donde el emir de Qatar celebró una palabra bañada de duda: ’diversidad’, en un país inconmensurablemente antidemocrático.

La majestuosa inauguración del Mundial 2022 fue una combinación exitosa entre los recuerdos entrañables de las copas pasadas –como sus mascotas-- y un llamativo, paradójico, mensaje de inclusión, pese a su homofobia, misoginia y violación a los derechos humanos.

La ceremonia inaugural tuvo lugar en el estadio Al Bayt, con capacidad para 60.000 espectadores, e incluyó una cuota de nostalgia con el desfile de las mascotas de mundiales anteriores y la música de estos campeonatos.

Acto festivo en recuerdo a la historia de este torneo –con 92 años y 22 ediciones-- y que también sirvió de escaparate para dar a conocer la vida y la cultura en esta región del golfo Pérsico.

’Qué maravilloso que la gente pueda poner a un lado lo que los divide y celebrar la diversidad y lo que une a todos a la vez’, declaró, ufano, el emir de Qatar, Tamim bin Hamad Al Thani, en la ceremonia inaugural.

Apenas 24 horas antes, el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, había dicho algo muy parecido al responder a una pregunta: si no se arrepentía, como su predecesor, Joseph Blatter, de haber llevado el torneo a un país que discrimina a las mujeres y criminaliza la homosexualidad.

Calificó de ’hipócritas’ a los detractores occidentales del torneo.

Este domingo, en el palco de autoridades del estadio Al Bayt, Infantino se sentó —o le sentaron— junto al príncipe saudí Mohamed Bin Salmán, considerado el instigador del brutal asesinato del periodista crítico Jamal Kashoggi en el consulado de Estambul en 2018.

El pasado septiembre, Bin Salmán fue nombrado primer ministro del país que lapida y que impone condenas de más de 30 años de cárcel por tuitear.

Entre otras autoridades, también se desplazaron hasta el emirato para asistir a la ceremonia inaugural el presidente egipcio, Abdel Fatah al Sisi; el turco, Tayyip Erdogan; el de Argelia, Abdelmayid Tebún, y la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, cuyas selecciones no participan en este Mundial.

Además del secretario general de la ONU, António Guterres, y el presidente del Comité Olímpico Internacional, Thomas Bach.

El actor Morgan Freeman, el mismo que interpretó a Nelson Mandela en Invictus, aseguró desde el césped —cubierto para la ceremonia previa al primer partido por una larga lona—, que el futbol da la vuelta al mundo, une a las naciones y también a las comunidades.

Se repitieron mensajes de ’tolerancia’ y ’respeto’. Infantino insistió en que este deporte es una especie de pegamento para todo.

La ceremonia resucitó a Naranjito y a otras mascotas históricas de los mundiales que, en comparación, eran mucho más pequeñas que la de España 1982, incluido un armadillo.

La de esta edición de esta Copa del Mundo es un turbante blanco y sonriente, pero lo pusieron a flotar en el aire y había que fijarse mucho para no confundirlo con el fantasmita Cásper.

En ese afán de mostrar concordia y unidad, grupos musicales interpretaron canciones típicas de las aficiones de cada país —la cuota española fue para ’Yo soy español, español, español’—.

El primer partido, un Qatar-Ecuador, se celebró, para subrayar ese mensaje de pueblo hospitalario e integrador, en un estadio, el Al Bayt, con forma de jaima --tradicional tienda de campaña árabe--.

El reguero humano entró hasta llenarla casi por completo después de un monumental atasco y las broncas a grito pelado sacando medio cuerpo por la ventanilla. Hay instintos universales.

También se acercaron al estadio algunos aficionados sin entrada, y varios de ellos se pusieron a rezar en el césped de las inmediaciones con camisetas de sus jugadores favoritos, como Ronaldo.

Pero no les ayudó Dios esta vez:

Ecuador sentenció el partido en el primer tiempo, motivo por el cual muchos decidieron no volver a ver los siguientes 45 minutos.

El primer Mundial organizado por un país árabe contó con la participación del actor estadounidense Morgan Freeman, así como de Jungkook, miembro del grupo surcoreano BTS.

Pero la mascota que se llevó todas las miradas fue, lógicamente, la de la primera Copa del Mundo en una nación árabe: La’eeb, que en árabe significa un jugador muy habilidoso.

Además del gigante La’eeb, el público aplaudió a la estrella pop surcoreana Jung Kook y al cantante qatarí Fahad Al-Kubais, así como de un espectáculo marcado por bailarines, camellos y fuegos artificiales.

Sobre un fondo negro, la ceremonia comenzó con un guiño al estilo de vida tradicional en el desierto, con unos camellos sobre unos bancos de arena que dibujaban el mapa del mundo.

Con la narración de Freeman, el acto pasó a ser un homenaje al hincha, con cánticos de todas las aficiones y camisetas gigantes que representaban los equipos.

Habló "de las emociones que desde hoy nos conectan a todos".

Después de la pasarela de las mascotas de cada una de las ediciones pasadas, apareció en escena Jungkook, uno de los siete miembros del conocido grupo surcoreano BTS, que interpretó Dreamers, uno de los himnos oficiales del Mundial, junto al cantante qatarí Fahad Al-Kubaisi.

El estadio está cubierto por una enorme estructura en forma de carpa y toma su nombre de las tiendas bayt al sha’ar utilizadas por los nómadas de la región.

La carpa y el techo retráctil ayudarán a refrigerar el estadio.

Luego del espectáculo de música y colores salieron los equipos de Qatar y Ecuador al campo de juego para empezar los trabajos de precalentamiento.

Shamoon Hafez, corresponsal de la BBC en el estadio, indicó que aunque no había muchos seguidores ecuatorianos, "fueron los sudamericanos los que se hicieron oír" durante la ceremonia.

(Con información del diario El País)

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