De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Un rumor recorre las oficinas públicas, las que sacude con escalofríos entre la alta burocracia, ya que se menciona la posibilidad de que varios gobernadores que terminan sus administraciones serán sumados al gobierno federal.
La noticia no se da por cierta, aunque tampoco nadie la niega, y establece que varios de los actuales secretarios del gabinete y algunos directores no han podido sacar exitosamente las tareas asignadas por lo que en breve serán relevados de sus cargos.
Estas versiones hacen ver que el Presidente requiere de personas con experiencia administrativa y los gobernadores pueden ser ese elemento que cubra con las necesidades actuales.
La realidad nos muestra que el Ejecutivo federal tiene un grupo variopinto de personajes que pueden ayudarle en la tarea de gobernar, aunque la mayoría de ellos no haya podido con el paquete que le significaron sus propios gobiernos, donde realizaron acciones fallidas.
Estos personajes que dejarán sus gobiernos en breve quedarán desempleados políticamente, si es que el gobierno federal no los jala para colaborar en él y tendrán que esperar hasta los comicios de 2024 para ver si logran un espacio en el Congreso de la Unión.
El llamado que hizo el presidente López Obrado a un ex gobernador y un gobernador todavía en funciones para que se sumen a su gobierno en tareas diversas es un aliciente para estos gobernantes que en algún momento debatieron con el Ejecutivo federal y hasta arremetieron verbalmente en su contra.
Sin embargo, López Obrador ha mencionado en diversas ocasiones que su fuerte no es la venganza y que no tomará revancha en contra de nadie, por lo que muchos de estos gobernadores esperan el milagro de ser convocados a la gran fiesta.
Uno de esos personajes que en unos días dirá adiós al gobierno de su estado es Jaime Rodríguez Calderón, ’El Bronco’, quien sostuvo un fuerte enfrentamiento con López Obrador cuando ambos buscaban la Presidencia de la República el que siguieron al triunfo de AMLO y el regreso de Rodríguez Calderón, al gobierno de Nuevo León.
Sin embargo, las aguas se asentaron y los meses siguientes transcurrieron en una base de cordialidad y respeto de uno hacia el otro y al viceversa.
Javier Corral, ya ex gobernador de Chihuahua, no ha ido llamado a colaborar en el gabinete del ex presidente de Morena y se cree que tampoco se le hará invitación, ya que aunque su sexenio terminó en paz con el gobierno federal, aquel diferendo por el agua fue bastante comentado.
Otro que dejará el gobierno de su estado el 31 de octubre es Jaime Bonilla, gobernador por dos años en Baja California y de quien se espera sea incorporado de inmediato al gabinete federal, ya que en un par de ocasiones el propio presidente López Obrador ha mencionado su invitación.
También Héctor Astudillo ha recibido elogios del primer mandatario, aunque se desconoce si el priista será invitado al gabinete, una vez que concluya con su mandato en Guerrero. Juan Manuel Carreras, de San Luis Potosí, fue un gobernador sin gran presencia dentro de su entidad y mucho menos fuera de él, por lo que se descarta alguna invitación en su futuro.
Francisco Domínguez, de Querétaro, hizo una buena labor, según sus gobernados y aunque al principio se mostró distante con López Obrador, desistió de formar parte del grupo de gobernadores insurrectos del PAN y del PRI que exigían una reasignación de recursos. Por militar en el PAN se ve difícil que Pancho Domínguez sea invitado, situación que rechazaría de inmediato la dirigencia nacional panista.
Hasta el momento, los gobernadores que ya terminaron con su gestión son Marco Mena, Tlaxcala; Antonio Echevarría, Nayarit; Claudia Pavlovich, Sonora; Carlos Aysa, Campeche; Alejandro Tello, Zacatecas; Javier Corral, Chihuahua, entre otros.
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Sin duda, Cuauhtémoc Blanco es un gobernador rara avis y cualquier cosa que se diga de él no debe sorprender. La gran popularidad del futbolista le dio el triunfo en la alcaldía de Cuernavaca de la que se proyectó al gobierno estatal, ganado con amplitud, lo que no significa que gobierne el estado. La administración queda a cargo de varios personajes cercanos a su entorno, ya que Cuauhtémoc lo que sí sabe hacer es divertirse, sin importarle que la entidad sucumba ante los fenómenos naturales o la presencia de la delincuencia organizada.
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